Mi estrella , mi lujo

Chica nueva, chico caliente

El lunes fueron con su tía al colegio. El director era un hombre de la edad de su tía, peinaba algunas canas en su prolijo pelo corto pero tenía unos ojos marrones claro suaves y una sonrisa franca. Las recibió con familiaridad aunque nunca se hubieran visto y charlaron sobre la temática del colegio. Los profesores eran gente joven con pasión por enseñar y tenían buena onda. Todos los estudiantes hacían un curso se tres años en donde se enseñaba lo básico para que tuvieran cultura general y a la vez siguieran con sus trabajos sin tener tareas pesadas. Hicieron los trámites correspondientes y mientras Lola llenaba algunas fichas su tía y el director Fernando por lo que dijo se quedaron charlando. Entonces en medio del papeleo oyó una risita de su tía. Mirando hacia la oficina vio como el director le susurro algo al oído a Estela y ella se sonrojaba. Lola sonrió. Su tía era una mujer hermosa a sus 40 y no había tenido suerte con los hombres que siempre la utilizaban. El director era un hombre guapo con un trabajo real y si algo quería Lola era que su tía fuera feliz.

Cuando salieron del colegio su tía parecía una adolecente sonrojada. Lola no dijo nada mientras llegaban a la casa para cenar.

_ ¿así que Fernando?_ dijo Lola mientras servía la cerveza en dos vasos para acompañar las milanesas que habían cocinado con el tomate en ensalada

_ ¿no es divino? Te juro que no sé que me paso con ese hombre mira que yo no me dejo intimidar pero la verdad que este tipo me mato_ sonrió su tía

_ ¿y?_ rio Lola

Su tía rio con ella y suspiro_ me invito a cenar el sábado, dice que hay un bodegón por acá a un par de cuadras y quiere mostrarme la mejor carne porteña_

- no me cabe duda de que te quiere mostrar carne _ rio Lola traviesa

Su tía se puso colorada ante la insinuación y se rio a carcajadas.

_ te mereces ser feliz tiita y la verdad que el director me encanta_

_ hay nena... a mí también me gusta, estoy harta de estar sola_

Al otro día a la mañana mientras su tía trabajaba fue a la librería para comprar cosas de la lista que le dieron en la secretaria, eran básicamente carpetas hojas separadores y lapiceras. Después de comprar y preparar la mochila en su casa se acerco al bar de Jaco.

_ Buen día linda_ le dijo estirándose en la barra y dándole un beso en la mejilla.

_ Buen día, Jaco ¿hay algo para comer? Me muero de hambre_ murmuro ella en un suspiro

_ te hago el mejor tostado de buenos aires_ le sonrió el

Pasaron una buena parte de la tarde charlando y escuchando música.

_ Nena me alegro de que vayas a empezar a estudiar_

_ yo también siempre fui buena en el cole, no sé cómo pero las cosas me quedan en la cabeza con leerlas una vez y me gusta estudiar_

_ Y en Córdoba no pudiste seguir_

_ En casa con mi vieja gastándose todo en frula no había nunca un peso después de que mi viejo murió y no me gustaba joder a mi tía así que empecé a trabajar en el barcito de un amigo, siempre comía ahí así que me guardaba la plata del sueldo para mis cosas pero no importaba donde la escondía al final mi vieja siempre me la robaba para comprarse papeles y porros_

_ Que mierda Lola, no poder confiar en tu propia vieja es una mierda_

_ Ya deje todo eso en Córdoba le prometí a mi viejo que iba a tener una carrera y eso es lo que voy a hacer cumplirle a mi viejo_ dijo pensativa

Entonces entro al bar una chica jovencita con dos nenes chiquitos. Jaco se levanto y corrió a abrazarla y la beso con ternura. La chica era bajita y redondita pero hermosa con unos ojos verdes suaves y una sonrisa tierna.