Capítulo 1: La Prisión de Asgard

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Capítulo 1

La Prisión De Asgard

Habían pasado 8 meses desde la muerte del hijo de Odín. El gran Loki había fallecido tratando de salvar a Jotunheim. O por lo menos esa era la versión oficial del Padre De Todos, nuestro Rey Odín. Toda la Orden De Magia había llorado amargamente a Loki. Él era el máximo exponente de nuestra orden "El Gran Maestro". Lo adorábamos como si de un Dios se tratase.

Así que podrán imaginar nuestro impacto al saberlo vivo y responsable de querer acabar con Jotunheim y gobernar a Midgard por la fuerza. Loki llevaba un mes en la prisión de Asgard. Un mes de penas y deshonra; el gran Odín había ordenado disolver nuestra Orden y fue lo mejor para nosotros. El pueblo asgardiano deseaba nuestra sangre, nos consideraban igual de malvados que Loki, aunque fuésemos inocentes de todo. Las atrocidades de lo que lo acusaban eran increíbles, pero ciertas, nuestro Rey era justo y no acusaría a su propio hijo de algo que no fuese culpable.

Todos los magos debimos escondernos con vergüenza y ocuparnos de simples trabajos al ser disuelta nuestra orden pero yo no me ocultaría, era una maga y los magos no dejábamos de serlo. Supliqué al gran Thor que me dejara unirme a la guardia real, tenía entrenamiento militar gracias a mí padre y para mi sorpresa me aceptó, pensé que desconfiaría de mí, pero no fue así. No sólo me acepto sino que me dio un puesto como guardiana de la prisión de Asgard, específicamente guardia personal de su hermano Loki. Maldita fuera mi suerte, toda mi vida ame y adore a Loki, ahora era el responsable de toda mi desgracia.

El primer día de trabajo me presente con mi uniforme dorado y verde, característico de la orden del mago. Apenas llegué fui la comidilla de los demás guardias; llevar esos colores ahora era signo de desvergüenza, me importaba un bledo lo que Loki hubiese hecho, yo seguiría orgullosa de lo que yo era.

Con sorpresa me compadecí de él al ver donde lo tenían encerrado. Estaba en una habitación pequeña y transparente, sólo la pared de fondo que daba paso al baño era sólida, de resto eran de un cristal especial. Además estaba aislado, la habitación de apenas 4 metros cuadrados estaba dentro de otra de paredes negras.

Para poder entrar a esta área debía pasar una gran puerta de acero brocada con el árbol de la vida - Yggdrasil - y sobre esté, el símbolo del mago que eran dos grandes cuernos, igual que el yelmo que usaba Loki e igual al que en ese momento yo llevaba.

Al entrar en la enorme habitación negra. El hijo de Odín me miró y me sonrió.

-Esto tiene que ser un juego -me dijo pegando las manos al vidrio-. Una sacerdotisa vestida de soldado. Tiene que ser un juego -parecía divertirse. Yo no deseaba responderle pero igual lo hice.

-¿Cómo sabes que soy sacerdotisa?

-Eres hermosa y virgen -se pegó aún más al vidrio y lo olisqueo-. ¡Uhm! Puedo olerte.

-Sólo dices estupideces -lo vi erguirse y ponerse serio.

-Eres Idri, te recuerdo. Eres una sacerdotisa de la orden de magia. ¿Qué haces aquí y vestida de guerrera?

No quise seguir mirándolo, el idiota no tenía idea de lo que había hecho. Me repugnaba la sorna con la que hablaba. Además se veía desaliñado, con el cabello más largo y sin arreglar, tenía ojeras pronunciadas y unas simples ropas marrones. No era ni la sombra del gran príncipe que había sido.

-¿El gran maestro Loki no sabe nada sobre su gente? -hablé disgustada-. Te contaré. Tú padre, nuestro querido rey se vio forzado a disolver La Gran Orden De La Magia porque al pueblo enterarse de tus fechorías nos repudiaron por ser tus seguidores. Nos comenzaron a llamar Brujos -vi la molestia en sus ojos, decirle a un mago "brujo" era un gran insulto-. No había un solo lugar en toda la ciudad donde pudiéramos estar tranquilos, nos escupían en la calle, nos insultaban y todo por llevar los colores de tú orden. Los sacerdotes y magos fueron llevados al campo para trabajar la tierra -comencé a pasearme de un lado al otro y subí la voz-. ¡LA TIERRA! Qué se supone que hace un mago arando como un campesino, nos prohibieron usar la magia, llevar nuestros colores. La mayoría de las sacerdotisas debieron contraer matrimonio para poder vivir con un poco de respeto y no terminar como unas cualquieras mendigando en la calle. ¿Tienes idea de lo qué eso significa? Nos escogieron cuando teníamos 5 años, nos educaron para ser célibes, para no vernos tentadas por la carne, nuestra magia depende directamente de ese celibato y ahora están casadas. Supliqué al gran Thor que se me salvará de tan horrible destino, y yo creía que me había salvado y en cambio me envió a custodiar al ser más vil y detestable de este planeta.

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