Las horas pasaban junto al tic-tac del reloj.
Siempre se pedía lo mismo, un cappuccino.
Y su amiga al lado, simplemente ahí, sin pedir nada.
Sus labios se movían sin parar,
a saber que palabras escondianImpaciencia,
Aunque quemaba,
Primer sorbo
Segundo,
Y se volvía a quemar
Aún así no parabaHasta que,
sin darme cuenta
Último sorbo
Se fueron.Me pregunto si alguien me observa a mi,
De la misma manera
Que la observo yo.