Capitulo7: Pánico

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Twan y yo miramos dudosamente aquellas gotas y manchas rojas. ¿Y si no es sangre? ¿Qué más puede ser? En el techo hay grietas. De ahí sale ese extraño líquido rojo.

- Qué olor raro y desagradable.
Dice Twan con cara de asco. Mientras lo dice, miro hacia las grietas para observar las gotas caer al suelo.

-Twan, pásame el recogedor. El que está frente a la puerta de mantenimiento.

Twan me trae el recogedor. En cuanto me da el recogedor decido darle al techo con el mismo. Cuando lo hago, esa parte del techo se derrumba y con él, también cae un cuerpo.

Twan y yo nos quedamos paralizados y paranoicamente aprieto su brazo sin darme cuenta. Twan mete un pequeño grito por el dolor y yo meto un pequeño grito por el susto. Pero ese pequeño grito que salió de mi boca parecía no querer acabarse.

-Mica cállate. ¡Si nos ven aquí pensarán que esto fue obra nuestra y nos llevaran a juicio por pensar que somos asesinos!-

Me dice Twan mientras tapa mi boca. Su cara tiene expresión de asco y temor. Sus ojos se aguaron al instante en el que vimos el cuerpo caer del techo.
-Tenemos que salir de aquí. Informar que vimos el cuerpo de una persona muerta en la mansión.

-Si, Mica ven conmigo, podemos ir a informárselo a los guardias.

Inmediatamente salimos corriendo por la puerta y nos dirigimos a los cuartos de vigilancia. Llamamos al primer guardia que encontramos. Twan estaba todo tembloroso y casi no podía explicar lo que habíamos visto.

-Hay una persona muerta en esta mansión. Nosotros la vimos. ¡Está arriba en las piscinas !

-Ustedes chiquillos sois muy bromistas. Más vale que no estén jugando.

Salimos corriendo los tres hasta llegar a las piscinas. Para nuestra sorpresa, no había ningún cadáver. No había nadie. No había nada. No había sangre. El techo estaba roto pero no había rastro de alguna persona. El guardia riéndose se fue diciendo:

-Estos niños de ahora sois tan bromistas. Me encantan.

Asustados nos acercamos Twan y yo a la ruptura del techo. Miramos y solo había una gota de sangre arriba. No había nada más. Alguien había limpiado todo. Alguien se había llevado el cuerpo.

-Mica....
-Acompáñame. Recorreremos la mansión. Si alguien está cargando un cuerpo aquí, no avanzara mucho para esconderlo.
-¿Pero cómo estás tan segura?
-Twan... ¡Era un cuerpo! ¡Un cuerpo ensangrentado de un niño como con aproximadamente 140 libras!
-Esta bien. Vayamos.

Salimos a eso de las 9:30 de la noche a recorrer la mansión, buscando algún rastro de sangre, alguna persona sospechosamente andando por la mansión a estas horas. Abrimos cada habitación sin pensarlo dos veces. Tocamos puerta por puerta llamando a cada estudiante con la excusa de preguntarles si tenían algún bolígrafo que nos prestasen.
Revisamos la cocina, la biblioteca, los armarios... Miramos por cada ventana que tenía la mansión hasta que...

-Mica corre, mira esto.
-¿Daisy?
Daisy, mi compañera de cuarto estaba en las afueras de la mansión mirando a la nada con una frisa sobre ella. Salí corriendo hacia el campo que rodeaba la mansión, y cuando llegue a ella....

-¿Estás llorando? ¿Daisy qué sucede?

Daisy se voltea y me mira de reojo. No se voltea completamente por lo que pareciera que no quiere que la vea. Pero ya luego se voltea completa hacia mi llorando y desconsolada.

-Encontré esto bajo mi almohada...

Twan me esperaba en el balcón de la mansión. No escuchaba lo que Daisy me decía pero en cuanto vio lo que Daisy sacaba de su manta... Corrió hacia nosotras y me agarró el brazo para alejarme de ella. Daisy tenía un dedo cortado por la mitad y 3 dientes sostenidos por su mano. Ese dedo tenía que pertenecerle al niño muerto que Twan y yo vimos.
Llorando, temblando, asustada, aterrorizada, Daisy tiro lo que nos enseñaba al suelo y me dio un abrazo.

-Mica, soy sonámbula. Desde muy pequeña lo he sido. Me he levantado de mi cama para ir a la cocina a comer. Me he lastimado durante las noches y ni siquiera me entero de cómo me he lastimado. ¿Crees que le he hecho daño a alguien? Dios esto no puede estar pasando. No soy una asesina. Estas partes pertenecen a un cuerpo humano. ¡Había un dedo bajo mi almohada! ¡Un dedo Mica! ¡Un dedo!

Twan se acerca a nosotras y nos separa lentamente.

-No, Daisy. No creo que le hayas hecho daño a alguna persona. Tranquilízate y ve a dormir, yo averiguaré qué clase de broma es esta.

Le dije mientras la miraba con los ojos aguados. Twan me miraba un tanto aterrado y ambos la llevamos a la habitación. Twan llevaba en unas servilletas las partes del cuerpo que Daisy había tirado al suelo. Pero faltó recoger un diente. Salimos a buscarlo pero no lo encontramos. Se hicieron las 10:30 de la noche y decidimos que era peligroso estar solos tan tarde, tomando en cuenta todo lo ocurrido. Cuando casi entramos a la mansión nuevamente, me arrodillo a llorar en el suelo. Twan, llorando, me abraza y me consuela. Cuando ya por fin nos hemos tranquilizado, entramos y nos dirigimos a nuestras habitaciones.

-Mica, ¿qué haremos con todo esto? Creo que hay un asesino en esta mansión. Es demasiado peligroso dormir ahora.

-Ponle seguro a tu puerta. Y pon algo en el suelo por si alguien trata de entrar. No se. Unas campanas o algo por el estilo. Debemos descansar. Además, mañana cuando vean que falta un niño competidor saldrán a buscarlo.

-¿Crees que lo encuentren?

-No lo sé. Esperemos que si. Buenas noches Twan. Descansa.

Dicho esto cerramos nuestras puertas.

Quisiera que todo esto solo fuese un sueño. Me revuelco en la cama y no puedo dormir. Miro hacia la cama de Daisy y veo que ella tampoco puede dormir. Lo único que hace es llorar. Se siente mal. Se siente culpable. Se le nota por encima. Claro que hasta yo me sentiría pésimamente mal si encontrase un dedo bajo mi almohada considerando que fuese sonámbula. Dios.... Como quisiera estar en mi cama, o en la cocina hablando con mamá sobre esta horrible pesadilla. No puedo apagar mi lámpara. Paso la noche entera mirando la parte baja de mi puerta. La luz del pasillo está prendida todas las noches, si alguien trata de entrar lo sabré por su sombra.

Aunque..... Creo haber visto una sombra pararse frente a mi puerta y marcharse como a los 5 segundos. ¿Será Twan? ¿Algún guardia de la mansion? O ¿será el asesino con el cuerpo del pobre joven muerto?

Mi curiosidad es cada vez más grande. Y aunque mi miedo es grande, mi curiosidad sigue ganando. Así que me paro de mi cama y trato de mirar por una esquina de la puerta, cuando abro, Twan abre la suya y se asoma por igual.

-¿La viste? Aquella sombra.

Me pregunta Twan silenciosamente.
Asiento con la cabeza un tanto asustada. Ambos cerramos nuestras puertas considerando que no eran nuestras sombras las que habíamos visto. Corrí hacia mi cama y salté para arroparme en las sabanas. Bajé el aire para no tener calor al arroparme entera y lloré hasta que por fin pude dormir.

La mañana siguiente, encontraron el cuerpo mutilado y congelado en uno de los refrigeradores...

La pesadilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora