Capítulo #1 El Hombre de Traje Negro

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Todos los niños tienen una imaginación inmensa, sueños de fantasía que te hacen delirar, amigos imaginarios, arcoiris de indescifrables colores, casas de dulces irreconocibles, hadas, duendes. Pero ninguno de esos niños, se podía comparar con la imaginación de Marie, una niña de siete años, cabello negro, piel blanca como copo de nieve, ojos azul mar, con una mirada tan profunda, que te hipnotizaba de ternura.

Marie no era la típica niña que necesitaba amigos para jugar, su gato negro Fluff era todo lo que necesitaba para ser feliz. Era una niña inteligente y soñadora, su imaginación alegraba los más oscuros días de sus padres y Fluff. Podría llegar a imaginar que era una princesa en un castillo de piedra inmenso, rodeado de agua, con dragones y unicornios, imaginaba ollas de oro al final del arcoiris, guerreros, pero sobre todo, su más grande sueño.... era llegar a la luna, no porque quería ser astronauta, ni porque quería ver extraterrestres, si no porque se imaginaba a ella y su gato subiendo una escalera hasta llegar a este astro brillante.

Recostada en su cama con su pijama azul con lunares blancos, viendo el hermoso cielo marino por la oscura noche, donde alumbraba la luz de la luna.... la luna, la hermosa y gigantesca luna, estaba ahí decorando la noche, dándole un perfecto tono brillante, poniendo luz a la oscuridad entre el bosque, indicando que ya es hora de dormir.

- Alguna vez podré tocarte, acariciarte, cegarme con tu brillante luz azul.- decía Marie a la luna mientras bostezaba.

Marie se acomodó en su cómoda cama entre el edredón y el colchón, preparándose para dormir, su habitación era un sueño, era hermosa, las paredes cian decoradas por dibujos de caricaturas que según ella, en estas estaban su gato, lobos, caballos, personas, princesas e innumerables dibujos, pero lo más extraño que resaltaba era un hombre con traje negro, sombrero y bastón, el dibujo no era muy descifrable, era abstracto y raro pero algo se podía entender.

Sus padres se preguntaban quien era, pero Marie no respondía ya que ni ella sabía la respuesta. El dibujo había aparecido ahí hace una semana, Marie no lo había hecho, pero la caricatura del hombre se le hacia muy familiar.

A la mañana siguiente era sábado, Marie y su madre Esther iban de la mano paseando por el parque, Marie veía a los niños corretear por este, las parejas agarradas de manos en los bancos, amos paseando a su perro, las aves volando por el infinito cielo cian decorado con las grandes nubes y el brillante señor sol.

La campana de la carretilla de helado, hizo que Marie volteara y halara la mano de su mama haciéndole entender que quería un poco de este para refrescarse. Marie y su madre primero tomaron asiento en una banquilla verde del parque.

- Cielo, quédate aquí un momento en lo que compro el helado y vuelvo, solo será un segundo, ¿de acuerdo?-. preguntó su madre. Al verla asentir, se fue a comprar el helado para ambas. Marie entretenida viendo sus zapatos de charol, escucho carraspeo la garganta a alguien a su lado.

Al voltear la cabeza se encontró con un señor vestido de negro completo, pero este se tapaba la cara con un periódico, Marie sonrió al ver que este librito de papel estaba al revés, el señor de traje negro cruzó las piernas acomodándose en el asiento, al escucharlo decir.

- ¿Serían las personas capaces de hacer sus sueños realidad?.- le preguntó éste a la niña impidiendo ver su cara, mientras se paraba del banquillo a la vez que guardaba el periódico en el bolsillo interno de su saco de traje. Pero lo que más sorprendió a Marie fue que al señor de negro sacar la mano del bolsillo de su vestimenta, saco con esta un bastón largo hecho a caoba pulida y brillante, mientras caminaba yéndose.

Esto la dejó sorprendida e inmóvil, la voz de su madre interrumpió sus pensamientos, esto la hizo salir del trance y tomar su helado, al voltear la vista para seguir viendo El Señor de Traje Negro yéndose, se sorprendió de nuevo al ver que este había desaparecido.

Caminando hacia la salida del parque junto a su mamá, volteo la cabeza hacia el vendedor de globos inflables y abrió los ojos al ver que este con su mano izquierda estaba dándole vueltas a un bastón.... el mismo bastón del señor de traje, subió la mirada para poder divisar su cara, pero esta fue tapada por los innumerables globos. Salió del parque preguntando a sí misma una y otra vez.... '¿Quien es ese señor? su cara me parece conocida'.... pero lo que más divagó en su pequeño pero inteligente cerebro fue la frase que dijo este... "¿Serían las personas capaces de hacer sus sueños realidad?", se preguntaba eso una y otra vez, respuesta que no sabía, ya que ella sonaba, sonaba demasiado pero.... ¿Podrían alguna vez esos sueños hacerse realidad?.



Marie & El Mago de Los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora