Necesito no ver tus fotos, no ver tu rostro a través de ese teléfono y embriagarme de la belleza tuya. Siento dentro de mí la necesidad de tenerte. Te quiero y muy profundo. Este sentimiento me hace caer una y otra vez en chats sin sentido solo esperando tener la oportunidad de hacerte sentir como tú a mí en otros tiempos. Tus risas, tus notas de voz tan divertidas y ciertamente alentadoras a un pobre chico enamorado de ti. ¡Y si! En-amorado de ti. Ciertamente amándote. Pero es triste, muy triste. No es ese amor que solía sentir. Cuando entre encantos me creía escalando hacia tu corazón para reposar allí largo tiempo. Ya no. Ahora acudo a mis archivadores y saco carpetas llenas de recuerdos tuyos y míos y duermo en ellos. Soy un idiota, lo sé. Lo soy por enamorarme de una chica rota. Por quererla tanto sin más. Por seguirla queriendo. Un idiota muy grande, un esperanzado de corazón roto. Lamento mucho esto que pasa en mí. Quisiera eliminarlo muchas veces. Pero en ello encuentro vida, insomnio y la necesidad de superarme de alguna forma; no para gustarte, nada de eso, sino para sentir de mí, alguien bueno y suficiente para encontrar a otra persona así. Porque me enamore de ti, pero no de tu belleza, de tus grandes ojos o tus labios gruesos y que quise besar una y otra vez (y vaya si es un sentimiento que aún no se marcha) pero no, de nada de eso. Ni tu figura que sin ser voluptuosa me gusta me parece linda. Siendo sincero, no me gustaste nada el día que te conocí, no eras más que una chica cualquiera de un aire gótico, emo o como venga en gana llamarte. Y ese labial tan rojo que admito pensé que era de payaso. O esas piernas tan flacas que no me atraían para nada (como las de algunas otras, como aquella Noelia) no, solo me parecías una chica interesante y tu collar negro como un tipo de valla me tenía si cuidado. Tu pelo, que si creyera en dios lo usaría de referente, un pelo casi rojo y con abundantes raíces negras (cosa poco importante pero que sin embargo me chocaba mucho y honestamente me era desagradable). Nada de tu físico me atrajo a la primera. Vaya que las primeras impresiones no son siempre las correctas. Pero con lo que decía, no me enamore de nada de tu físico, ahora que recuerdo, al ver tu foto de Facebook de aquel entonces, hubiera deseado que en vez de ti, la chica con la que congenié hubiera sido Ale. Pero no fue. Ojalá hubiese sido. Fuiste para mí una cajita de sorpresas. Me amanecía contigo. Hablábamos sin cesar de lo que fuera. Era una grata amistad. Al conocerte más y más, reconozco que me empezaste a gustar. Comencé a pensar que ese pelo no te quedaba nada mal y que me parecía atractivo. Que esos grandes labios pintados de rojo tenían que ser pintados así por la encarnada pasión que desbordaban. Esa silueta delgada no me parecía poco estética, me parecía linda y ciertamente tengo un declive por las chicas delgadas, me gustabas así. Tus fotos me hacían creer de ti una chica muy guapa (más de lo que realmente eres). Que esos grandes ojos cafés eran tan lindos y que si podría andar contigo, de seguro lo haría. Todo fluía sin prisas ni nada. Pero mucho cambio cuando aquel día en EL Hornero junto a mis amigos. Mariano me dijo que eras la ex novia de un amigo mío, Fernando. El muy malo de Mariano (malo en serio pues malo lo sentí, aunque sé bien que de malo no lo hizo pero eso no lo cambiaba) me contó mucho de lo que Fernando hacia contigo. Las huidas sexuales a alguna ciuadadela, la vez que estuviste bajo su cama escondiéndote de los padres de él. Que casi tienes un hijo con el (no deseo males a nadie y menos a quien quiero pero estar como estoy de moribundo y desganado por todo pero de que tuvieras a ese muchacho habría cambiado mucho las cosas aquí, conmigo, y se lo asquerosamente egoísta que suena decirlo así, pero es cierto), tantas cosas contó que quizás nunca quise saber. Ese día me dolió pero por aquel entonces no eras más que un vago gusto y pude seguir casi pero casi como si nada. En estos pocos meses hubo tanto. Te escuche llorar y me escuchaste llorar. Reímos tanto y salimos poco. Salimos poco y antes de ese día me gustabas, lo sé. Pero ese día que fuimos por Outsider 3 y terminamos viendo la basura de Rápidos y Furiosos, ese día, fuiste y lo digo, fuiste tan linda, te vi tan bella, fuiste lo que quería. La que quería. Sé que me puedo portar muy patán y rudo pero dentro de mí hay un chico sensible y que solo quiere alguien que no mejor ni peor solo alguien que me quiera y yo pueda querer, eso sentí ese día por ti. Desde ese abrazo con el que te recibí, con esos chistes que me salían naturales por quizás la confianza que expulsabas en mí. Como estabas de cerca de mi cuando cambiamos de sala y cómo podía incluso verte a ti en vez de toda la saga de esa franquicia. Después de esa película caminamos y caminamos, me sentía tan bien contigo, nos teníamos de la mano. Nada más que verte provocaba en mi rostro la más pura sonrisa. No sé si seas bruja pero ese sí que fue un embrujo. La pasamos bien y quizás ese día pude haberte besado, quizás... Intentamos salir nuevamente y para mí no resulto. Nuestras conversaciones eran tan buenas, las respuestas llegaban tan rápido, la importancia por el otro era tal. Me contaste tus penas y yo te conté las mías. Supe tu dolor y lo tanto que sufriste por alguien a quien llamo fervientemente amigo. Eras alguien por quien yo tenía ganas de ser bueno. ¿Si quiera lo escuchas? Ser bueno solo para ti. Quería estar para ti, sacarte del mal y que el propio Joker tenga envidia de la hermosa sonrisa que tendrías ahí, en tu bello rostro, por todo el tiempo que hayamos podido. Nada de esto se dio. Hoy solo escribo esto como una salida de emergencia que no termina de ser una salida a esta emergencia que sigo viviendo. Ahora que me muero del sueño. Ahora que estoy solo y de ti solo tengo a alguien que puedo notar no está nada interesada en mí. Ahora que me lamento en silencio y que se más que nunca que tú no me quieres así y que nunca lo hiciste. Ahora que... Trato de cerrar esto. Hasta que sepa qué hacer de mí, te querré en silencio sepulcral. Nadie sabrá de esto, no seremos más que un lejano recuerdo de lo que solíamos ser y no seremos jamás lo que quise yo ser. Adiós.