Recuerdos

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Conversando con mis recuerdos es que mi vida se alimenta de alegría, no tengo gravado en mi memoria cuando lo conocí, porque siempre estuvo ahí, en el mismo barrio de casas uniformes, de gente toda amiga una con otra o al menos aparentaban serlo, de vecinas chismosas, de padres trabajadores, inexistentes, o ebrios, de madres libertinas y otras abnegadas, a ese grupo pertenecía la mía, pasaba el día en casa desviviéndose por su marido y sus hijos, podía jurar que amaba todo eso del quehacer doméstico, pensaba que le encantaba cocinar pues sus platos eran variados y deliciosos, pero un día descubrí que odiaba la cocina, se dedicaba más a ella, porque pensaba que todo le saldría mal; mi padre un profesor reconocido, por lo que no era raro ver a muchachos o muchachas en casa nivelándose o preparándose para una prueba, una de ellas era siempre mi amiga del alma Anabela, esto hizo que tuviéramos una relación muy estrecha, era como mi hermana.

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