Se obliga a girar la mirada hacia otro lado cuando sus ojos se encuentran. Hace caso omiso a la sensación que le causa en el corazón, no devuelve esa sonrisa deslumbrante que él le acaba de lanzar, se centra en la chica que se encuentra unas filas por delante suyo. No le puede gustar nadie más que ella.
Su novia, de rizados y rubios cabellos, ojos del color de la miel y larguísimas pestañas, nadie más que ella. La voz del profesor suena dentro del aula, y se da cuenta de que no estaba prestando la más mínima atención a lo que aquel señor cincuentón trataba de explicar a la panda de payasos que tenia por compañeros, tampoco a lo que esos compañeros hacían, solo prestaba atención a la persona sentada justo a su derecha, Jeonghan, que frunce la nariz cada vez que no entiende algo en su cuaderno, que juega con el lápiz porque se aburre en clase, y que cada gesto que hace es más adorable que el anterior.
Intenta volver al mundo real, pero sigue pensando en él, tampoco puede dejar de pensar en esa sensación que siente en el pecho desde hace unos meses. No lo entiende. después de todo el es Joshua, el novio de la chica más popular del instituto.
Y así se convence de que eso que siente por Jeonghan no es nada más que un capricho. Pronto se le pasará, es temporal. Simplemente es porque comparten habitación en la residencia desde principios de curso.
En realidad no se está enamorado de Jeonghan. Esas miradas a escondidas, mientras habla con ese tal Seungcheol, probablemente su novio. ¡Es tan irritante! No nos equivoquemos, no está celoso, es solo que hacen mucho ruido y no le dejan estudiar en condiciones.
Y así Joshua se pone mil escusas para seguir creyendo que esta enamorado de su novia y que Jeonghan es un simple capricho.