Y así fue.Louis tuvo a Harry mitad de semana viniendo de aquí para allá. Harry se levantaba a las 7 a.m, limpiaba el bosque, recibía su paga y juntaba extra para luego dirigirse a la casa de Louis y entregársela.
Fue un jueves cuando Louis comenzó a notar el cansancio en la mirada de Harry, además de sus ojeras y lo débil que se encontraba. Era bastante pequeño y delgado de cuerpo, y Louis no había notado ni un cambio de éste cuando comenzó con todos los mandados.
Lo bueno era que, aunque Louis se lo negaba, él internamente lo había hecho a propósito para ver todos los días a Harry e invitarlo a tomar una rica taza de chocolate caliente y a ver Skins, aunque debía adelantar las partes subidas de tono porque el pequeño comenzaba a hacer berrinches y demás.
Louis había aprendido bastantes cosas: Harry solía quemarse seguido porque siempre olvidaba soplar el líquido antes de beberlo. Le encantaba acomodar sus rizos hacia un lado y, aunque ni se veía al espejo y probablemente quedaban algo despeinados, a él se le veía a la perfección. El pequeño también solía observar un punto fijo y esconder sus manos dentro de las mangas de su suéter cuando se ponía nervioso, morder su labio inferior cuando deseaba algo o poner su mentón entre su dedo índice y pulgar cuando pensaba una respuesta.
Louis simplemente se había obsesionado. Obsesionado de una manera extrema con aquel precioso niño de rizos que alguna vez trató mal.
No es como que lo trataba con todo el amor posible: Siempre buscaba la forma de intimidarlo o bromear sobre algo que en realidad le gustaba de Harry, pero solo lo hacía para no ser tan obvio, sin darse cuenta que el rizado era lo suficientemente inocente para darse cuenta que en realidad era por ese motivo.
Era sábado y estaba limpiando el bosque junto a Harry. Se habían estado tirando basura entre ellos y apestaban a alcohol, pudín y tierra. Finalmente, cuando las bolsas de basura estuvieron apiladas en un espacio de aquella zona del bosque, ambos suspiraron a la vez y no pudieron evitar observarse y sonreírse. Últimamente estuvieron tan juntos que hacían hasta las mismas cosas.
Louis decidió invitar a Harry nuevamente a la casa así que se encontraban camino allí. El mayor pisoteando hojas y con cuidado de no tropezarse con alguna rama mientras que el menor se encontraba sobre su espalda, aferrando sus brazos alrededor del cuello de Louis y sus delgadas y cortas piernas alrededor de las caderas de “su caballito”.
Todo iba bien: Harry canturreaba, Louis lo oía sin quejarse.
Hasta que...
Tuvieron que comenzar a comportarse como unos niños.
—Harry, llevas como medio camino en mi espalda, bájate. —Gruñó por octava vez el mayor, sacudiéndose para que Harry se soltara mientras éste se quejaba.
—Por favooooor. —Rogó el menor, y Louis casi pudo percibir el puchero en su labio inferior.
Se encontraba de muy mal humor y no estaba de ánimos para soportar los caprichos de aquel mocoso. Estaba demasiado malhumorado y aún no le entraba en la cabeza el porqué. No había descansado mal o comido mal, incluso se encontraba en perfectas condiciones, hasta había fumado y eso solía aliviarle.
Pero no. Había algo más. Algo más que le fastidiaba pero no podía descubrir qué.
—Dios, que fastidio. —Masculló por lo bajo y entonces sintió a Harry bajarse de su espalda en un salto, haciéndolo girarse ante la repentina lejanía mientras observaba el semblante serio del niño y sus enormes ojos observándolo.
—Mamá suele decir eso. —Susurró y, oh mierda, ya estaba haciendo puchero.
Louis sabía perfectamente de la mamá del niño. No tenía nombre o localización ni tampoco una biografía completa de aquella mujer, pero sabía que era una desagradecida de mierda con su hijo y que lo único que hacía era tratarlo de estorbo.
Pero Louis no se arrepentía. Estaba tan jodidamente enfadado -por alguna estúpida razón que desconocía- que ni siquiera le importó. Incluso lo enfureció más.
—¿Sabes, Harry? Algunas personas van a decirte cosas similares a las demás, pero no por eso debes hacerles sentir como la mierda. —Y se giró, comenzando a caminar nuevamente y sintiendo pasitos detrás.
Harry no lo había dicho a propósito; Al menos no con la intención que Louis estaba creyendo.
Así que decidió decirle lo que estuvo pensando hace días y no se animó a decir. Tal vez, eso halagaría a su Louis y éste ya no estaría enojado con él.
—E...eres como la nieve. —Louis se detuvo ante esas palabras, quedándose en silencio y con el ceño fruncido, sin girarse. —Hermosa, muy bonita... —Sintió más pasitos acercarse aún más a él. —...pero fría.
—¿Ah, si? Y tú eres como el sol: Brillas, quemas, fastidias y todos quieren que se haga de noche. —Aumentó su tono de voz de golpe.
Harry se sobresaltó, pero no se movió. —Q... ¿Que se haga de noche?
—Que desaparezcas. —Dijo en una risa seca el mayor, girándose para observar al niño que estaba justo frente a él con los labios apretados y soltando lágrimas por sus enormes ojos verdes.
Se arrepintió al instante mientras veía como Harry tragaba el nudo de su garganta. —Mejor voy a mi casa, Lou. —Dijo con la voz temblorosa, girándose y siendo detenido por la mano del mayor sosteniendo su brazo, tirando de él.
—No quise decirlo. ¿Harry? —Lo llamó al ver que el menor no levantaba la mirada ni para prestarle atención, y sabía que una de las cualidades de Harry era mirar a los ojos para que las personas sientan que están siendo oídas.
Ya harto de sentirse así, harto de sentirse tan ahogado y desesperado, harto de no sentir el dulce tacto del niño, su niño, tomó las mejillas del pequeño y alzó un poco su rostro para que éste lo observara, cosa que hizo y demasiado sonrojado.
—Bebé, no quise. —Susurró y Harry se sintió derretir ante el apodo y el tono suave de voz que Louis usaba.
Se observaron por un momento y fue como si ambos se hubieran puesto de acuerdo: A la vez que Louis bajaba sus brazos con rapidez a la cintura del pequeño, envolviéndola y lo acercaba más, Harry apoyaba sus pequeñas y pálidas manos en el pecho de Louis, poniéndose de puntas de pie y cerrando sus ojos cuando sus labios fueron tomados por los del mayor. Su primer beso.
Siguió a Louis en un compás torpe -al principio- y, finalmente pudo hacerlo de forma correcta, ladeando la cabeza un poquito para que sus narices no choquen tanto y estremeciéndose ante el suspiro que había soltado el mayor: Sonaba a un suspiro lleno de alivio.
Eso lo hizo relajarse incluso más y no dudó en envolver sus brazos alrededor del cuello de Louis, dejando sus ojitos entreabiertos en el beso y viendo el vapor salir de la boca de Louis cada vez que exhalaba cuando sus bocas se separaban por mili segundos para volver a unirse.
Harry ya se sentía confiado, limpio, cambiado. Louis también...
...pero admitidlo: Louis siempre la caga.
ESTÁS LEYENDO
Hot Winter | Larry Stylinson | short fic.
Fanfiction"Eres...eres como la nieve. Hermosa, muy bonita...pero fría."