Inevitable

CAPÍTULO 4

Tiro el despertador al suelo de un manotazo y escucho cómo las piezas de este se rompen al chocar contra el suelo, pero ya es algo que me da igual.

Nisiquiera me molesto en ver la hora y día en mi móvil porque a estas alturas ya me las se de memoria.

Me levanto, cojo mi ropa y me visto en tiempo récord para luego salir a fuera a dar una vuelta.

Necesito pensar y que me dea el aire de la mañana me ayudará a hacerlo.

Ésto es un retorno sin fin. Ya han pasado por lo menos 10 años desde que todo empezó, y nunca se termina.

Tiene que haber alguna forma de pararlo pero ¿cual?

Se que esto es culpa de mi gemelo rojo. Es el verano que se ríe de mi, lo se. Pero no pienso permitírselo más.

Doy una patada a una piedrecita mientras camino por la calzada pasando por las obras, por el parque y por el paso de cebra donde empezó todo.

Es ahí donde se me enciende la bombilla.

Donde empezó todo, ese es el punto clave. Ya se lo que hacer. ¡Ya se lo que hacer! Siento ganas de gritarlo en voz alta y no me contengo.

-- ¡Ya se lo que hacer! ¡Mimi no te fallaré! -- Dije a voz en grito alzando la voz cuanto pude. -- ¡Ya se lo que hacer!

***
Estámos en los columpios. El gato se escapa, Mimi ba tras él y yo detrás de ella.

En cuanto llega a la calzada la detengo y la empujo con brusquedad quedándome yo en el medio y medio del paso de peatones. Poniéndome así en su lugar.

Escucho el atronador pitido del camión al que ya no le da tiempo a parar.

Sonrio al saber que ella estará bien y yo seré el que fallezca esta vez. Así todo se acabará, la cadena llegará por fin a su final.

Siento un terrible dolor recorrerme todo el cuerpo de pies a cabeza, pero no me importa, ya nada importa más que ella estea bien.

Puedo ver su expresión de confusión y tristeza, sus lágrimas. El olor de mi sangre la asfixia y la tristeza la inunda. Sin embargo todo eso merece la pena porque ella sigue viva.

Veo la figura del verano, de mi gemelo rojo, y sonrio victorioso.

-- Espero que esteas conforme. -- Musito con rencor.

Veo como de sus ojos también asoman las lágrimas. ¿Al verano le entristece mi muerte?
Que extraño.

Todo se torna negro y se en ese momento que todo a acabado.