Todo comenzó una mañana de primavera, estaba todo oscuro, y lo único que se escuchaba era el movimiento de una carreta de 4 ruedas, y vieja, había olor a madera mojada, en mis manos había un encendedor, y en la otra, una nota, apreté el encendedor y abrí la nota, decía lo siguiente:
-Buenos días, -Era raro que dijera eso, porque ya era de noche, quizás dormí de más- quizás ahora te preguntes en dónde estás, y por qué lo estás, no seas impaciente, luego lo sabrás. Ahora solo sigue las instrucciones, ¿Ves el encendedor a tu derecha? Tómalo y enciende la vela que está a tu diagonal, -Obedezco, quién sabe qué me pasará si no hago caso, vuelvo a tomar la nota y leo- Ahora toma el tragaluz que está a la izquierda de la vela, y mete la vela. ¡Bravísimo, ahora tienes una mente abierta!, solo tienes que esperar a que esta carta explote en 5... 4... -Suelto la carta de inmediato, aunque eso de la carta que explota, sonó como un cliché- 3... 2... 1... -No pasó absolutamente nada- ¡Já! En serio creíste que esto explotaría?, ni que fuera una película de acción con clichés pasados de moda,-Pongo los ojos en blanco- Bueno ahora relájate y espera al amanecer-.
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Hola, espero que les haya gustado, nos leemos mañana! O más tarde.