Capítulo 3

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Al día siguiente me levanté temprano pues tuve una pésima noche. Apenas si pude pegar un ojo, pues lo único que quería hacer era recordar si realmente nunca había visto a Meredith por mi tierra. Debo de admitir que mis vistas al pueblo no eran muy frecuentes, nunca pasaba de la taberna RJ, en la cual sirven la mejor cerveza roja de todo el reino y si querías encontrar una pelea no tenías que dudar a ir a ese lugar. Ese lugar no era muy frecuentado por mujeres y menos con esa cara de inocencia que tenía Meredith.

Mi madre siempre me regañaba cuando le decían que yo había estado en ese lugar, pues decía que yo debía de mantenerse lo más lejos del pueblo y debía de hacerme respetar y temer aún más de lo que ya era y si frecuentaba ese lugar, él respeto que tenían hacia mi iba a disminuir. Siempre rechazaba ese tipo de comentario que mi madre hacía sobre ese lugar pues la razón por la que iba allí era para ganar respeto que si merezco por medios "justos" y esos medios eran las peleas.

La primera vez que fui a ese lugar esperé la misma situación de siempre: todos a mis pies al segundo en el cual había entrado al lugar, pero esa vez fue diferente: al verme entrar todos empezaron reírse de mí diciendo "¿Qué hace el principito de mami aquí?" esto me impactó mucho, cuando llegue a la barra apenas si me voltearon a ver, el cantinero notó mi molesta y me dijo riendo: "No importa cuántas medallas lleves hijo, y menos si llevas una corona, aquí el respeto te lo tienes que ganar sobreviviendo a este lugar y a los locos que vienen a él". Eso de ganarse el respeto era nuevo para mí y quería demostrarle a esa gente que, sí podría encajar ahí como en la corte de mi madre, así que le pregunté al cantinero a que exactamente debía de sobrevivir a lo que solo me contesto con una sonrisa.

A la tercera cerveza roja un tipo se me acercó medio bebido diciendo que estaba en su asiento a lo que le pregunte su nombre, él cual no recuerdo, y le dije "Bueno, no veo que esta silla diga tu nombre". Al escuchar esto él se molestó y me agarró por el cuello de mi camiseta y luego me asentó un golpe en la barbilla a lo que le respondí con un golpe en el estómago mientras le decía que acababa de cometer un gran error. Después de esto me le tiré encima para derribarlo y asentarle más golpes en la cara. Al principio pensé que no se iba a defenderse, pero al quinto golpe él respondió, todos se habían juntado para ver quien ganaba. Le deje pararse y vi que el hombre era una cabeza más alta que yo y un poco más corpulento, pero por culpa de la bebida era lento y torpe, todo lo contrario a mí, iba a ganar gracias a mi rapidez y certitud en mis golpes, al tercer golpe noté que el tipo cojeaba un poco de su pierna izquierda a lo que lo incite a pegarme mientras yo lo evadía y le asentaba una patada en la rodilla izquierda haciéndolo caer. Pensé que se levantaría, pero quedó ahí con la cara ensangrentada, al igual que su camiseta. Al principio hubo un gran silencio y luego todos me vitorearon. Después de la alegría momentánea, fui de nuevo a la barra para celebrar mi primera victoria. Cuando llegué a mi asiento vi que ya había una cerveza esperándome y detrás de ella, el camarero con una gran sonrisa.

-Creo que ya encontré la manera para ganar un poco de respeto por aquí. -dije con una gran sonrisa.

-Te dejaron hecho polvo hijo. -cuando dijo de eso, sentí como algunos moretones me salían- ¿Valió la pena?

-Totalmente-dije dándole un gran sorbo a mi cerveza- fue realmente refrescante que alguien por primera vez no me dejara ganar solo porque soy Peter.

Sonreí al recordar mi primera pelea en RJ y más aún cuando recordé que además de vender una buena cerveza roja, vendían mucha información.

Me dirigí a la cocina para comer antes de ir a la cantina. Al llegar a la cocina todos me saludaron con la reverencia habitual, menos Ben que estaba recostado en el umbral comiendo una manzana.

-Buenos días su alteza real-dijo él haciendo una reverencia muy exagerada mientras se partía de la risa.

-Cállate Ben. -le dije golpeando su cabeza-Estas de muy buen humor hoy.

-Y tú estás horrible, hombre, en serio parece que no dormiste en toda la noche. -a lo que asentí mientras nos sentábamos para comer un poco- Tu madre te matará si vuelves a comer aquí.

-No lo hará y sabes porque, porque ella nunca se atrevería a poner un solo dedo de su pie en la cocina mientras esté todo este alboroto de "gentuza"-dije mientras nos reíamos y ponían nuestros platos para que comiéramos-Además es demasiado temprano para que mi madre se levante.

Terminamos de comer entre risas. Mientras Ben trataba que una de las sirvientas se fijara en él yo hice una pequeña nota para que se la entregaran a mi madre para que ella no se preocupara por mí y no hiciera un escándalo como siempre hace cuando no sabe dónde y qué estoy haciendo, más si me salgo de mi estricto horario en el cual básicamente me enseñan a ser más odioso y temible a través de clases de cómo ser rey y mucho pero mucho entrenamiento con todo tipo de armas, pero además de esto tengo, por obligación de mi madre, clases de dibujo, era eso o clases de canto y sinceramente prefiero el dibujo pues es le veo más maneras de cómo hacerlo algo práctico a saber cómo cantar sin que se me quiebre la voz.

Estaba poniéndome mi capa cuando Ben me pregunto a donde iba a lo que respondí que iría al RJ.

- ¿Tan temprano?

-Y a ti que te importa a donde voy en la mañana-lo corté antes de que el interrogatorio llegará más lejos-no necesito una segunda madre, gracias Ben.-dije mientras tiraba la puerta detrás de mí.

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2018 ⏰

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Las rosas rojas se vuelven blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora