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Thor llevó a Loki de vuelta al palacio después de la tercera vez que Loki preguntó si su ascendencia no implicará problemas entre ellos, aunque fuese en lo más mínimo, ni con el pueblo que ha estado cegado en ese odio a los gigantes de hielo por cientos de años.

Ellos aterrizaron en el mismo balcón que antes, y Loki se alejo en el momento en que sus pies quedan sólidamente sobre el mármol. Thor intentó seguirlo, no quería dejarle solo en este momento. Loki tenía esa mirada de vulnerabilidad en donde normalmente decia algo hiriente para escapar de lo que realmente sentía. El rubio busco la mano de Loki y en el instante en que sus dedos rozan el de Loki, Loki se alejo rápidamente.

No ahora, Thor.

Thor lo miró con ojos de cachorro: suplicantes y brillantes.

Es solo que ... necesito estar solo en este momento. —Dijo Loki, su voz ahora sonaba más fuerte ahora que no estaba sofocada por las lágrimas.

Por supuesto. No le diré a mamá ni a papá que estamos de vuelta. —Hablo Thor aceptando.

Thor ...—Loki suspiró. —Solo significa sin ti.

—Pero...—Thor comenzó. Pero luego se se rindio. Intentar hablar con Loki era un caso perdido. —Bien. Entiendo. Pero, ¿Iras a cenar? ¿Quieres que te busque?

Si eso quieres... —Murmuro Loki sin importancia para luego abrirse paso desde el balcón, y por el largo pasillo que le conduce a su habitación.

Loki no se centro en las decoraciones ni de la derecha ni de la izquierda, aunque hace solo un día estaba ansioso por ver todos los tapices y estatuas que le recordaban su infancia. Pero ahora al verlos bajo una nueva luz, ve esos símbolos como grandes mentiras alguna vez contadas. Sabe que hay aún más secretos ocultos en este palacio. Quizás antes, los hubiese investigado para nutrirse de esa información y sacar ventaja a la hora de querer poder... Ahora, sin embargo estaba agobiado, camino a grandes zancadas por los pasillos, girando dentro de su habitación y dando un sonoro portazo tras él.

Loki se arrancó la chaqueta y se desplomó para sentarse en la cama y ver su habitación. Tenía montones de libros llenos de mentiras que ahora quería liquidar. Aunque muchos de esos libros eran regalos que Thor traía de sus viajes cuando era chico o que invitados del reino traían como presentes al saber los intereses del príncipe menor.

A comparación de la acostumbrada actitud de su hermano, ahora Thor se veía  tan triste. Y lo estaría más si por impulso destruyera años de regalos bien cuidados como si el Ragnarok pasará por su habitación.

Loki se sacudio a sí mismo, poniéndose de pie para caminar a través de su habitación, y quedar parado frente al espejo cerca de su armario.

Loki presionó los dedos en los  huecos entre sus costillas, observando cómo la piel se vuelve rosa, luego blanca con la presión. Cuando retiro su mano, las marcas de sus dedos permanecieron por unos instantes, siendo un recordatorio de su propio toque en su piel.

Alzo la mano, trazo a lo largo de su barbilla, nariz y sus pómulos agudos.

Él tomó una respiración lenta. Muy dentro de él, encontro ese pequeño lugar donde acechan el frío y la noche. Él lo abrió, desplegándolo como cristales de hielo que crecen en la rama de un árbol largamente descuidado. Se abrió camino a través de su cuerpo, finalmente alcanzando su piel y sus ojos cerrados. Sus ojos se abrieron para verse por primera vez en el espejo. Nunca se había tomado el tiempo para realmente verse a sí mismo.

Su rostro ... notablemente no tuvo grandes cambios. Su boca era una delgada línea en su rostro. Su piel azul brillaba, pero todavía es más bien lisa y estirada firmemente sobre sus huesos.

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𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐮𝐧 𝐰𝐢𝐥𝐥 𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 𝐨𝐧 𝐮𝐬 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora