-¿Vas a salir hoy? ¿Tienes algo planeado para esta noche? -Pregunto Silvia.
No, no saldré.
-Humm... Si, ¿porqué? -Le contestó.
-Es que el grupo ira a la quermés que está a la esquina del Mall, pregunta... -Se escuchan terceras voces- ¡Ya, Sam! -Empezó a reír Silvia- Pregunta Gill si quieres ir.-Supongo, no estoy realmente segura si iré, como tengo una reunión con unas amigas dentro de una hora... Si cambian mis planes, te aviso. Gracias, como quiera. -Excusas, excusas, excusas.
-Yo le digo a Gill. Como quiera, me avisas si sucede algo. -Contesto Silvia en tono desaprobador.
Colgué.
No, no saldré. No me gusta salir desde hace un buen tiempo, ya que, por circunstancias legitimas o simplemente importantes (No del todo) no salgo, no por la inseguridad, no por ser aburrida, no por temor a ser raptada o emborracharme hasta que ya no pueda mas. Simplemente, no quiero. Muchos creen que tengo cosas por hacer, cosas aburridas, cosas que tal vez no entiendan, cosas que solo yo se, no estoy insinuando que no me gusta estar junto a mucha gente; desgraciadamente, no estoy para salir, ya no.
Empecemos a sobrevalorar las mejores cosas que suceden día a día, los objetos, por ejemplo... No son cosas eternas, tampoco cosas que hablen o se muevan -Aunque nuestra loca mente hace que lo hagan- esas cosas no son importantes, eso es lo que sucede, una foto junto a alguien importante, por ejemplo, la valoramos con exageración que, hasta le ponemos velas, flores, marco... La ponemos mas enfrente que las otras fotografías, por que inconscientemente, se vuelve nuestro oro, nuestras perlas, algo valioso, claro, siempre habrá un limite. Sin embargo, los humanos; somos objetos, que... humanamente, no nos damos cuenta. Somos objetos para las personas, para aquellas personas que solo te hacen tu musa, pero todo termina.
Siguiente día
6:00 AM. Despertar con el sol en tus ojos es una sensación que no todos los días se percibe; es abrumadora. No odio levantarme temprano, al contrario, me gusta por que se que es un día mas para dejar el ayer. Sin embargo, mi rutina empieza a esta hora, empecemos.
El trayecto para ir a la Universidad se me hace largo, tal vez porque no hay tanta gente en el carril. Es gracioso pensar en que es el único carro (pequeño y feo) negro del 2000 en el carril, a menudo escribo lo que veo durante los días; una vez vi como una ardilla le robaba un emparedado a un niño. Otra fue como una anciana le llevaba flores a su difunto marido al cementerio. Que horror envejecer.
Viendo el gran y resaltado -no tan padre- logo del instituto, me percate que había una bola de estudiantes fijándose en algo especifico. -Busca un lugar, primero- Me dijo mi subconsciente.
Al encontrar un lugar, con dificultades por todos los que pasaban con rapidez enfrente mío, apague el motor y sujete mis cosas y salir del auto, la incógnita me invadió -lamentablemente- No sabia si seguir mi rutina, o desviar un poco para solo ver que sucedía, sinceramente quería saber. Así que, anote mentalmente en que no tomaría el descanso de las 11:30 por esto. Camine e intente, no tan favorablemente, en entrar en medio de las personas, diciendo a cada una "Lo lamento", "Perdón", "Con permiso", "Dios mío".
Al llegar lo primero que vi fue un perro sin la mitad de su cuerpo... El terror me me invadió, y lo estúpida que fue la idea de venir a ver lo que sucedía; mis ojos no toleraban la magnitud de sangre alrededor del pobre animal. Quien fue el inhumano sujeto que se atrevió a hacer tal cosa? Que hacia toda esta gente observando y tomando foto? Sentí nauseas, horror, no podía moverme, sentí que mi respiración había sido arrebatada y como mis ojos se sobresalían, quería irme. Mis manos se fueron automáticamente a mi boca, tapando esta. El olor era tan intenso que asegure vomitar ahí, pero alguien me sujeto y me jalo hacia atrás, me sobresalte y mis ojos se cerraron; no tenia idea si iba a caer o a tropezarme con alguien, pero solo cerré los ojos, vaya auto reflejos que me cargo.
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EYEWITNESSES; be in touch xoxo.
Teen FictionKate es una joven chica que intenta salir día con día estable de algo que la asecha desde haber cumplido los 18 años, cambiando una gran parte de ella que hacen que sus días sean mas difíciles de presenciar. A sus 19 años desde que hubo un ataque an...