Un Pequeño Cambio ||SS||

prólogo

Color rosa.

Soy Sasuke Uchiha, hijo adoptivo del más alto funcionario del país Orochimaru, aquél hombre que apesta a dinero y a trabajos sucios fue quien me adoptó hace ya 14 años cuando yo apenas cumplía los 6 años de edad.
Después de pasar por el sufrimiento de haber perdido a mi familia en un grave accidente automovilístico, no sé si por suerte, aunque yo no lo llamaría así fui el único sobreviviente lo que me llevó a un orfanato donde lo conocí, al principio pensé que era una buena persona, ¿Qué estúpido no?

En fin, yo sólo era un niño, que deseaba el techo de un hogar y él prometió dármelo, a cambio de que cuando fuera mayor de edad lo ayudara en el 'negocio' como suele llamarlo. Yo le digo mafia.
Él no es una buena persona, ya tengo 20 años y pronto seré mayor, no quiero meterme en el sucio juego que se carga mi padre, pero no tengo de otra, desde que era más adolescente me incitaba a cometer ligeros 'retos' para ver si me convertiría en un buen hombre como lo era él.

¿Él un buen hombre?

En fin, siempre llevaba a la casa a otras ratas como él, a festejar y derrochar el dinero que prácticamente robaban. Siempre en las fiestas tomaban, fumaban y llevaban chicas hermosas y jóvenes para que los asquerosos hicieran lo que quisieran.

Era repulsivo.

Mi padre siempre buscaba que me volviera como él, me hacía beber y fumar desde los 14 años y a encamarme con las mujeres que llevaba. Se ha vuelto tan rutinario...

Mi vida es una mierda, ¿para esto sobreviví?

Muchas cosas pasaban por mi mente, mientras me encontraba recargado en el sofá de mi habitación tratando de mirar la TV pues estaba sumergido en mis pensamientos, quería cambiar el rumbo de mi vida, no me volvería como él lo tenía en claro, simplemente el dolor me ha convertido en la persona que soy ahora, una mezcla de lo que me inculcaron mis verdaderos padres y por otro lado lo que me ha dicho mi padrastro.

Fui interrumpido cuando tocaron la puerta de mi habitación.

-¿Hmm?- dije pues sabía perfectamente quién era.

-Sasuke, deberías bajar, no podemos comenzar la fiesta sin ti.- Dijo aquél hombre detrás de la puerta.

- Ya lo sé, ya bajo en unos minutos.- Cerré los ojos y suspiré pesadamente, dirigiéndome a abrir la puerta y bajar las escaleras que conducían al salón principal.

Como era de suponerse, ahí habían mesas de billar, tipos jugando cartas, riendo, fumando, tomando mientras las putas los rodeaban y trataban de que les prestaran atención, sabía perfectamente que ellas venían aquí por el dinero que cobraban y porque era la oportunidad de sus vidas de pescar un pez gordo en dinero.

Suspiré, y seguí caminando llamando la atención de varias de las chicas que me coqueteaban pues era el más joven de los presentes, me giré hacia un lugar no muy concurrido y fue ahí cuando la vi.
Detrás de la multitud, sentada sobre uno de los sillones, vi una melena rosa, tan rosa que llamó mi atención por completo, al parecer un tipo que estaba profundamente borracho trataba de tocarle las piernas a lo que ella le parecía asqueroso.

¿Asqueroso?

Cómo le resultaría asqueroso si viniera por el dinero, pensé. Y fue ahí cuando me di cuenta que ella era diferente que las demás, quizá ella no estaba aquí porque quería. ¡Pero qué tonterías!

Dejé de tomarle importancia, a mí qué me importaba, de seguro buscaba el dinero y ahora que miraba los viejos que eran los tipos se echaba para atrás.
Tomé un trago que me ofrecieron mientras miraba con atención a aquella chica de cabello rosa, traía puesto un vestido de color negro abierto en la espalda, que le llegaba hasta el muslo, no tenía grandes senos cabe resaltar pero sí unas lindas piernas y una piel muy blanca, además de tener unos hermosos ojos color jade que la hacían ver muy hermosa.

-Suéltame, no quiero entiende - suplicaba la chica al tipo ebrio que ahora trataba de besarla.

ella no quiere

No sé cómo llegué tan rápido delante de aquellos dos, mis pies se movieron solos. -¿No escuchaste que ella no quiere? Le das asco, entiende. Además de que yo la elegí primero. -Le dije mientras lo tomaba del cuello de la camisa y lo lanzaba al suelo.

Él, al estar tan borracho simplemente trató de levantarse tambaleándose y se fue a otro lugar. Giré mi vista hacia la chica que me miraba anonadada, sus ojos verdes no me quitaban la vista.

-Tsk... Y tú, no te quedes ahí embobada ¿por algo veniste no?-Le contesté molesto.

-Disculpe, señor... Yo no quería molestarlo es sólo qué...-Bajó la mirada y no terminó de decir la frase.

Me di cuenta que estaba llorando, sus lágrimas caían sobre sus piernas mientras ella temblaba ligeramente.

-Oye, oye no llores... -No sabía qué hacer, la situación comenzaba a irritarme.
La tomé del brazo para que se levantara, ella volvió a mirarme pero ahora estaba asustada, de mí.
Miré hacia otro lado, un tanto incómodo y la guíe hacia mi habitación, por suerte nadie nos prestaba atención. Ella me seguía a tropezones mientras yo caminaba rápido, le indiqué que pasara y cerré la puerta con seguro. Ella al instante se puso a la defensiva.

-¡No me voy a acostar contigo! -Dijo mientras se ponía del otro lado de la habitación.

- ¿Qué? Deberías estar agradecida de que te haya salvado, además de que no eres de mi gusto. -Dije burlonamente.

-Yo... Lo siento. -Dijo la pelirosa mientras miraba hacia otro lado. -Me trajeron aquí a base de engaños.

- ¿Es en serio?- Me sorprendí debo admitir, supongo que es la primera cosa bien hecha que hago en la vida.

-Por favor no me hagas nada, no quiero tu dinero, sólo no le digas a nadie - La chica amenazaba con volver a llorar.- Además de que... Soy, hm virgen. -Sus mejillas se tornaron rosadas.

Ahora sí estaba sorprendido, ¿En qué momento de su vida había estado con una chica que fuera virgen? Nunca.

-Mira, cálmate no te haré nada, te dejaré dormir hoy aquí en mi habitación, todos pensarán que me acosté contigo y te dejarán en paz ¿ok? -Dije ya más tranquilo mientras me acercaba a ella.

-Vale, está bien muchísimas gracias señor...?? - Mencionó con un tono de duda al final.

-Sasuke Uchiha, y no me digas señor tengo 20 años. -sonreí de lado.

-Yo soy Sakura Haruno, es un placer... Y tengo 18 años. -Me dijo con una sonrisa en el rostro, mirándome tal vez como un héroe, pero realmente no sabía en qué se estaba metiendo.

Un gusto Sakura, estoy seguro que te volverás en mi perdición.