25.

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Beca saltó de su cama ansiosa por saber que habría al otro lado de la puerta. Una parte de ella tenía algo de miedo, claramente, hablar con un desconocido, o en este caso desconocida, no era algo que se recomendara hacer. Pero una parte de si misma le decía que siguiera con el juego. Y aunque quisiera negárselo a ella misma y a sus amigas, esa extraña desconocida le producía algo. Lo cual no entendía dado que no la conocía en persona, pero el sentimiento estaba ahí, y no parecía querer irse.

Abrió la puerta aún vestida con su improvisado pijama y dio dos pasos atrás al encontrarse con su compañera de cuarto Kimmy Jim, parada de brazos cruzados, mirándola fijamente con su típica expresión de "te detesto".

- Dime por favor que tú no eres mi regalo. Porque no sabría a que dirección devolverte... -Dijo Beca sonriendo irónicamente, como cada vez que hablaba con alguien que no le agradaba.

Kimmy Jin simplemente la miró, y entró a la habitación murmurando cosas que Beca no entendió, pero que seguramente se trataba de algo que mejor era no saberlo.

Volvió la vista hacia el pasillo y se encontró con un chico que traía una bandeja con un elaborado desayuno, una pequeña cajita y una carta. El chico, que sonreía como si hubiera ganado un Oscar, estiró la bandeja hacia Beca quien la tomó, mirándolo raro.

- ¿Quien te mandó? -Aprovecharía para sacarle información a ese muchacho que seguramente conocía a la "desconocida".

- Tú sabes quien. -Dijo él guiñándole un ojo. Ella negó con la cabeza.

- No, no lo sé. ¿Me puedes decir?

- Disfruta de tu desayuno. -Fue lo único que dijo el chico antes de irse sin voltear atrás.

Beca bufó frustrada y como pudo cerró la puerta. Kimmy Jim había entrado al baño, así que se alegró de no tener que aguantar sus miradas de superioridad. Se sentó en la cama y dejó la bandeja con el desayuno frente a ella.

Pensó detenidamente que abrir primero. Optó por la carta. Ésta era de un color celeste, al igual que la pequeña cajita, por lo que dedujo que a la chica misteriosa le gustaba mucho ese color. Pensó en que color serían sus ojos, ¿serían celestes también?

Abrió la carta y notó que estaba escrito a mano. Eso era algo que podría usar para encontrarla. Claro... si fuera detective o algo de eso. Sacudió la cabeza y comenzó a leer.

"¡Hola, Becs!

Espero que te haya gustado la sorpresa, y estoy demasiado segura de que has abierto esta carta antes de ver que hay dentro de la cajita, así que no te hablaré sobre eso. También estoy segura de que ahora mismo estás sonriendo. Ojalá pudiera ver esa sonrisa.

No me voy a extender mucho, sólo quería que supieras que a pesar de que sólo nos hablamos por mensajes, yo te quiero mucho. Y que hago esto del "anonimato" porque creo que es una bonita y divertida manera de comenzar una amistad, o lo que sea que seamos.

Bueno, no te robo más tiempo. ¡Termínate todo el desayuno que lo preparé con mucho amor!

Te quiere, C "

Definitivamente, esa chica estaba rompiendo todos sus esquemas, y ni siquiera la conocía. O al menos no personalmente. Porque ya había aprendido a descifrar un poco su personalidad. Era una persona muy alegre, a veces le parecía estar hablando con una niña, pero luego aparecía esa "C" que la hacía sonrojar con sólo un mensaje y llegaba a la conclusión de que debía ser una chica bastante atrevida, pero dulce y hasta algo cursi. Le gustaba, si, le gustaba una persona que no conocía, pero que le sacaba sonrisas hasta con un simple "Buenos días".

- Oh Dios, ¡me gusta una chica! -Dijo en voz alta al tiempo que Kimmy Jim salía del baño. Su compañera de cuarto la miró con los ojos bien abiertos por la sorpresa, pero luego entrecerró los ojos y negó con la cabeza, dirigiéndose hacia la puerta.

- No me sorprende. -Comentó antes de salir.

Beca intentó no darle importancia a las palabras de su amargada compañera y bajó la vista hacia la cajita celeste. Dejó la carta sobre la cama y cogió la cajita, aún pensando en que no podía ser posible que le gustara una chica.

La abrió y todos sus pensamientos se esfumaron. Su boca se abrió y sus ojos se iluminaron. Rápidamente sacó el hermoso y delicado collar que contenía al cajita. Era un collar de plata que tenía un pequeño dije en forma de audífonos, iguales a los que Beca acostumbraba a usar la mayoría del tiempo.

Sacó el collar con cuidado, era simplemente hermoso. Beca no acostumbraba a usar collares, pero este realmente la había cautivado. Definitivamente, esa "chica misteriosa" la conocía muy bien. Si supiera de quien se trataba seguramente no habría aceptado el regalo, parecía ser muy caro y no quería que gastara dinero en ella. Pero no sabía quien era la adorable chica que le había regalado eso, y si era sincera consigo mismo, le dolería mucho devolver ese collar que ya la había enamorado.

Rápidamente buscó su móvil y cuando lo encontró fue directamente hacia el chat. Aún no había tocado el desayuno, pero quería agradecerle a su detallista desconocida por el regalo, antes de hacer otra cosa.

Beca: Cielos, esto es mucho! [8:26]

Chica Misteriosa: Te gustó? [8:26]

Beca: Claro que si! No suelo usar collares pero este es tan hermoso, los audífonos me identifican mucho [8:27]

Chica Misteriosa: Lo sé, apenas lo vi creí que era perfecto para ti [8:28]

Beca: Cómo sabes tanto de mi? [8:28]

Chica Misteriosa: Ya te lo contaré todo Becs, ahora disfruta de tu desayuno [8:28]

Beca: Gracias, en serio, eres grandiosa [8:29]

Chica Misteriosa: Lo sé ;) [8:29]

Beca dejó su móvil a un lado y miró la bandeja que contenía el desayuno. Ya no lo dudaba más, tenía que encontrar a esa chica.

Número Desconocido #BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora