--------------- 1 día antes de entrar a clases------------------------------------
Ya han pasado esas dos semanas. Fue tan rápido que ni siquiera me di cuenta que mañana será el día en que volveré a la escuela. Ya abandone el trabajo, le explique al jefe mi situación y me terminaron con $20,000 por los 2 años que trabaje, ahora mismo me encontraba con mi madre en el centro comercial comprando ropa para poder ir a la preparatoria, ya que mayoría de la ropa que tenia se había desgastado, decolorado y en total se deterioro con el tiempo y mi trabajo.
Ana: Alex, cuando me refería a comprar ropa, era para que eligieras ropa linda, que te hará ver más delicada- dijo un poco preocupada.
Alex: madre, entiendo que quieras verme tal vez con un vestido o un escote afeminado, pero esto es lo que soy- dije mientras tomaba una capucha negra- y me gustaría que me aceptaras con todo lo que soy- dije sonriendo- no hay mejor manera de hacer amigos que siendo yo misma.
Ana: tienes razón- dijo recapacitando- no sabes las ansias que tengo de verte con tus nuevas amistades y tal vez con tu primer novio- dijo sonriente.
Alex: novio- inesperadamente me sonroje al punto de parecer un tomate humano- nunca había pensado en esa idea- dije pensativa.
Ana: ya tienes diecisiete años, así que no es mala idea el que empieces a ilusionarte con un chico guapo y con el compartas momentos únicos- dijo mirándome de una forma muy rara, aunque se podría decir que su sonrisa dibujada podría explicar que me miraba de buena forma.
Alex: ya veremos que pasa madre- dije tratando de omitir el tema- lo primero es concentrarme en mis estudios, ya habrá tiempo para la amistad y demás.
Es cierto, lo olvidaba, a pesar de mi edad no he tenido ningún novio, pero es que la verdad en la secundaria no me llamaba la atención ningún chico, y las que se hacían llamar mis amigas trataban de ligarme a varios tipos que con el paso del tiempo que los empezaba a conocer me daba cuenta que eran estúpidos en su manera de pensar. Nunca había tomado enserio esa idea, pero ahora que llega nuevamente me está interesando, más no pienso actuar como urgida, se que las cosas pasaran conforme pase el tiempo, pero que pase lo que tenga que pasar.
Después de 3 agotadoras horas en el centro comercial nos damos un pequeño descanso en la cafetería, mamá pidió un capuchino y yo pedí una malteada de vainilla con oreo. La chica que atendía las ordenes se fue para que hicieran nuestros pedidos, mamá estaba distraída viendo la televisión, justamente la novela que le encanta y no se perdería por nada, no me dio de otra que mirar con más atención el lugar, al mirar por la ventana veo a un hombre, para ser sincera no lo veo viejo, se ve joven, entra en los veinte y tantos, se ve atractivo... ¿atractivo? Eso de los novios me está afectando, pero es que es un tipo de buen rostro, mirándolo con más atención tiene ojos de miel, su cabello es largo y tiene una linda sonrisa. Viste de camisa negra con una chaqueta café marrón, pantalones azul despintados y calza botas. Espera, espera, ¿está mirando hacia la cafetería? Tal parece que sí, pero no es a la cafetería, esta sonriendo por algo y, momento, acabo de darme cuenta de algo ¡me está mirando a mí! ¿A mí? Oh por Odín, que esto no me lo estaba esperando, joder pero creo que es obvio ya que lo estoy mirando como si fuese una idiota. Se ve un poco nervioso, ¿pero por que se pondría nervioso con una chica como yo? No le queda más que saludarme tímidamente con su mano. Le respondí de la misma manera. Después de unos segundos extremadamente incómodos mi madre se dispone a volver hablar y volteo con ella.
Ana: ¿pasa algo?- dijo mirándome
Alex: no es nada, solo espero con ansias mi malteada- dijo sonriendo, espero que no me haya visto en esa incómoda situación.
Ana: ¿segura? Bien, es que te vi que mirabas hacia la ventana y- miro hacia la ventana y vio al tipo que miraba todavía con dirección hacia mi- ¿entonces eso mirabas?- dijo sonriendo burlonamente y levantando una ceja- por lo que puedo pensar ninguno de los dos se despegaba la mirada.
Alex: no seas así- siento que mis mejillas arden del rojo- piensas mal- dije bajando mi mirada, demonios, mi madre es tan observadora.
Ana: bien, pero no te enojes- dijo dedicándome una sonrisa.
Llego la chica que nos atendió al principio con una charola en donde estaban el capuchino y la malteada que estábamos esperando, lo puso sobre la mesa y se alejo nuevamente.
Después de haber terminado nuestras bebidas, la chica se acerco con una pequeña canastilla llena de brownies con chocolate y coco rallado.
Ana: disculpe señorita, no recuerdo haber ordenado brownies- dijo dudosa.