Una posesión indefendible.

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Día 26 de febrero, 2014:

Te contaré un secreto, un secreto como lo harían las muchachas juveniles, sí; Puede que no sea como una de ellas, de esas que expresan sus experiencias en las simples páginas de un diario regalado o encontrado. Pero tal vez, y quizá sea prudente la razón que me impoluta el continuar, veamos.

Hoy cumplí 16 años, fué una fiesta tan simple que siquiera pude pasarla al lado de "él" no comenzaré las primeras letras de este diario escribiendo con tristeza, pues es más factible contar sobre las cosas bellas, ¿verdad? ¡Ha! Cambiaremos de tema. Al principio tuve un serio temor en cuanto encontrar algún regalo perteneciente a un desconocido, normalmente me gusta conocer gente nueva; Me fascina, me encanta, pero también, me empalaga. Supe elegir seriamente y estrictamente elegir que regalo abrir primero.

-¿El de lazo blanco?- Ese se veía muy extraño realmente, y su contenido no me traía buenos augurios.

-¿Qué tal el que tiene forros a cuadros? - No era extraño, daba miedo, tenía un cierto aire de las medias de la abuela , esas que poseen más colores que el mismo arcoiris.

-Mira esa, es muy pequeña.- Es verdad, los regalos grandes por lo general no guardan la enorme sorpresa, Y los de tamaño muy bajo, atraen más mi atención.

Acerqué lentamente mis manos cansadas (Sin esmalte de uñas tampoco) hacia aquél objeto de caracteres de rombo, al principio costó ya que procuré no abrirlo con bastante fuerza, me disgusta de sobremanera romper el bordado del mismo. En el instante que logré sacarlo sin daños , me dí cuenta que era un diario, sí , eres el primer regalo de mi cumpleaños N°16 que abrí, pregunté quien tuvo la hermosa decisión de regalarme esto, pero nadie, nunca nadie, me contestó.

Finalizó el día y todos los allegados del cumpleaños se fueron marchando a sus respectivos hogares, tampoco es que eran muchas personas, pero me gusta contar esto como si fueran en demasia, me hace sentir bien el tener gente que le importo y que sean muchos, a pesar de ser solo un simple sueño juvenil. No me gusta empezar cada oración con un "Querido diario.." ¡Joder! Me encabrona de sobre manera el tener que poseer las mismas frases utilizadas miles de veces, y me pregunté: -¿Qué pasaría, si te coloco un nombre?- Debía pensarlo detenidamente, miles de ideas se me cruzan por la cabeza, es como si fuera una piroleta dando su avance al juego, yo soy la participante de esa tumba de ideas.

Medité unos 5 minutos y pude elegir, serás nombrado Fremy, ya que en tu portada se visualizan las letras talladas en dorados "Fer" , quizá sea la marca del diario, o quién sabe, comenzaré cada frase con un "Fremy..Impresionada" ¿Por qué impresionada? Simplemente porque al lado de tu misterioso nombre, escribiré la emoción que sienta en el momento, ¿Muy beneficioso no? Con cuantas palabras nos cruzaremos a lo largo de los días; con que cifras nos encontraremos , y emociones leeremos.

Me duelen los dedos y el lapiz está desgastado, compraré uno mañana al salir, veré a mis amigos, pero no estará "él" para decirme buenos días. Ah, ignora eso anterior, me iré a dormir y tendré buenas noches, como no tengo a nadie que me lo desee en estos momentos, me deseo las buenas noches a mí misma, Adiós, te volveré a escribir cuando entre al colegio.


-Reis.






Cartas de una Hija a su padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora