La obscuridad inundo el mundo y no se donde me encuentro; me agacho y trato de tocar el suelo pero en cuanto comienzo la superficie desaparece, miro hacia abajo y con tanta obscuridad no logro distinguir nada entonces arrojo una piedra... Tarda en hacer ruido.
- ¡¡es muy alto!!- pronuncio en mi mente.
Yo odio las alturas y eso sumado a mi temor por la obscuridad me hacen tomar la decisión de permanecer inmóvil.
De pronto una luz ilumina completamente el lugar y por fin puedo observar con claridad la verdadera distancia entre el punto donde me encuentro y el fondo de lo que antes para mí era el abismo.
mis pupilas se dilatan mientras tratan de acostumbrarse a la luz cuando por fin me adapto, observo detalladamente el panorama que se muestra ante mí; Quedo perpleja, ahí abajo se encuentra una persona...
Cadenas la atan a ese sitió.
Miedo el único sentimiento que posee.
Soledad la única sensación que percibe.
Deseó ayudarla pero mis temores abrazan mi cuerpo.
-No, no... No puedo hacer nada.- Repito mientras Tiemblo... mientras caigo al suelo como lo hacen las hojas en otoño.
Mi mente me traiciona, sigo inmóvil y cual cuerdo en espera de la locura esta llega...
Me llama, me habla; su voz gruesa y ronca idéntica a la de mi héroe.
-Necesita ayuda - dice.
- Losé -
-salvación, caridad, solidaridad... Caridad, solidaridad, salvación - repite en susurros.
-...- aprieto mis manos
-¿No piensas hacer nada?- cuestiona
-¡¡¡ Callate !!! - grito.
La voz desaparece pero a los pocos minutos regresa pero ahora es dulce, melodiosa y gentil como la de una madre que habla con su recién nacido.
-No eres egoísta, yo lo sé;
¡ayudalo, no puede sólo!- implora insistentemente.
-Perdón- me disculpó.
-eres especial- dice.- se mi fuerza- pide.- enorgulleceme- grita.
Estoy al borde del llanto- tengo miedo- pronuncio al fin.
-Todos lo tienen, todos lo sienten es parte de ser humano- me consuela y la voz se esfuma.
Comienzo a llorar...
