Capítulo 1

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No puedo detenerme, mis lágrimas caen.

¿Por qué?

No puedo pensar en nada, todo en mi mente está oscuro.

No se detienen.

Lloro, sollozo, sufro.

Me retuerzo en mi cama por el llanto, siempre he tenido esa mala costumbre.

¿Por qué lloro?

Ni siquiera yo lo sé.

Ha de ser mi consciencia, me atormenta por mi pasado. No la juzgo, pero ya no quiero llorar.

- Melly... Melly! -Escucho una voz lejana cuya procedencia desconozco, pero, de alguna forma, me suena familiar... -Melly..!

De repente todo es luz, demasiada luz, todo es borroso y no logro identificar nada, pasan unos segundos hasta que mis ojos se enfocan...

-MELLY! -gritó.

-Ah? -dije confundida.

-¿Me estás escuchando?

-Ah... Emmm sí, mamá.

-Agh, tú como siempre metida en tu propio mundo. -dijo mi madre un poco molesta -en fin, que no se te olvide llevar los papeles.

-Está bien mamá. -¿Qué papeles? ¿A donde? ¿De qué hablaba?

-Ah... -suspiró -Melly... Sé que es difícil. Nueva ciudad, nueva escuela... Pero sé que te adaptarás bien, confió en que éste lugar te hará sentir cómoda, solo dale un tiempo y verás que te acostumbras. -dijo con calma y una sonrisa en su rostro para reconfortarme.

Mi madre era una mujer hermosa. Su sonrisa era radiante y transmitía tranquilidad; hace juego con sus ojos color miel que, ya a sus 50 años, llevan unas ligeras arrugas a sus lados y por debajo, unas ojeras que denotaban su cansancio por el trabajo en casa. Aún así, mantenía su belleza natural. Obvio, no tan joven como cuando conoció a mi padre a sus 22 años, pero sí mantenía su rostro emanando belleza, juventud, tranquilidad y seguridad.

-Está bien mamá. -dije mientras jugueteaba con mis uñas pintadas de esmalte negro.

-Te amo hija... Sabes que me tienes para lo que necesites. -dijo finalmente. Al terminar su frase, abandonó la habitación.

-Lo sé. Yo también te amo. -dije dirigiendo mi mirada al marco de la puerta.

Me quedé un rato pensando en lo que dijo mi madre. Luego de unos minutos recordé que debía llevar mis documentos a la escuela... A la nueva escuela.

Por asuntos de trabajo de mi padre, mi madre y yo tuvimos que mudarnos a un pequeño pueblo al que todos conocían como Fillemalkoft en honor al creador. Su población no excede de las 300 personas. Sus pobladores son por lo general personas muy amables y hospitalarias, sin tener en cuenta a los viejos gruñones o pervertidos que se sentaban en sus terrazas simplemente a molestar a todo aquel que pasaba. Siendo sincera, es un lugar muy acogedor, sólo espero no ganarme ningún enemigo o hacer el ridículo el primer día de clases. Ése sería mi fin.

Mañana es sábado, las clases empiezan el lunes. Llevaré los papeles hoy y de paso iré a alguna librería cercana a ver si con suerte encuentro algunos de los libros que necesitaré para las clases.

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Bueno esto fue todo por ahora, les agradecería mucho si me apoyaran para seguir con la historia. La verdad que tengo muchas cosas en mente \^u^/

Gracias por leer. Se les quiere *u* ♥

Y... ¿Cómo No Quererte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora