Glenn TIENE UNA hija? (The walking dead)

Capítulo 6

NARRA GLENN

No debí traerla con nosotros, ahora está en no se donde con estos idiotas.

Merle trata de saber a cualquier costo donde está nuestro hogar pero no se lo diré, no quiero que le hagan daño a ninguno de los demás, son como mi familia, bueno en realidad son mi familia. Pero a pasado menos de un día y ya pierdo a mi hija, a la única familia de sangre que me queda.

 ____, prometo que te salvaré.

(...)

Luego de matar al jodido caminante que me lanzó ese monstruo, escuché gritos que me desgarraron el corazón, mi pequeña pidiendo ayuda, gritaba para que no le hicieran daño, no podía hacer nada, solo gritar por la impotencia que sentía, cuando la dejé de escuchar entró el "gobernador" con Maggie desnuda. Estaba por golpear a ese estúpido hasta que Merle no me lo permitió.

—Basta de juegos.—Dijo "El Gobernador" sosteniendo su arma.—Ahora uno de ustedes me dirá donde está su campamento.—Negué con la cabeza y el me apuntó, estaba sacándole el seguro pero Maggie habló.

—En la prisión—.

Luego la lanzaron hacia mi, ella me abrazó pero ahora necesitaba a mi hija, ellos aun no podían creer que hallamos matado a todos los caminantes de esa prisión.

—¿Dónde está mi hija?—Dije muy molesto.

—¿Qué hija?.—Dijo confundido y miró a Merle.

—¿Philip appa?—Dijo la voz de mi pequeña aunque se escuchó muy bajo, el gobernador abrió los ojos como platos y salió muy apresurado.

Maggie no paraba de llorar, solo podíamos esperar allí.

NARRA  ___

Cuando abrí los ojos me encontraba en un cuarto atada a una silla, no podía soltarme, quería saber si papá y Maggie están bien, solo me pregunto, ¿dónde estará Jake?, estaba escondido en un auto cuando le hice seña para que no saliera. Odio este lugar, creo que prefiero estar con los caminantes que con estos hombres.

Cuando miraba a un punto fijo de la pared pensando como poder salir de aquí entró ese tipo Merle.

—¿Qué tenemos aquí?—Dijo acercándose a mi.—Eres hermosa pequeña.—Tocó mi rostro con su mano sucia, así que le escupí.—Zorra.—Me dio un puñetazo.—¿Ahora me diras donde está tu campamento?—. Dijo con una sonrisa burlona.

—¡Nunca!—Dije y volvió a golpearme.

—Dimelo pequeña zorrita o quieres que te saque la información a la fuerza.—Puso su mano/cuchillo debajo de mi remera y la cortó.

—No me importa, nunca te lo diré.—Comenzó a manosearme.—¡Dejame!—. Comencé a gritar.

—Entonces dime donde está.—Negué con la cabeza.—Está bien, como tu desees.—Me levantó de la silla y me apoyo en la mesa sacándome toda la ropa.—Hace tiempo que no lo hacía, pero será lo mejor con una niñita virgen.—Dijo y metió su mano dentro de mi... ya saben.