Pasiones Peligrosas (Taoris) [1ra Temporada]

Capitulo IV

Tao:

Un mes ha pasado desde que Kris se fue. Como dije anteriormente nada seria igual sin él y así fue, ya no era el mismo niño inocente de antes, ahora era una nueva persona, incluso irreconocible para otros.

Me levanté dos horas atrasado para ir a la universidad pero no me importaba.
De repente mi celular comenzó a sonar, era Eunhyuk quien me estaba llamando.

- Hey ¿Que tal? -me dijo en un tono alegre-

- Hum.. Como siempre

- Tengo algo que de seguro te gustará, te espero fuera de donde entrenas-

Hace poco tomé clases de arte marciales para saber defenderme solo y no depender de nadie.
Corté la llamada, para luego tomar mi bolso con mis cosas de entrenamiento y salí de la casa.

Una vez fuera del gimnasio donde entrenaba me encontré con él.

- Hola Tao -se me acerca-

- Hola Eun, ¿Qué es lo que tienes?

Me mira con una sonrisa y de su bolsillo saca un papelillo, aquello era droga.

- Como siempre estás amargado esto te hará feliz por un momento

- Hum.. A Kris no le gustará que haga esto -dije algo dudos-

- Pero Kris no está, se fue a China y te abandonó

- ¿Cómo sabes que se fue a China? -me pareció algo raro porque yo solamente le dije que mi mejor amigo se había ido-

- Esto.. Lo escuche de uno de tus amigos, no hablan muy despacio que digamos

- Oh, bueno

Luego de unos cuantos minutos intentando convencerme le compre un papelillo y el se fue.
A Eunhyuk lo conocí al días siguiente de que Kris se fue. Había ido a una fiesta de una amiga para olvidar lo sucedido y ahí estaba él, era como el rey de la fiesta, estaba llena de mujeres a su alrededor, tomando cerveza con sus amigos, pero aun así se separó de ellos y se acercó a hablarme.

- ¿Por qué tan solo y sin ánimo? Se supone que es una fiesta -se me acerca un desconocido y se sienta a mi lado- Soy Eunhyuk

- Hola Eunhyuk -suspire- solo no estoy de buen humor, un amigo se fue y me dejó

Caminé hacia el callejón que estaba al lado del gimnasio y me apoye en la muralla para luego encender aquel papelillo. De seguro todos mis amigos me matarían si se enteraran de que fumé está porquería.
Estaba a punto de llevármelo a la boca cuando alguien pasa por mi lado empujándome sin querer, supongo, y paso a botar el papelillo cayéndose en una posa de agua.