Láser Tag

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Travis

Alli iba vestida con la ropa con que pintó, no creo que estuviera muy cómoda y ella me había comprado una chaqueta, así que sin preguntárselo entre a una de las tiendas y miré vestidos, me sentía idiota buscando algo que le gustara agarre un vestido rojo y unos tacones cools, era bastante Alli. Quería verla en ese vestido, pagué y corrí hasta a encontarlas.

-¿Qué es eso? - Me preguntó Alli viendo la bolsa.
-Ropa para ti- le entregué la bolsa y me encogí de hombros.
Entraron a una tienda, al principio estaba dispuesto a participar y le entregué una camisa muy a mi estilo a Mare.
Joder como duraban comprando mierdas, se probaban y se probaban cosas sin cansarse estaba apunto de entrar voluntariamente a la hoguera. ¡Es malditamente aburrido! Me probé unas oakleys que de fijo compraría. Entonces vi un vestido que me hizo susurrarme a mi mismo "Alli" no dude dos segundos y se lo compré.
-Travis, es hermoso pero no tienes que hacerlo- Me dijo Alli en la caja.
Joder si lo hago es porque me da la maldita gana, lo hago porque quiero y puedo.
En eso toció Mare -Es amor- dijo mientras caminaba.
No pude evitar tensarme, tan sólo la palabra de devolvía al pasado. Amar a Alli implicaría hacerle daño, hacerle daño implicaría su sufrimiento, su sufrimiento implicaría el mío.
Miré a Alli comprar una pantuflas, intenté no reír pero era estúpido, siempre las perdía. Ya me quería ir estaba cansado y fastidiado.

-¿Abburido?- preguntó sonriendo.
- Joder que sí, y con hambre.-
Una maldita limonada no llena.
- ¿Me sostienes? - me dio las bolsas y las agarre.
- Claro- Sonreí.
Ahora el típico imbécil que cargaba las malditas bolsas mientras su chica iba de compras.... ¿Qué dije?
No sé cuanto tiempo tardó Alli, pero estaba harto de que Ame no terminara de escoger nunca joder, quería agarrarla, meterla en una de estas putas bolsas y obligarla a irse.
En eso llegó Alli con unas papas fritas de McDonald's
-Travis, abre la boca- lo hice y me dio de comer.
Ya era una costumbre entre nosotros me había acostumbrado demasiado a su presencia para mi propio maldito gusto. Amaba que me diera de comer.
Su mirada bajó hacia mis labios y por un momento pensé en los suyos contra los míos.
- Te manchaste- Me limpio con sus suaves y cálidos dedos, su tacto me quemaba de una forma agradable. La mire mientras lo hacia pero ella pareció no notarlo o le restó importancia.
Cuando por fin terminamos de comprar y fuimos a dejar las bolsas al carro, decidí que era hora de hacer algo divertido, las invité al láser tag. Cuando llegamos ahí y compramos las entradas Alli, pagó, díganme machista pero yo invité to debía pagar, yo quería pagar. Era malditamente imposible.
-Yo debía pagar- Dije de mala gana.
- No es nada, me invitas a un helado saliendo-Respondió. Agh
- Gracias Alli- Dijo Ame
-Esta bien- Ya quería que el juego empezará, entramos nos entregaron las armas de láser me sienta como un Terminator con tatuajes, no prepararon y nos separaron, hasta que el juego comenzó y mis sentidos y la adrenalina que siento antes de una pelea se activaron.
Soy jodidamente competitivo, me moví sileciosamente por el lugar hasta que di con Ame.
-¡No!- Gritó Ame apuntándome, pero antes que lo hiciera yo ya había disparado. Escuché pasos a mi espalda sabía que era Alli, lo próximo que sentí fueron los jodidos disparos, me había dado y esas me las pagaría. Me di la vuelta y ella salió corriendo, le disparaba mientras la seguía su expresión era jodidamente divertida. Quedó acorralada contra una pared y dejé de disparar mientras me acercaba a ella con una sonrisa triunfadora.
-Me doy- dijo levantando los brazos.
- ¿En serio?- la conocía ella no se rendiría.
- Tal vez no- se acercó a mi, conocía el truco quería ponerme nervioso o al menos distraido, es obvio que no lo lograría. - Podemos... No sé- rió
-Yo sí sé- Sonreí mientras me percataba de la verdadera cercanía de nuestros cuerpos.
- Contigo no funciona- Se acercó.
Era muy poca la distancia ya no pensaba con claridad.
- Veamos- bajé el arma y sin pensarlo la tomé de la cintura, no sé si fue por las ganas que tenía muy dentro de mi o si fue la adrenalina combinada con lo bella que se veía sin la distancia entre ambos.
Disparé el láser al aire y uní mis labios a los de ella en un cálido beso, lo había mandado todo a la mierda pero ya era muy tarde para arrepentirme, esperé que simplemente me diera una patada en los huevos o se separara de mi pero en vez de eso me siguió el beso, nuestros labios se movían al mismo ritmo, sabían a un poco de su labial el que noté era de fresa. Sentí sus manos en la parte baja de mi cuello. Y sin pensarlo sonreí me había perdido en aquel beso. Lo había mandado todo a la mierda, pero por el momento éramos unos solo y no era capaz de pensar nada más.
-¿Seguimos jugando o nos quedamos aquí?- Se separó
Ella prefirió olvidarlo y hacer como si nada, no me lo esperaba pero intenté seguirle el juego aún disfrutando del delicioso sabor que me habían dejado sus labios.
-El juego apenas comienza- Reí.
En eso llegó Mare quién nos disparó y continuamos jugando hasta que todo terminó.
Salimos y nos mostraron el vídeo del juego, ahí estábamos nosotros en un beso que parecía sacado de película. Miré a Alli sonrojarse, no sabía que decirle así que preferí no cabrearla.
El chico del video nos miró y nos dijo. -Sí que se divirtieron tú y tu...- Hijo de perra, no había pensado en eso, no quería que Alli... -Es mi amigo sólo eso- dijo Alli sonriendo. Nuestro beso le importó una mierda, me cabreó escucharla decirlo me había mandado a la puta friendzone sin que siquiera yo lo hubiera intentado, quería decirle que si, que éramos a amigos pero sentí el calor subir por mi cara y todos mis músculos tensarse. Me había hecho mierda sin razón, estaba enojado sin razón. Me importó un beso sin razón... Miles de besos y justo esté lo cambia todo. No lo pensé ni un minuto antes de salir con mi irá dejándolas adentro.
Me metí al puto baño de mierda, quería romper todo a mi paso, la irá era una muestra de débilidad, una parte de mi que ninguno de ellos conocía, no le daría el gusto de verme ni mal ni enojado, ella entre todas las personas era la última que debía verme agresivo, me obligué a mi mismo a tranquilizarme, me lavé la cara y salí. Llegué con ellas y no hubo más que silencio hasta que llegamos a la casa, agradecí que nadie tuviera nada que decir. Bajé dejando las bolsas en el auto y me metí en la casa, fui directamente en mi habitación. Ya estaba más tranquilo joder, necesitaba espacio, tenía que pensar... joder no hay nada que pensar ella es mi nada, que sea mi algo significa sufrir, no puedo enamorarme de nuevo, no puedo romperle el corazón, todo estaba muy bien hasta que decidí dar ese beso, joder si sintió malditamente bien, mi corazón no daba ese brinco desde hace mucho y sabía que este tipo de sensaciones era más fuertes que cualquier droga imagináble. Tenía que dejar de pensar en esto, el día fue malditamente largo, el cansancio me ayudó a no pensar hasta que me quedé malditamente dormido.

Trallison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora