Capítulo 5 -FINAL-

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Se formuló aquella pregunta, justo antes de alzar sus manos tras la nuca del hombre y atrapar con gran deseo la boca masculina.

Solo se quedó paralizado un segundo, con los ojos abiertos ante la sorpresa de aquel ataque por parte de ella. Después, no fue tonto. Cerrando los ojos y apretando el cuerpo de ella más cerca de él, participó en aquel beso profundizando más con una pasión desbordada.

No se creía lo que estaba sucediendo. Aquello era un sueño cumplido. Su corazón bombeaba loco por la euforia y por la pasión, que se estaba desatando entre los dos.

Por fin ocurría lo que una vez, nada más conocerla había notado. La mutua atracción. Pero después, las cosas se complicaron y en su lugar solo vio rabia.

Suponía que con el susto que se había llevado, sus verdaderos sentimientos habían aflorado. Y se alegraba por ello. Ella lo amaba, se lo había dicho...

Su infierno había acabado.

Con manos temblorosas por el deseo, deslizó una con cierta suavidad por toda su espalda, antes de introducirla bajo aquella camiseta enorme y llevarla a la parte delantera de su cuerpo. Deteniéndola un segundo, para absorber su suavidad y calor, al tiempo que veía la reacción de ella.

Se apretaba más a él, mientras que le mordía por un momento de forma sensual el labio inferior.

Luz verde. Sonrió para sí mismo avanzando con sus caricias por toda su piel. Quería aprenderse su cuerpo, conocer donde estaban todos y cada uno, de los lunares que tenía. No quería perderse nada...

Pero cuando su mano topó, con la suavidad y redondez de su seno izquierdo, no pudo evitar el soltar aquel gemido, contra los dulces y carnosos labios de ella. Recibiendo por un igual, la misma respuesta en ella.

-James... -Gimió, llenando por un segundos sus pulmones de aire.

-Ashes... -Gruñó, al juguetear con el pezón duro y obtener de ella, una elevación pequeña de sus caderas en dirección a él.

Los dos se hallaban consumidos por la pasión, y se hallaban completamente solos en aquella casa. Las dos viejas metomentodo, estaban lejos de allí. Nadie iba a molestarlos, para continuar con la muestra de amor que estaba teniendo lugar.

Ho no...

Algo bajo su trasero, estaba vibrando. Y no le gustaba para nada aquella interrupción, pues James ya le era más que suficiente en aquella fantasía. No hacía falta añadir ningún juguete erótico.

Pero al parecer, su mente no opinaba igual que ella. Dado, que aún seguía notándola.

-¡Maldita sea! -Gruñó él entre dientes, dejando de besarla mientras apoyaba su frente contra la de ella y trataba de recuperar el aliento.

¡Quién puñetas lo llamaba aquellas horas la móvil!

-Perdona, es solo un segundo -Se disculpó con gran frustración, mientras con cierta dificultad introducía la mano en el bolsillo del pantalón, y extraía el aparato que aún seguía sonando.

¿Pero aquello no era su cielo particular, donde le ofrecían su fantasía más deseada? ¡Entonces, por qué aparecía la interrupción indeseada de un móvil! ¡Por favor, no creía que en el cielo hubiera cobertura!

-Quiero que desaparezca esta llamada de mi cielo -Pidió haciendo puchero con sus labios hinchados por los besos.



Por la poca luz que entraba de la ventana, pudo apreciar su silueta, y ver como abría la tapa del dichoso aparato y respondía. Dándole así la oportunidad de observar su bello rostro masculino, con la iluminación que proyectaba el pequeño aparato.

Saltando Chispas  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora