Capítulo 8

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Logramos llegar al campo de pelea antes de la hora límite del encuentro. Había una gran multitud de chicos conversando entre ellos, en cuento nos vieron entrar, todo el campo se quedó en silencio. Mientras caminábamos, veía cada una de las miradas hacia nosotros y realmente no sabía el por qué de ellas.

—¡Listo muchachos! Ahora sí estamos completos —un hombre salió de entre la multitud y se subió a una especie de tarima que había en una esquina del campo —Qué bueno ver caras nuevas este año —dijo mirándonos a Jeremy y a mí —¿Saben lo que eso significa? —la gente empezó a murmurar —¡Les daremos una cálida bienvenida! ¡Acérquense! —nos hizo un gesto con la mano para que lo hiciéramos. Miré a Jeremy con cierto recelo, mi sexto sentido me decía que algo malo pasaría, pero no podía hacer nada. Empezamos a caminar juntos entre toda la gente, algunos chicos nos miraban incrédulos, otros con cierto recelo e incluso pude jurar que algunas chicas me torcieron los ojos. Qué maduras.

Subimos la tarima y nos paramos al lado del hombre, este nos brindó un abrazo a cada uno y sonrió a las personas que estaban abajo —En fin, me imagino que ya conocen a estos increíbles chicos, cada uno con una historia asombrosa que contar —los murmullos iban en aumento —¿Quién será un digno oponente para el joven lobo que logró escapar de nuestras instalaciones? —miré a Jeremy. ¿Qué rayos estaba pasando?

Vi a varias personas alzar su mano, entre ellos estaba JoeJoe. Volví a mirar a Jeremy esperando alguna explicación, él solo me miró con calma, como si me dijera que todo estaba bien.

—Veo que hay varios interesados en darle la bienvenida a nuestro querido Jeremy, pero qué tal si hacemos algo más divertido este año, ¿Les parece? —por un momento solté un suspiro, pensando que Jeremy no correría peligro en manos de JoeJoe, pero la gente empezó a abuchear al hombre que hablaba —Tranquilos, tranquilos. Este año decidimos cambiar las cosas, ya que el gran lobo rompe la reglas, ¿Por qué no hacerlo nosotros? Señorita Olivia, Joven Jeremy, ambos estarán en un duelo —nos dijo con la sonrisa más grande que había visto en mi vida. Todos empezaron a gritar y a aplaudir mientras que Jeremy intentaba hablar con el señor.

—¿De qué hablas? —le dijo —Sabes muy bien que un duelo es a matar, eso no está permitido aquí —abrí los ojos al escuchar a Jeremy. ¿Matar? ¿Querían que lucháramos hasta que uno de nosotros muera? —Si los directores se enteran...

—¿Si los directores se enteran? ¿Crees que regresaste aquí solo para presumir ante todos lo que hiciste? No, Jeremy. Estás aquí para ser castigado.

—Perdón, pero yo me rehúso —dije, interrumpiéndolos. Enseguida escuché risas —Lo siento, pero no pienso matar a nadie y menos a Jeremy.

El hombre no podía aguantar la risa y Jeremy solo miraba al piso —Mira niña, si te rehúsas a un duelo, el resultado es peor, si no hay una muerte, habrá dos. Claro, ustedes tienen derecho a elegir.

Jeremy me tomó del brazo y me jaló hasta donde el tipo no nos pudiera escuchar —No hay otra opción, Olivia, debemos pelear. Si no lo hacemos ambos moriremos, yo me sacrificaré, después de todo esto lo hacen por mí. Todos aquí me quieren ver muerto.

—No te mataré Jeremy, ¿Estás loco? Ni lo pienses, no puedo hacerlo y no lo haré.

—¿Qué no entiendes que no tenemos opción?

—Prefiero morir yo. Prometí que no te lastimaría y no lo haré —él cerró sus ojos frustrado y se pasó la mano por el pelo.

—¿Prometiste?... Escúchame con atención. Haremos el duelo te guste o no, yo moriré, me mataré ¿De acuerdo? No tendrás que hacer nada, solo aceptar.

—Que no.

—¿Entonces morimos ambos? ¿Eso quieres?

—Señores —ambos miramos al hombre —No tenemos todo el día, aceptan el duelo o no.

—Sí.

—No.

Jeremy me miró enojado al igual que yo a él y el hombre no se pudo contener la risa.

—Bueno, ambos han hecho su elección y no es por ofenderla señorita Olivia, pero al que nos interesa ver muerto es a él, así que se hará el duelo, quiera o no.

Lo miré incrédula —¿Disculpe? ¿Quién se cree que es usted? Yo hice mi elección y es un rotundo no, aunque me obliguen, no atacaré a Jeremy. Están todos enfermos de la cabeza.

—¡Ya cállate, mocosa! —alguien gritó entre la multitud —¡Peleen de una vez!

El hombre asintió y me miró —Tenemos un pequeño incentivo para ti —apenas dijo eso las puertas de la entrada se abrieron, dejando ver a Thomas encadenado desde el cuello hasta las manos, tenía cinta en la boca y se sacudía con fuerza mientras un hombre lo empujaba para que caminara —Si no peleas, no solo te mataremos a ti y a Jeremy, también mataremos a tu hermano, ¿No crees que son muchas muertes simplemente porque una niña malcriada no quiere hacer caso a las órdenes de su superior? — miré con furia al tipo, tanta furia que hizo que mis ojos brillaran, no soportaba la impotencia que sentía en mi interior. Era elegir entre mi hermano o Jeremy. Jeremy me apretó el hombro dándome a entender que sabía lo que estaba pensando. Sabía que no lo podía elegir a él.  Volví a  ver al tipo y me sonrió, luego miró a Jeremy —Señores, ya he perdido demasiado tiempo.

Miré a mi hermano, me hizo señas de que no lo hiciera mientras que otro hombre cerca de él sacó un palo con un cable y lo golpeó en las costillas soltando un destello eléctrico que lo hizo gritar.

—¡Acepto! Pero dejen en paz a mi hermano.

—Me temo que eso será imposible —el hombre se bajó de la tarima de un salto y toda la gente se abrió formando un círculo, luego empezó a tirar un polvo de color turquesa siguiendo la forma del círculo y antes de cerrarlo, nos invitó a pasar. Ambos bajamos de la tarima y entramos en el círculo, él salió y lo cerró. Apenas lo hizo, todo el polvo se prendió en llamas azules, lo que nos hizo alejarnos del borde —Reglas del duelo, ninguno de ustedes se podrá suicidar ni salir del círculo, por ello el encanto que hice —señaló el fuego —Si alguno de los dos lo intenta, automáticamente ambos mueren. Si ninguno se hace daño, el daño lo recibirá Thomas. —El hombre volvió a repetir el acto de golpear a mi hermano con el palo descargándole electricidad, no podía soportar ver cómo sufría solo quería correr y romperle el cuello al animal que lo estaba maltratando — Por lo demás, amigos, todo se vale. ¿Están listos? ¡Que empiece el duelo!

Long Way © (No todo está perdido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora