Capítulo 38

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- ¡¡¡TYYYY!!! - grito entusiasmada al verle.

Se dirigía hacia mi todo contento. Me salta encima tirando me al suelo y se pone a lamer me la cara.

- Ya vale, ya vale - le abrazo bien fuerte.

- Te ha echado mucho de menos - dice David que había venido a buscarnos al puerto junto a Ty.

- ¿Por qué lo dices? - le pregunta Kai.

- Porque no ha querido comer nada desde que se fueron.

- Oh, que adorable - le doy besitos a Ty.

- Pues al igual que Sora, ella tampoco a comido nada desde hace unos 3 días - le comenta Kai preocupado a David.

- ¿Y eso por qué? - se sorprende.

- Estupideces suyas - dice sin importancia.

- ¡No son estupideces! - me levanto enfadada.

- ¿Y qué son entonces? - dice levantando una ceja.

- Buff Kai, no entiendes nada por eso pasas a ser el primero en mi lista negra - me giro hacia David - Te felicito David has pasado a ser el segundo en mi lista negra, gracias a Kai.

- ¿Yo también estaba en tu lista? Pero si eres como una hermana para mí - dice David extrañado.

- Pues claro - me cruzo de brazos - todos estáis en mi lista negra a excepción de Ty.

- ¿Y por qué? - pregunta Kai molesto.

- Simplemente porque NO confío en nadie, ya que nunca sabes cuando alguien puede estar planeando un asesinato en contra tuya.

- Vale.. - confirma David un tanto inseguro.

- En fin, ¿nos vamos o nos quedamos aquí dos horas más? - pregunta Kai aburrido.

- Nos vamos.

Al llegar a casa de David, yo y Kai nos acomodamos en el sofá totalmente cansados.

David se dirigió hacia la cocina y nos trajo una taza de CHOCOLATE caliente!

Me la bebí de un sólo sorbo.

- Uaau que rápida..

- Pues claro - sonrió de manera victoriosa.

- So, ya que has acabado ve a recoger tus cosas - me pide Kai.

- ¿Recoger mis cosas? - pregunto un poco asustada.

¿Me están echando a la calle..?

- Vuelves a vivir conmigo, lo quieras o no.

- Ah..vale.. - menos mal no me echan a la calle y vivir con Kai tampoco esta tan mal, creo.

Además tengo un muy mal presentimiento. Hace ya dos días que no noto a la persona encapuchada que me seguía, ni siquiera la vi en el autobús o en el barco.. Nada.

No creo que eso signifique nada bueno..

Metí las pocas cosas que tenía en mi mochila. Y yo, Ty y Kai volvimos a la mansión que parece abandonada, siniestra y encantada..

- Que alegría estar de vuelta - suspira Kai aliviado.

Se tiende en la cama y yo me siento a su lado.

- ¿No te da escalofríos vivir aquí tu solo?

- No, llevó viviendo aquí muchos años - sonríe.

Se ve tan feliz de estar de vuelta. Sinceramente nunca pensé que alguien podía ser feliz estando en una mansión a quilómetros distancia de la ciudad..

Un día imprevistoWhere stories live. Discover now