El Temor de Los Aldeanos a Llegado a su Fin

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Mi nombre es Miguel Barragan y soy un guerrero Europeo que le gusta la paz y la seguridad en la vida de las personas (aldeanos), Un dia Me encontraba de vuelta en mi mundo de mil batallas, mi armadura oxidada, mi espada mellada y mi escudo desgastado. El día perdido en el limbo me había causado un terrible dolor de cabeza y mi moral estaba por los suelos. Aún así debía luchar.

Lentamente tomé mi espada y sin fuerzas para blandirla propiamente la arrastre por el suelo, como si pesara diez veces más de lo usual. Mis pasos eran entrecortados y las lágrimas brotaban de mis ojos sin que yo pudiera contenerlas. Mi espíritu había sido corrompido, mi voluntad menguada y mis fuerzas disminuídas. Yo solo quería terminar con todo de una buena vez, morir en batalla con honor, aunque esto significara perder la guerra definitiva.

Lentamente aparecieron enemigos débiles, enemigos que siempre había podido contener. Esta vez todos acertaron sus golpes directamente y yo no podía siquiera tratar de desviarlos. Era un espectáculo denigrante para un guerrero como yo. Sin embargo decidí continuar sin prestar atención a las pequeñas lastimaduras que me causaban una y otra vez, el enemigo que me diera la muerte debía ser un contrincante digno de mi, no simples esbirros.

Continué mi camino agobiado mientras veía como mis hermanos de armas luchaban contra sus propios demonios aguerridamente, claro no todos luchaban contra monstros tan grandes como los mios, pero algunos incluso luchaban contra males más terribles. El campo de batalla estaba cubierto de sangre, el cielo era gris y solo se escuchaba el sonido de gritos de lamento y aceros chocando enardecidamente. Toda una batalla épica.

Un terrible dolor punzante penetro mi pecho y me catapultó varios metros en el aire. Caí completamente desorbitado, sangrando y sin tener mi espada o mi escudo a mi lado y con un terrible dolor. Me levanté como pude reuniendo fuerzas y me percaté que había sido lo que me había herido, un magnífico había asestado un golpe fulminante cerca de mi corazón con la púa al final de su cola. Lleno de inseguridad y miedo corrí para recoger mi espada que había quedado lejos de mi, mientras lo hacía la sangre no dejaba de brotar de mi pecho herido y sentía como mi fuerza me abandonaba, pero no moriría, no así, no aún.

Logré llegar a mi arma, la empuñé y miré al dragón de frente, lo que atestigué con mis ojos me horrorizó congelando todo mi cuerpo. No era un dragón cualquiera, era el terrible dragón de dos cabezas y lo que era peor, uno de mis hermanos de armas parecía estar montado sobre la otra cabeza, como si lo dirigiera. Por un segundo me desplome sobre mis rodillas y maldije mi suerte. De todos los posibles enemigos tenía que luchar contra uno de mis hermanos?. No podía creer mi suerte, no podía creer que me atacaran cuando estaba débil. Eso no me detuvo, traté de pensar claramente, el dragón era mi enemigo, después ajustaría cuentas con mi hermano.

Hábilmente comencé a esquivar todos los golpes, mientra me acercaba al pecho del monstruo con la sola intención de matarle de un solo golpe. Con un poco de suerte, el dragón descuidó su corazón y hundí mi hierro en su pecho, seguro de que terminaría con su vida, pero no fué así. Enfurecido el dragón me proyectó con toda su fuerza y fuí azotado contra una roca cercana.

Estaba completamente perdido, como es que no podía vencer a mi enemigo si había atacado al corazón?. Las dudas me inhundaban y ya no tenía fuerzas para pelear, quería abandonarme y terminar con todo, pero algo escondido en lo más profundo de mi me obligaba a continuar. Me arrodillé lentamente dispuesto a erguirme orgulloso cuando vi que el dragón azotó contra el suelo a mi hermano de armas. El no estaba controlando al dragón, estaba luchando contra él!. Que torpe había sido, como pude pensar que alguien tan cercano a mi me traicionaría, aunque fuera solo por un segundo.

Reuní de nuevo mis fuerzas y llegué corriendo a auxiliar a mi compañero. El estaba completamente sangrado y adolorido, tal como yo. Estabamos peleando contra el mismo mal y sin saberlo. Rápidamente nos pusimos de pie y fuimos a planear una estrategia mientras nos escondíamos tras una roca. Ya varias veces habíamos tratado de atravesar su corazón, pero no había dado resultado, nos preguntábamos como podríamos acabarlo de una buena vez.

Derepente una idea atravesó nuestros pensamientos, corrimos juntos hacia el dragón de dos cabezas, empuñando las armas nos abrimos paso entre sus garras y afilados colmillos, llegamos al pecho del monstruo y hundimos nuestras espadas al mismo tiempo. Un horrible gemido ataravesó el espacio e inmediatamente el dragón se colapsó frente a nosotros. Un dragón de dos cabezas tiene dos corazones, hay que atacarlos al mismo tiempo y para eso se necesitan dos guerreros.

Mi hermano de armas y yo sufrimos mucho para eliminar este mal de nuestras vidas, pero al ver derrotado a tan temible adversario nuestras heridas parecían poca cosa. Ambos nos equivocamos, ambos vimos cosas que no debimos, pero al final actuamos como guerreros, pensamos claramente y no nos dejamos llevar por lo que nuestros ojos nos mostraban. Después de todo, los únicos ojos que ven con claridad son los del corazón.

Ahora estamos adoloridos, pero el vencer a este adversario poderoso, hemos adquirido nuevas habilidades y más fortaleza. Él tiene sus demonios por derrotar y yo tengo los mios. Nuestros caminos se separarán para seguir con la lucha, pero siempre recordaremos el día en que unimos nuestras fuerzas y nuestros corazones para vencer un mal común.

Al atardecer, vendados y atentidos de nuestras heridas, nos separamos para seguir nuestros destinos, con una sonrisa en el rostro. Yo había reencontrado una amistad y eso me hacía lo suficientemente feliz, como para no pensar en el dolor que sentía. Ahora seguiré luchando, ya no queiro morir en batalla, quiero conquistarla y vencer. No se que tipo de pruebas se me presenten en el campo de batalla, pero jamás olvidaré el día en que alguien salió de la nada a pelear por mi, juntos.

...Un momento falta algo mas, aah es cierto, antes de irnos, esa misma noche todas las aldeas que eran aterrorizadas por el dragon tuvieron un gran festejo y al dia siguiente el jefe de la aldea mas cercana al lugar en el que murió el dragón, decidio hacer una ceromonia y tirar au cadáver al mar, ya que a pesar de todo el terror que causó era un ser vivo al igual que nosotros. :3 :3

Los Pueblos Perdidos: El Dragón de Dos CabezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora