Adele

Capitulo 2

El grito de mi madre es tan desgarrador que me cala hasta los huesos, su expresión al ver mi cuerpo es indescriptible, de la impresión, ha caído al suelo, se tapa la boca con ambas manos y en sus ojos no puedo ver otra cosa más que un horror de proporciones ancestrales, miedo y tristeza.
Debido al grito tan ensordecedor de mamá, mi padre entra a mi habitación, lleva puesta la corbata que le regale en su cumpleaños, ¿Porque hoy? Digo en mi mente, al verme... Al ver mi cuerpo deja correr una lágrima, y se sienta en el suelo para consolar a mamá, mientras toma de su bolsillo su móvil y lo escucho marcar un número en el teclado.
Luego de escucharlo dar nuestra dirección, a lo que supongo debe ser la policía, toma en un cálido y protector abrazo ami madre, con el fin de servir de consuelo, de apoyo y para poder llorar el tambien.
Veo a mis padres, llorar abrazados en frente de mi, llorando desconsoladamente, mientras mi cuerpo sigue meneándose ligeramente frente a ellos, exhibiendo los colores mortuorios que ya presenta, entonces, toco la ventana, y mi mano atraviesa el cristal, regreso rápidamente y me aseguró de que nada malo o anormal me haya sucedido en la mano, luego de cerciorarme de que todo esta en orden vuelvo a repetir la acción, pero ahora todo mi cuerpo atraviesa la ventana.
Aparezco en mi habitación y mis padres están ahí rápidamente e dirijo hacia ellos, mi padre levanta la mirada y la fija en la mía, se levanta y quedamos frente a frente uno del otro, lo miró con firmeza lista para enfrentar su regaño, cuando justo en ese momento da un paso hacia delante y mi cuerpo atraviesa el suyo.
Soy un fantasma.

Aunque nunca había creído en ellos me doy cuenta de que doy uno de ellos y no hay marcha a tras ¡Maldita sea!. Me lleno de impotencia en mi interior, escucho que tocan el timbre y mi padre toma a mamá de las manos y la ayuda a levantarse pero, ella no puede seguir, no puede dejar esta habitación, la habitación en la que dormía su hija, a la que todos los días entes de salir por la puerta de enfrente para tomar el autobús escolar, la despedía con un beso en la mejilla, aquella hija a la que ayudó a buscar su vestido para la fiesta de graduación, la hija con la que le compartió la alegría de tener novio.
La tristeza es tan grande que entre el llanto de mi madre y sus tan desgarradores alaridos, se niega a abandonar la habitación, se niega a abandonar el cuerpo ya sin vida de su recién fallecida hija.
Papá deja a mi madre en en suelo para bajar a la planta de abajo y abrir la puerta a dos oficiales de cara dura y habla con ellos de lo sucedido hasta el momento, ellos, se comunican por sus radios con claves que enserio suenan ridículas.
Si Nick estuviera aquí también pensaría lo mismo que yo, y me diría algo sacado de uno de sus libros...
Nick, no me había detenido a pensar en el...
En el idiota que me fue infiel revolcándose con mi supuesta mejor amiga, Maldito, mil veces Maldito, después de que el día antes de saber como me engañabas, yo me entregué a ti, Maldito Mil Veces Maldito.