Capítulo 24. Te extraño

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—¿Entonces lo has visto? —mi psicóloga se inunda de nueva información —. Emma, si te soy sincera, estoy siendo de tu psicóloga, pero tu historia es digna de novela, es muy interesante

Me sorprendo por el comentario, ojalá fuese una novela y yo fuese una excelente actriz.

—¿Qué sentiste al verle? ¿Quisiste besarlo, sentiste tu pecho doler, tus manos temblaban o quisiste golpearlo tantas veces hasta matarlo? —se esfuerza en que todo salga románticamente.

—No, quise golpearle, lo hice, pero solo una vez, lo suficientemente fuerte para que me doliera el puño —me encojo de hombros —. No niego que lo extrañaba, pero no quería verlo aquí, que descubriera donde estaba

—¿Es que acaso temes a que te siga visitando el corazón? —sé que se refiere a que tengo miedo de que vuelva a reinar en mi corazón, gustándome de nuevo.

¿Por qué los psicólogos llegan a ti, no importa como, llegan a ti? No se puede olvidar a una persona tan fácil, me ha tomado un año y continuando de superar a Guillermo, no lo logro, ahora menos, pero quiero que se aleje para que el proceso sea fácil, para que ya no interfiera.

—¡No lo sé! —paso por mis cara mis manos, en señal de frustración.

—Bien, si te sientes incómoda hablando con él o siquiera estando con él, díselo, no puede obligarte a hablar con él solo para que resuelvas sus dudas existenciales, ¿vale? Estarás bien —me sonríe.

Qué suerte que tengo a la mejor psicóloga del país, bueno, tengo que pagarle con los ahorros que tenía, pero por lo menos me ayuda bastante bien, antes en el hospital era gratis pues trabajaba para el estado.

Al salir del consultorio, hace un frío de cojones. Meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta súper acolchonada para mantenerlas en un ambiente caliente. En cualquier momento nieva, estoy más que segura.

De repente, siento como ponen algo en mi cabeza, me sorprende bastante, ¿cómo no? Oigo una risa, pero no puedo ver nada por lo que me pusieron en la cabeza, lo quito con mi mano y me doy cuenta de que es un beanie y ha sido obra de Guillermo el asustarme.

—¿Eres tonto? —le riño

—Hey, hace frío, deberías proteger tu cabeza —doy un toque suave y delicado en mi cabeza —. Solo póntelo...

—¿Me estabas siguiendo? —¿de qué otra manera podría adivinar a que psicóloga veo?

—Algo, sí —como si nada, ¿Qué le pasa con tanta confianza?

—Eres un acosador —suelto el beanie y lo dejo caer al suelo, no me interesa su tonto beanie.

Me ha molestado su confianza repentina. Yo sigo mi camino, dejando a Guillermo atrás.

—Vale, siento haber sorprendido —él me alcanza, ha recogido el beanie y lo tiene en la mano, se queda a mi lado, caminando junto a mí —. ¿Has estado bien? Han pasado dos semanas desde que nos vimos, prometo que hoy ha sido mi primera vez que te seguía

—¿Qué quieres, Guillermo? —me detengo en seco —. Estoy cansada de esto ¿sí? ¿Por qué me sigues, para qué? —le miro seria, me ha quitado todos los ánimos que podría tener existentes hoy.

—Si te soy honesto, verte me hace feliz. Te extraño bastante —en verdad está siendo honesto. Puedo verlo en su cara, ojeroso, peor que cuando vi a Samuel por el vídeo. No me están importando sus palabras de que le hago feliz, ¿verdad? —. Tu hermano... te ha enviado dinero, ha deducido que asistes a un psicólogo y que seguro el dinero del hospital no ha sido poco

Sobresale un sobre blanco que saca de su chaqueta. Me lo tiende, pero yo dudo.

—Es lo que puede hacer mientras está en España, darte dinero, se siente fatal, así que... deja el orgullo de lado y tómalo —coge mi mano, la levanta y en mi palma coloca el sobre —. Es suficiente para que hasta puedas pagar tu universidad, y me ha dicho que si necesitas más, solo me lo digas o se lo digas

—Sin embargo, no creo que pueda pedirle más dinero —digo para mí pero ya que lo he dicho alto, no importa que lo escuche Guillermo —. Gracias —esta vez murmuro, estoy agradeciendo a Guillermo, por eso lo digo bajo.

—Espero que pronto seas capaz de verme a los ojos, quiero verte, hasta tu rostro se ha puesto más bonito

Frunzo el ceño. Guillermo no puede escuchar que convierto un poco vulnerable para que ya esté invadiéndome con halagos.

—Guillermo, no sigas, ¿sí? —le pido, sostengo el sobre y lo guardo en mi bolso

—Te quiero seguir viendo, ¿Qué tal si...? —va a ocurrírsele una idea que no puedo permitir pues es para que él sea feliz viéndome.

—Yo hoy no te quiero ver más —más directa no puedo ser. Su cara le cambia totalmente a tristeza cuando digo eso.

Y yo sigo mi camino, habiendo avanzado, no siento que Guillermo me siguiera, ¿tan rápido se ha rendido conmigo? No miro hacía atrás, no quiero que sienta que le necesito y que mi indiferencia debe ser respetada, pues estoy actuando para no sentir.

No pienso mucho en esto cuando llego al departamento de Allison.

—¿Nunca te has puesto a pensar en donde se ha quedado Guillermo este tiempo? —Allison hace algunos deberes mientras que yo miro mis papeles para la universidad, mi tiempo perdido, hay que justificarlo y nada mejor que con la constancia del doctor que me atendió en el hospital general y la psicóloga en el hospital psiquiátrico.

—Supongo que el dinero por ser Youtuber es más que suficiente para quedarse un año entero en un hotel de cinco estrellas, pero en realidad no me importa —me encojo de hombros —. Debo el dinero del mes pasado, así que... —hago memoria, ¿Cuánto dinero tengo en mi cuenta?

Esperen, el dinero que me ha dado Guillermo.

—¿Ya has hablado con la señora de la tienda de conveniencia?

—No... —cojo mi bolso y busco —. Mañana lo haré, estoy segura de que me matará —encuentro el sobre, esto debe ser suficiente entonces.

Abro el sobre, asomo mi mirada y veo muchos billetes de 200 euros, se me va la respiración, cierro el sobre inmediatamente y miro a Allison.

—Tú... —la llamo. Ella voltea a verme atenta —. Hoy comemos pizza —le digo, no creo que gastar el dinero en un poco de comida no hace malo

—¿A qué te refieres? —Allison ahora se sienta en el mismo sofá que yo.

—Samuel me ha enviado dinero, mi querido hermano me ha enviado mucho dinero, te lo digo en serio —creo que podría llorar del a emoción. Sé como es Samuel, le veo muy capaz de hacer esto al sentirse impotente, así que no tengo dudas de que ha sido él por su trabajo como Youtuber.

Allison sonríe, me abraza de lado, ya que vivo con ella, tengo que hacerme cargo de la alimentación y gastos varios junto a Allison.

—¿Ves como todo ha estado saliendo bien? —iba a abrir la boca para justificar estos momentos tan buenos con que fue gracias a mi intento de suicidio —. Y no, suicidio o no, iba a suceder, desde que te conocí vi que querías dar a todos un buen trato y que se sintieran amados, se te ha recompensado ahora.

—Gracias, Allison —la abrazo de vuelta, por algo es mi mejor amiga.

—Tengo una idea, ha hecho mucho frío últimamente, ¿deberíamos todos darnos una escapada a California? De seguro debe estar más cálido, ¿no crees? Y no estoy diciendo que usemos el dinero que te dio Samuel, no es necesario —ella pone su mano sobre el sobre y lo baja. Tengo que hacer que este dinero rinda por mucho tiempo.

—Me encanta la idea —sonrío anchamente, me apetece un poco la playa.

-BySamVegeOMG ♡

I Can Forgive You? (2da Temporada); TheWillyRex [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora