Capítulo 1: El jardín de los sueños

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Disclaimer: Los personajes de Free! Eternal Summer no me pertenece, son propiedad de KyotoAnimation, Utsumi Hiroki y Kouji Ouji, yo sólo los tomé prestados con el fin de entretener. Además, la historia original de "Como si fuera cierto" o "Ojalá fuera cierto" en la cual me inspiré para realizar el fic, está dirigida por Mark S. Waters, a su vez basada en la novela del mismo nombre del escritor Marc Levy.


Como si fuera cierto

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Las grisáceas y esponjosas nubes en el firmamento giran en círculos, como formando un espiral, casi una escalera al cielo. Estas se abren levemente, dando espacio a los primeros y cálidos rayos del sol, para luego esfumarse por completo. El muchacho, sentado en una silla roja de plástico, puede sentir cada una de las seis mil flores que adornan aquel espectacular jardín, mientras mantiene sus ojos cerrados. Luce sus jeans favoritos y su camiseta a cuadros que le regalaron en un cumpleaños. Su cuerpo recto en el asiento, con la cabeza bien en alto, respira profundo. Arbustos de todo tipo de tamaño y forma, ubicados de igual manera en espiral a las primeras nubes. Flores rojas y amarillas son las que abundan en la enorme variedad de colores, sus preferidas, podría decirse. El olor a lluvia reciente, a naturaleza completamente viva, el revolotear de aves y el zumbido de abejas. Exhala por fin y entierra sus descalzos pies en la fría y húmeda tierra que se esparce entre sus dedos. Cuánto amaba ese jardín.

De repente una mano sacude uno de sus hombros y lo despierta de su dichoso sueño.

-Makoto-san -le llama una voz femenina. Abre sus ojos, un poco exaltado y mira hacia todos lados. Es la sala de enfermeros. Al girar su cabeza al costado se encuentra con el rosto de su colega, Chigusa Hanamura.

-¿Cuánto tiempo me dormí? -su voz es débil y somnolienta, mientras se frota sus ojos con la yema de los dedos en el vano intento de volverlos menos pesados.

-Ah, como unos 6 minutos -ríe la mujer.

-Gracias, Chigusa-san -Makoto le sonríe lo mejor que puede y se levanta de la silla roja en busca de un café. Su uniforme de trabajo estaba un tanto arrugado -Voy en dos minutos.

-Bien, estaré afuera -se despide la chica.

En ese instante, la doctora Amakata Miho entra en la sala. Sonriendo como siempre, la mujer de cabellos castaños oscuros mantiene sus manos en los bolsillos de su delantal. Éste le queda un poco grande debido a su pequeña altura, pero lo luce esplendorosamente. Saluda a Makoto como todas las tardes; no le sorprende verlo todavía en el hospital, después de todo, sabía lo obsesionado al trabajo que era el chico. Pero al ver su rostro casi sombrío y con aspecto de calavera decide preguntar:

-Makoto, ¿qué haces todavía aquí? -Su pregunta causa que el muchacho desvíe su mirada de su café para verla a los ojos. Sin embargo, Miho ya sabía la respuesta de todas formas -¿Cuánto tiempo llevas?

-Ahm...-finge contar las horas en su cabeza mirando a la pared. No estaba muy seguro si decirle, pues conocía a la mujer y sabía que lo mandaría a casa inmediatamente si se enterara. No obstante, él nunca fue bueno mintiendo -Creo que unas... ¿veintitrés horas?

-¡¿Veintitrés?! -repite exageradamente -Cielo santo, Makoto. No puedes seguir así. Tienes que volver a casa ya mismo.

-Pero Miho-san, si me voy, no lograré ser titular -una sonrisa rompe su rostro a la vez que emprende camino fuera de la sala de enfermeros, dejando a Amakata preocupada pero sin posibilidades de seguir insistiendo.

Como si fuera cierto (SouMako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora