VIAGE AL PARNASO ***
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VIAGE AL PARNASO
COMPUESTO
POR MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
DIRIGIDO A D. RODRIGO DE TAPIA, CABALLERO DEL HABITO DE SANTIAGO, &C.
PUBLICANSE AHORA DE NUEVO UNA TRAGEDIA Y UNA COMEDIA INEDITAS DEL MISMO CERVANTES: AQUELLA INTITULADA LA NUMANCIA: ESTA EL TRATO DE ARGEL.
EN MADRID POR _DON ANTONIO DE SANCHA_. ANO DE M. DCCLXXXIV.
Se hallará en su Librería en la _Aduana Vieja_. _Con las Licencias necesarias._
_A DON RODRIGO DE TAPIA, CABALLERO DEL HABITO DE SANTIAGO, HIJO DEL SEÑOR DON PEDRO DE TAPIA, OIDOR DEL CONSEJO REAL, Y CONSULTOR DEL SANTO OFICIO DE LA INQUISICION SUPREMA._
Dirijo á Vm. este Viage que hice al Parnaso, que no desdice á su edad florida, ni á sus loables y estudiosos exercicios. Si Vm. le hace el acogimiento que yo espero de su condicion ilustre, él quedará famoso en el mundo, y mis deseos premiados. Nuestro Señor, &c. _Miguel de Cervantes Saavedra._
PROLOGO
AL LECTOR.
Si por ventura, Lector curioso, eres poeta, y llegare á tus manos (aunque pecadoras) este Viage, si te hallares en él escrito, y notado entre los buenos poetas, da gracias á Apolo por la merced que te hizo; y si no te hallares, tambien se las puedes dar. Y Dios te guarde.
_D. AUGUSTINI DE CASANATE ROJAS_
EPIGRAMA
Excute cæruleum, proles Saturnia, tergum, Verbera quadrigæ sentiat alma Tetys. Agmen Apollineum, nova sacri injuria ponti; Carmineis ratibus per freta tendit iter. Proteus æquoreas pecudes, modulamina Triton Monstra cavos latices obstupefacta sinunt. At caveas tantæ torquent quæ mollis habenas, Carmina si excipias nulla tridentis opes. Hesperiis Michaël claros conduxit ab oris In pelagus vates. Delphica castra petit. Imó age, pone metus, mediis subsiste carinis, Parnassi in littus vela secunda gere.
ADVERTENCIA DEL EDITOR.
Esta Advertencia que pudiera parecer escusada, respecto del Viage al Parnaso de Miguel de Cervantes, por ser mera reimpresion de un libro tan conocido, la exige la publicacion de las dos piezas igualmente poeticas, que ahora se dan á luz la primera vez. Una es tragica: y otra comica. Una se intitula La Numancia: la otra El Trato de Argel. De entrambas hace mencion, baxo estos mismos titulos en el Dialogo con el poeta Pancracio, en el Discurso del Canonigo de Toledo con el Cura Pero Perez, que se introduce en D. Quixote, y al fin de la comedia de los Baños de Argel, impresa el año de 1613. Estas dos son del número de aquellas veinte ò treinta comedias que escribió por los años de 1582. recien redimido del cautiverio de Argel, y de las quales dice que todas se representaron en los teatros de Madrid con gusto general del pueblo. Pero sin embargo de estos elogios, en ambas se observan ciertas irregularidades que las mancomunan con muchas de las que despues reprehendió tan justamente el mismo Cervantes. Porque el Trato de Argel no tanto merece el nombre de comedia, como el de una simple relacion lastimosa y tragica por lo comun, de los trabajos que padecian los cautivos cristianos en poder de los infieles, en cuya pintura entran tambien las reprobadas costumbres de unos y de otros, cuyos sucesos son tanto mas creibles en la pluma del autor, quanto que por él pasaron muchos de ellos; y asi se introduce en ella à sí mismo, como historiador verdadero. Por esto refiere con tanta puntualidad las varias calamidades de los cautivos: la venta de ellos en el zoco ò plaza de Argel: el peligro y facilidad con que renegaban los muchachos: los intentos y aventurados arbitrios que discurrian los cautivos para huir: los inclementes castigos con que por esto los atormentaban los moros: el martirio que padeció en Argel Frey Miguel de Aranda, caballero Valenciano, de la Orden de Montesa, en venganza de haber quemado vivo la Inquisicion de Valencia à un morisco, que pasandose à Berberia, profesó abiertamente el mahometismo, y dandose despues al corso, cayó en manos de aquel Tribunal: cuyo suceso refiere largamente el Padre Ahedo en su Historia de Argel. Tampoco omite las deshonestas aficiones con que las moras se inclinaban à los cautivos, y los moros à las cautivas, valiendose de hechicerías y encantos, con el vano intento de atraer y fixar las voluntades humanas: cosa freqüente entre ellos, como dice el mismo Ahedo: cuyos amores se complicaban con otros que los mismos cautivos se tenian. Asi Cervantes cuenta los de Aurelio y Silvia, cautivos enamorados, y presos por Mami Arnaut en la galera nueva de Malta llamada San Pablo, de cuya pérdida hace mencion el citado Ahedo, atribuyendo esta y otras desgracias à que las galeras de España eran muy pesadas, cuyo peso se aumentaba con el demasiado carguío de mercancias, sin ayudarle en un apuro nuestra gente, por tener a caso de menos valer echar mano al remo: todo lo qual sucedia al contrario en los moros, que usaban de embarcaciones mas veleras. Compraron estos esclavos Izuf y Zara, dos moros principales. Enamorase Zara de su cautivo Aurelio, y para inclinarle se vale de la hechicera Fátima, y no contenta con esto, hace tercera de su amor à Silvia. Izuf por su parte se aficiona à Silvia, y para rendirla se vale de los oficios de Aurelio. Aunque en esta comedia no se advierte una accion principal à que estén subordinados los demas incidentes, si algun episodio puede ocupar el lugar de ella, es esta complicación de afectos de amos y de esclavos: cuyo desenlace consiste en conceder el Rey Azan à Aurelio y Silvia, libertad para que vuelvan à España à solicitar dos mil ducados en que se rescataron, fiando de su palabra y buena fe el cumplimiento de esta condicion. Y el fin de toda la comedia es avistarse en el puerto de Argel el navio que traia la limosna de la Redencion, en que venia el Padre Fray Juan Gil, cuyo suceso fue tambien verdadero, pues este Religioso fue el que rescató à Cervantes. Tampoco se observan las unidades de tiempo ni de lugar. Pedro Alvarez y otro con-cautivo caminan noches y dias, huidos de sus amos; y perdiendo el camino Alvarez, se aparece un leon que se le enseña: cuyo extraordinario suceso atribuye à la intercesion de nuestra Señora de Montserrate. Introduce tambien figuras morales. La Necesidad y la Ocasion acosan à Aurelio para que condescienda con las importunas instancias de Zara. Asi tambien en la Numancia introduce à la España en forma de doncella, coronada de torres, informando del sitio que la tenia puesto Scipion; y considerando que solo por la parte por donde bañaba el rio la ciudad cercada, podia recibir socorro, le hace una dolorosa súplica para que se le preste: y en efecto, sale al teatro el Duero con tres muchachos que representan à tres riachuelos que desaguan en él, y despues de una larga arenga en que profetiza que los Godos en adelante, Atila, y el Duque de Alba D. Fernando Alvarez de Toledo harían guerra á Roma, la desaucia de todo remedio, y se sumerge en sus propias aguas. Facil hubiera sido y mas natural poner estos discursos en boca de las personas. Pero esta invencion fue tan del gusto de Cervantes, que se precia de haber sido el primero que introduxo en el teatro las figuras morales con general aplauso: si bien muchos años antes las vemos introducidas en la comedia de la Duquesa de la Rosa impresa por Juan de Timoneda el año de 1560. por Alonso de Vega, poeta y representante, como lo fue por aquellos tiempos Lope de Rueda.