Mi estrella , mi lujo

La calma antes del huracan

Diciembre paso y las fiestas fueron celebrados en la casa de Lola.

En la cena eran Lola, Leo su tía y Fernando. Charlando de todo un poco y compartiendo cerveza y comida. Después de las doce venían los chicos de la banda y las amigas de Lola y bailaban hasta el amanecer divirtiéndose.

Enero la pasaron de vacaciones en Uruguay en la casa de la hermana de Fernando que resulto ser tan adorable y divertida como Fernando. Eduardo se les unió con una amiga que para sorpresa de todos resulto dulce y divertida. Al poco tiempo se les unieron Jaco, Mara y sus nenes. El grupo era divertido y pasaban los días entre playas, bares fogones y buenos momentos.

Lola se alegro de ver que las relaciones entre ellos habían cambiado, ahora eran hermanos en serio sin la mierda de los padres de por medio. Todo parecía estar bien, demasiado bien y Lola por dentro tenía miedo de que las cosas se vinieran debajo de golpe pero se guardaba los pensamientos oscuros para ella sin saber lo cerca que estaba de la verdad.

Empezaron segundo año del colegio cuando Lola se dio cuenta de que Leo había empezado a estar algo distante y tenso. Había empezado a trabajar con su padre tratando de ayudar a remontar las deudas pero Lola sabía que había algo que él no le estaba diciendo.

Una triste noche a finales de Abril las cosas estallaron.

Leo no se comunico con ella en todo el día y no fue al colegio. Paso por el bar pero los chicos nos sabían nada de él y también estaban preocupados. Lola volvió su casa envuelta en una tristeza que le pesaba demasiado. Estaba preparándose para dormir cuando golpearon la puerta de su cuarto.

Abrió para ver a un Leo demacrado y con la mirada triste. Ella lo abrazo con fuerza pero el apenar respondió al abrazo.

_ necesitamos hablar_ le dijo él en un tono serio y triste.

Ella se separo sintiéndose lastimada por su frialdad. Lola se sentó en la cama y él se apoyo en la punta de la cómoda. Con los brazos cruzados en el pecho y una mirada diferente a la que tenia siempre.

_ Mis viejos están en la ruina ya lo sabías, lo escuchaste en mi cumpleaños. También escuchaste que un tal Caseros iba a pagar las deudas de mi viejo pero a cambio de algo..._ suspiro pesadamente y se quedo en silencio

_ Te escucho_ murmuró ella

_ lo que este tipo quiere es unir el estudio de abogados de mi viejo con el suyo para salvarlo y la condición que pone es que yo me case con su hija, si fuera solo cuestión de guita le daría una patada en el orto a mi viejo pero hay más que eso, a mi vieja le diagnosticaron cáncer de útero y sin plata no hay tratamiento, y si no me caso con Silvia no hay plata_

Ella sintió el exacto momento en que su corazón se partía en mil pedazos.

_ hace lo que tengas que hacer, es muy honorable de tu parte que te sacrifiques para salvar a tu mamá. Yo haría lo mismo si la mía valiera la pena. Lo único que te pido es que no seamos extraños. Tenemos demasiados amigos en común, nos movemos por los mismos lugares y no quiero que lo nuestro sea un aura incomoda cuando estemos en el mismo lugar...._ ella suspiro profundo, se levanto y fue hacia él. Lo abrazo con fuerza dejando que sus lágrimas salieran sin vergüenza.

_ no puedo desearte que seas feliz porque te jure que nunca iba a mentirte_ él la abrazo fuerte por la cintura. Ella levanto la mirada y se besaron tierna y largamente.

_ cuídate mucho...mariposa Pontiac..._ susurro en él en su pelo antes de irse.

Leo salió sabiendo que su corazón se quedaba en la habitación con Lola. Entro a la cocina a enfrentar a Fernando y a Estela. Con todo el valor que pudo les explico lo que pasaba en su vida y como era de esperarse ellos lo apoyaron y dijeron que siempre podía contar con ellos. El les pidió que cuidaran a Lola.

Lola se recostó en la cama. El dolor que sentía no podía comprarlo más que con el dolor que sintió cuando perdió a su padre. Sintió a su tía recostarse a su lado y abrazarla. No dijo nada sabía que no hacía falta. Solo la sostuvo y la dejo llorar.