El Veneno De La Pasión

I

Steiner Klaus estuvo al servicio de Lady Micaela Rozzo por dos años hasta ese momento, y Marie Velanik, la sirvienta que registraba el cuerpo del Lord Basche, llevaba unos 6. Ambos eran los sirvientes principales de la Dama Roja, fieles y excelsos en su trabajo, él era cocinero en jefe, jardinero, guardia personal, mayordomo en jefe, carrocero y médico de su Lady, y ella era mucama, portera, escriba, administradora de la fortuna, secretaria y Dama-a-cargo de la Dama Roja para casos que requieran su ausencia. Pero ambos se destacaban en un tópico en común: eran los que ensuciaban sus manos por Lady Rozzo. Steiner refinaba y destilaba los mejores y más potentes venenos, para servirlos con elegancia tal que nadie se pudiera dar cuenta de su muerte hasta llegar a las etapas finales, y Marie era quien llevaba las cosas a un ámbito mas físico y personal, así tambien hacía correr el dinero para que otros pudieran hacerlo por ella.
No había nadie, aparte de Lady Rozzo y todos sus demás sirvientes, que supiera de las cualidades excepcionales de ambos sirvientes principales, con semejante elegancia y dedicación.

Marie Velanik era característica por su pelo ondulado y largo de un tono de castaño tan claro que iba a juego con sus ojos y tez algo pálida, con solo 17 años y era como una hermana para Lady Rozzo, a diferencia de Steiner que era solo su "amigo especial" tal como su Lady lo clasificaba. Se tenía que encargar de administrar el gasto que proponía la creación de los trajes que usarían su Lady, Steiner y ella para la fiesta de disfraces que se llevaría a cabo en 15 dias en la gran mansión de uno de los más reconocidos aristócratas, aunque solo por un breve período de tiempo según lo que haría Steiner, de toda Inglaterra: el Duque Jack "el Bardo" Branford, hombre en sus 24, elegante, picarón, un don juan entre las damas y excelente músico de renombre, quien por lo visto tenía en su mira a Lady Rozzo y venía invitandola a su mansión para que le cediera cinco horas para intentar conquistarla, siempre con ideas nuevas que podrían haber conquistado a todas las demás mujeres de toda Inglaterra. Pero solo le importaba ella.
La situación todavía no estaba clara, Steiner solo podía utilizar el veneno bajo la orden directa de Lady Micaela, y el Duque era reconocido por los mil y ún ases bajo la manga, debido a esto, la Dama Roja, le "concedería" una última oportunidad, y luego vendría la gran ejecución pública, y el problema se centraba allí: Steiner tendría que ofrecerle el veneno directamente al Duque, debido a que es una gran fiesta en semejante mansión, la seguridad, no pasaría desapercibido; para poder lograrlo, el disfráz de Steiner debía ser idéntico al de cierto otro aristócrata de renombre: John Piris, un hombre en sus 50 que, de paso, es el cuñado del Bardo de Branford. Todo esto desataría el caos suficiente para que Lady Rozzo haga su entrada con el antídoto, tal como una pequeña comedia amorosa de tragedia, intenciones ocultas y grandes títulos de por medio. Todo estaba planeado, incluso el cómo Steiner escaparía, aprovechando la gordura del cuñado del Bardo, Steiner llevaría cambios para su disfráz de relleno como panza. Todo era perfecto tal como Lady Rozzo lo había planeado, pero, en el fondo, Marie estaba demasiado preocupada por lo que podría pasarle a Steiner... tan solo una única persona podría complicar totalmente los planes y mandar al sirviente a la guillotina.

Steiner aprovechaba, entre tanto, el momento de jardinería, amaba las rosas rojas, tanto que hasta habia plantado una pequeña zona dedicada a puros rosales alrededor del jardín principal, donde la noche pasada había concedido a Lord Basche uno de sus especiales venenos, pero entre las rosas tenía que ocuparse de mucho más: tulipanes, pinos, otras rosas pero blancas y rosadas, caricias, pecosas, violetas, girasoles, manzanos, duraznos, frutillales, naranjos, sandias, huertas menores, etc. Pero su amor por la jardineria no le permitía agotarse, y su conocimiento en venenos mantenía a raya a todos loa insectos y animales que podrían dañar sus tesoros de la naturaleza; ya había puesto a hacer su veneno especialmente hecho para Lady Rozzo, aunque le faltaban ingredientes, y aquél que usaría para el Bardo ya estaba hecho, solo tenía que esperar hasta que el antídoto se fermentara lo suficiente. Lo único que le intrigaba era que, en aquella fiesta, correría un grave riesgo, porque tendría que presentar el veneno personalmente y Lady Rozzo debería estar al lado del Bardo sin interrupción alguna, aún con Marie como distracción de respaldo para otorgarle el veneno sin que otro genere molestia, John Piris tendrá que estar alejado, para que nadie se pueda dar cuenta de la farsa o lo perseguirían como a un asesino de manera desenfrenada y él mismo no tendría donde correr... de igual forma siempre tuvo encima suyo un veneno tan potente que el simple contacto con la lengua ya lo dejaba marcado, el antídoto era de vía intravenosa y, a menos que haya un medico experto y sobrehumano, eso haría su -