Capítulo 12

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Heechul se había marchado hace horas, aun así Kyuhyun se mantenía de pie frente a la tumba de su hermano. Los ojos agudos de Kyujong lo miraban de vuelta, cortando en pedazos su corazón. La nieve había comenzado a caer, y su cuerpo comenzaba a adormecerse, pero el seguía de pie.

La culpa no se había desvanecido, y ahora, se volvía peor mientras las palabras de Heechul se repetían en su mente.

"Y él estaba asustado de... que Sungmin te eligiera a ti por sobre el."

¿No confiaba lo suficiente en el como para pensar que le quitaría a Sungmin?

Pero...

El estaba con Sungmin ahora. Se lo había quitado a Kyujong.

Su respiración se atascó en su garganta. Sus piernas se debilitaron y golpeó la nieve con su trasero. El frío de la nieve no se comparaba con el frío que sentía en su corazón. Quería gritar, pero sentía que había sentido la habilidad para hacerlo.

Deseaba haberlo sabido antes. Deseaba que pudiera devolver el tiempo, y evitar que todo ese lio sucediera.

Sungmin...

Cerró fuertemente sus ojos el ver la imagen de Sungmin en su mente. Le costaba repirar, y tenía los puños apretados. Su cuerpo tamblaba y no era solo por el frío, sino que también por las ganas de llorar que estaba reprimiendo.

¿Podía estar con Sungmin ahora que lo sabía todo?

No, respondió una voz dentro de su mente.

Kyujong le había escondido a Sungmin porque estaba asustado de que el se lo quitara. Kyujong estaba muerto, pero sabía que aun así no podía amar a Sungmin. La culpa lo devoraba desde su interior. No se suponía que lo amara.

Su amor...

No estaba bien.

No supo cuanto tiempo estuvo allí sentado, ahogándose en sus propios pensamientos, ignorando las miradas extrañadas de la gente que pasaba junto a el. El cielo estaba oscuro, y estaba completamente solo. Su teléfono había vibrado muchas veces en su bolsillo desde la tarde, pero el no había contestado. ¿Qué debería hacer ahora?

Su energía había sido drenada de su cuerpo. Cada centímetro de su cuerpo le dolía, su cabeza, su corazón, todo. Abrazó sus piernas y escondió su cabeza en éstas mientras una lágrima escapaba de sus ojos.

Estaba feliz en la mañana, pero ahora se sentía completamente demacrado.

Y ya no sabía que hacer.



Kyuhyun estaba acostado inerte sobre su cama.

Le dolía todo el cuerpo, se sentía como si alguien le hubiera enterrado agujas en las sienes. Sabía que tenía fiebre por la respiración caliente que salía de su nariz. No recordaba como había conducido hacia el departamento esa noche. Todo lo que recordaba era haber visto a Sungmin acurrucado en el sillón, obviamente esperándolo. Se sintió aliviado, porque no estaba listo para hablar con él, así que simplemente colocó una manta sobre el, apagó la luz, y se encerró en su cuarto, colapsando en su cama.

Todavía llevaba la misma ropa del día anterior, y su estómago rugía fuertemente. Pero no le importaba. Se odiaba a sí mismo por tener ese sentimiento de calidez, paz y de felicidad cuando estaba junto a Sungmin. Odiaba que su vista se moviera por cuenta propia, siguiendo cada movimiento de Sungmin, y odiaba a su mente, por pensar en él más de lo que debería. Y sobre todo odiaba a su corazón por gritar que amaba a Sungmin.

Porque el no debería amarlo, y Sungmin no debería amarlo de vuelta.

Necesitaba alguna distracción, pensó mientras se levantaba de la cama. Se tambaleó un poco y caminó hacia el baño. Trabajar sería una buena distracción.

El Regalo (KyuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora