NARRA JASON.
Mire el techo, que estaba completamente negro encima de mi, de allí caían pequeñas gotas de agua, cada una de ellas se posaba con delicadeza en mi frente, mis compañeros de celda estaban dormidos, en su rostro se veía angustia y miedo, la única ventana que había en la habitación se encontraba a unos metros de mi (no es que la habitación fuera muy grande) de allí se podían observar los primeros rayos de luz asomándose, la ventana no tenia vidrio, ya hace mucho que lo habían roto, en ella solo se podían ver unas fuertes rejas, hechas para que ningún maleante pudiera escapar. Éramos nueve en una habitación, todos durmiendo apretados y con tan solo una manta, recostados en el suelo sucio, como si de perros se tratase. Era una mentira eso de que en las cárceles hay una cama para cada persona, era mentira que se llevaban lejos a los que habían cometido peores delitos, era mentira que nos tenían un poco de compasión, para los ojos de la policía, los políticos, la gente, éramos personas a las que tenían que erradicar. Me corrí de una ves, aquella pequeña gota de agua, no iba a alimentar mi sed de libertad.
Varios policías vestidos de negro, pasaron con los bastones policiales, golpeando cada una de las rejas, haciendo un ruido estruendoso, todas las personas que antes dormían se levantaron de golpe. Un encarcelado valiente, que había venido hace unos pocos días, se ánimo a enfrentarse con uno de los policías más temidos "El pobre no tiene ni idea" pensé. Mark uno de los policías con más fama de corrupto, se acercó al recién llegado, lo miro de arriba a abajo -¿Todavía no aprendiste estúpido?- Exclamó el policía y lo siguió mirando con una extrema serenidad. Lo saco de la celda, sacó su bastón del pantalón verde que lo diferenciaba de los demás y con un movimiento rápido y firme lo extendió, como si de una antena se tratara, le dio un golpe seco y fuerte en el muslo derecho, y el preso gimoteó de dolor, poco después quedo inmóvil momentáneamente. "Más tarde le daremos la bienvenida al nuevo" escuché que decían entre risas dos hombres repletos de tatuajes.
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Pretextos
General Fiction-Alguien me busca-dijo de manera casi inaudible. -Y qué tengo que ver yo? -Pregunté de forma valiente. Su respiración se volvió más agitada, me tapo la boca con una de sus enormes manos y pude escuchar pasos provenientes de la planta baja... ¿Qué pa...