Estábamos todos en el patio de la cárcel esperando que sea la hora y el momento perfecto para comenzar la emboscada, el plan era que uno de los hombres con aspecto más grande y terrorífico de la cárcel comenzará una pelea con Axel, un flacucho, pálido y desgarbado que había quedado en la cárcel por tráfico de órganos y por matar a toda su familia. A mi personalmente no me apetecía que todos los mafiosos, asesinos, violadores etc... se quedarán libres en un pueblo lleno de gente inocente, pero la verdad es que yo también soy un delincuente y si no había otra forma de escapar, tendría que usar esta opción.
La pelea entre los dos hombres ya había comenzado, los policías todavía no se habían dado cuenta, o tal vez si, pero como les divertía esperaban un poquito y cuando ya estaba empezando a ser una pelea grave los separaban. Axel se movía de un lado a otro como si fuera un boxeador, y el otro matón seguía sus pasos, Axel no paraba de golpear sucesivamente el torso de Marcos y Marcos no parecía defenderse, pero de un momento a otro soltó un fuerte puñetazo que rompió la nariz de Axel, un enorme charco de sangre se había formado en sus pies, su musculosa blanca y su pantalón anaranjado también estaban manchados.
"Oh no"
La cara de Axel en verdad se fue desfigurando y pude notar el miedo que sentía Marcos desde mi distancia, aunque Axel fuera un flacucho y que no supiera pelear en verdad daba miedo, ya que era capaz de todo. Era obvio que esto se nos iba a salir de las manos. Axel sacó un trozo de vidrio del bolsillo de su pantalón y lo introdujo en la nariz de Marcos sin que si quiera el pudiera pensar en correrse. Y no sólo la clavo una vez si no 12 veces, la cara de Marcos ya no se reconocía y todo había sido tan rápido que el no se había podido defender, solo movía sus manos como si fuera un gesto de dolor. Los policías por fin habían hecho presencia, eran sólo dos y deberían saber que dos policías no podían controlar a Axel.
"Y la guerra comenzó"
Cuando los policías habían llegado con sus bastones policiales, parecían no haberse dado cuenta que había comenzado una maldita guerra. Una manada de mayúsculos hombres se dirigieron a ellos. Mataron a los dos policías en segundos. La alarma sonó alarmándonos a todos. Corrí hasta los dos policías que estaban tirados en el suelo y revisé sus bolsillos, cada uno de ellos llevaba un montón de llaves.
"Par de estúpidos"
Abrí cada una de las puertas que se encontraban a mi paso, abrí también cada una de las celdas en las que se encontraban los demás delincuentes. Ya no iban a poder con nosotros. Un enorme cuartel de policías venía hacia nosotros, solo se escuchaban abucheos y gritos.
-Tranquilos, cada uno vuelva a su celda, repito, cada uno vuelva a su celda. Prometo que cuando estén en sus celdas no los castigare- exclamó Mark mediante un megáfono, Mark era el policía mas hijo de puta que había visto en mi vida, se creía mejor por tener un bastón y un arma, pero lo que no sabía es que faltaba poco para su muerte. Policías y prisioneros se peleaban entre si con carne y uñas. Deje de observar y me enfoque en escapar de esta maldita pocilga, pero un policía se las ingenió para detenerme, me había pegado en mi muslo derecho, con un bastón policial. Cuando me doy vuelta para enfrentarlo, me pega otro mucho más fuerte, pero esta vez en mi rodilla. Un subidon de energía creció en mi tan rápido como la ira y no demoré en pegarle muchísimas veces en la cara sin detenerme a pensar en nada más.
-Déjalo, déjalo y escapa ya quedan pocos! Corre!
Kevin uno de los pocos amigos que me había hecho en aquel horrible lugar, esta ahora sinchando de mi camiseta con toda su fuerza, separandome del policía que yacía ahora inconsciente a unos metros de mi. Ya estabamos en frente de la puerta que nos separaba de la deseada libertad, era de noche y cuando sali pude sentir como el frio chocaba con mi piel. Me gire y pude ver como cada uno de los delincuentes que habían salido se habían detenido a mirar un punto fijo. Pero el minutito que tuvimos de paz se acabó, unos policías nos disparaban desde el techo de la cárcel.
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Pretextos
Fiksi Umum-Alguien me busca-dijo de manera casi inaudible. -Y qué tengo que ver yo? -Pregunté de forma valiente. Su respiración se volvió más agitada, me tapo la boca con una de sus enormes manos y pude escuchar pasos provenientes de la planta baja... ¿Qué pa...