𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐮𝐧 𝐰𝐢𝐥𝐥 𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 𝐨𝐧 𝐮𝐬 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧

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El tragaluz de la residencia de Strange se rompió bajo el peso del príncipe asgardiano, jotun en realidad, quien se desplomó en el suelo y muebles costosos que yacían bajo él.

Una ironía realmente, otra vez cayendo en este lugar para estrellarse en el suelo. Pero esta vez esta herido tanto físicamente como psicológica mente por la pérdida que acababa de tener.

Loki estaba jadeando sonoramente, incluso llorando por perderlo todo y no ver una solución posible.

Sintió el lado de su cara palpitar donde se chamuscó en su camino hasta aquí, su viaje fue muy rápido y brusco, el viajar por el bifrost era rápido pero el que Heimdall lo hiciera de una forma espontanea para salvarle fue casi tan doloroso como caer del Bifrost a la oscuridad.

Su cuello que sufrió del apretón de la mano de Thanos quien casi le quita la vida al romper su cuello, ardía y dolía demasiado.

Loki ladeó y terminó por escupir sangre antes de escuchar los pasos de Strange y de otro hombre que también domina la magia; Wong. Un mago de rasgos asiáticos.

Él dejo caer su cabeza contra el suelo mientras sus últimos recuerdos le atormentan hasta al pestañear. Tanta sangre y horror, gritos y dolor.

—Loki,—la voz de Strange vino desde muy arriba de él. Loki levantó la vista y vio a Strange flotando frente a él. Sus manos invocaron un escudo de magia al verle.

Ambos midgardianos se acercaron para verle, tras compartir una mirada se acercaron quitando sus escudos para ayudarle al notar lo herido que esta. Con cortes frescos que aún sangraban, hematomas dolorosos y una tristeza profunda que no puede ser una ilusión o un engaño digno del dios de las mentiras.

Strange lucia estupefacto al ver como lucía tras unos días de su primer encuentro. El arrogante dios del engaño vestido de traje no era ni la sombra del herido hombre con la ropa manchada de hollín y sangre.

—¿Que sucedió? ¿Donde esta Thor? —Pregunto Strange de forma autoritaria, alzo la vista al tragaluz roto esperando que siguiera el Dios del trueno. No hubi señal en el cielo que indicará como llego aquí este ser poderoso.

—Muerto. —Respondió Loki tras unos segundos y con dolor. Sus ojos brillantes con tristeza y sus labios tembraron antes de volver a derramar un par de lágrimas. —Asgard esta muerto, Thanos... él mato a Thor... se sacrificó por mi... —Explico con dolor en sus palabras que nunca creyo sentir tan fuerte, ni las torturas pasadas dolian tanto como lo que sentía ahora. Lo perdió todo. Ya no le queda nada ni a nadie. Las palabras dolian y también eran producto de su garganta dañada y apenas útil.

Loki giró el rostro para perderse en el recuerdo de la última mirada que dio Thor. Sus ojos azules brillantes que perdieron todo rastro de vida frente a él.

Su hermano estaba muerto y dolía como nunca imagino.

—¿Thanos? —Pregunto tanto Wong como Stephen sin entender que o quien era el llamado Thanos.

En la investigación de Stephen, ningún nombre Thanos se presentó.

—Tiene el Tesseracto, va a venir por las gemas.—Explico sin dar mucho detalle por falta de tiempo. Cada segundo cuenta y no podía darse el lujo de desperdiciarlos. La gema del espacio no la tenía consigo, Thanos la tenía y el que no estuviera aquí ahora mismo era un milagro.

—La defendere con mi vida.

—No entiendes... no hay posibilidad de ganar... Thor era el más fuerte y no pudo, hulk tampoco... no hay tiempo que perder... —Menciono hasta caer en silencio y mirar a Strange. La clave es simple; tiempo. —¿Todavía lo tienes? —Preguntó Loki, su voz cruje con las palabras.