Capítulo 5

150 5 0
                                    

Me dolía la muñeca. Estaba muy roja, Mario se había pasado con la fuerza...
–¿Estás bien?
–Sí, claro.–Miré mi muñeca y Rubius hizo lo mismo.
–Está muy roja. Subamos a mi casa.–Rubius abrió la puerta del portal y subimos al ascensor. Luego llegamos a su puerta y la abrió. Entramos y lo primero que encuentro es un desastre de casa y a dos gatos. Cómo no, son Wilson y Raspy.
–Hola, pequeña Raspy.–Agarré a la gata y la subí en brazos mientras la acariciaba.–Que suerte tengo de conocerte en persona.–La gata maulló, como si supiera lo que decía.
–Sientate si quieres. ¿Quieres una coca-cola?–Rubén me ofrece y yo me siento.
–No me gusta la coca-cola. ¿Tienes fanta?–Rubén se queda pensativo.
–Seh, tengo fanta. Ahora te traigo un vaso.
–Okey, gracias. Por todo.
–No hay de qué.
Wilson se subió encima mio, parecía celoso de que estuviera acariciando a Raspy.
–Ven, anda, pequeñajo.

Rubén y yo acabamos de hablar. Era hora de irme. Pero... ¿A dónde? Claudia me miraba preocupada, al igual que los youtubers que había allí presentes.
–¿Pasa algo?–Me pregunta Mangel.
–No es...–Claudia me interrumpió y dijo:
–Se ha ido de casa y no tiene dónde dormir. Y yo la invitaría a mi casa, pero no me dejan...
–Si quieres puedes quedarte aquí.–Rubén dice.–Yo puedo dormir en el sofá y tu en mi cama.
–Bueno... Si no es mucha molestia...

PequeñajaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora