Se escuchaban los ladridos de los perros, corrían persiguiendo a alguien, poco más adelante se encontraba la presa, una chica con las ropas rasgadas y llena de heridas en brazos y piernas no traía zapatos, corría en la fría nieve, estaba cansada, su cuerpo le dolía, pero tenía que seguir, a lo lejos un hombre gritaba su nombre, apreto sus puños y siguió corriendo, no evitó que las lágrimas resbalaba por sus mejillas, recordó el cómo había llegado hasta ese punto de correr por su vida, claro, rechazó al general ruso que le había propuesto matrimonio, el no la amaba y ella lo sabia, conocía sus intenciones, quería apoderarse de la Rusia imperial, desde ese día habían pasado varios meses hasta que el apareció nuevamente, esa noche fría que procedía a convertirse en tormenta, atacó el palacio de invierno de San Petersburgo, ella era la heredera al trono de ese lugar, en un intento fallido se armo de valor para enfrentarlo, cogió la espada de su padre y les dijo a sus leales sirvientes que huyeran lo más rápido posible de ahí, ella pudo con unos cuantos soldados hasta que al fin pudo lograr captar la atención del zar, esta al verle supo lo que pretendia y en un impulso se hecho a correr hacia el bosque y escucho los ladridos, señal que la perseguían, ella no se rendirá tan fácil, no, no sería presa fácil se mentalizo, en un momento desesperado, llego al lago, quedaba cerca de aquel palacio, aquel lago estaba congelado en apariencia, paro en seco, ya no podía más, suspiro retomando el valor de antes y se dispuso a correr dentro de él, sus pies estaban enrojecidos por el frío, cayó cerca de la mitad del lago y pudo observar que aquel hombre la había alcanzado, la voz de Daniel resonó en sus oídos de nuevo,
-por favor princesa acepte la humilde propuesta que le he hecho- le sonrió sinicamente - así no dañar a su amado pueblo- ella se levantó
- nunca aceptaré tu mano y de mi pueblo- rio -de eso me encargaré, no dañarás a nadie, nunca lo permitiré - dijo decidida, ella lo miraba con odio, en sus manos aun tenía la espada que una vez fue de su amado padre, una fugaz idea cruzó por su mente, sus manos temblaban pero estaba decidido, ella en el acto sonrió - es que no lo sabes Daniel tu nunca serás nada de lo que una vez fue mi padre, nunca le llagarias ni a sus pies- y con esto clavo la espada en el hielo que en un instante se rompió haciéndola caer al agua y con ella el callo de igual forma, la joven solo pudo cerrar los ojos y en un momento, todo fue obscuridad. Por otro lado o más bien en el cielo el Hombre de la Luna era testigo de esta escena, vio en la chica una enorme valentía y no lo pensó dos veces, al estar en el punto más alto el le devolvió la vida a cambio de sus memorias y sus más preciados recuerdos, ella abrió sus ojos asustada, estaba temblando pero no era por el frío, si no porque se sentía extraña, se incorporó pero cayó en el frío suelo del ya congelado lago mostrando ahora su reflejo, su piel era pálida y su cabello era castaño claro y le llegaba a la cintura, sus ojos tenían un color verde obscuro, toco su cara <<ese fue mi primer recuerdo>> se intentó parar de nuevo esta vez lo logro <<la luna brillaba hermosa y luego el viento soplo llevándose mi miedo>> ella camino un poco y miro una espada plateada como la luna la cogió del suelo y la llevo con ella, aquella espada la sentía ligera y sonrió, luego el aire soplo de nuevo y esta vez pudo escuchar en un susurro su nombre <<Samanta ligth>> <<que como lo se, supongo que la luna me lo dijo, pero sólo fue eso, sin memorias ni nada ¿quien soy? >> pregunte mirando a la luna, pero no obtuve respuesta.
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El Destino De La Luz
FantasyBueno esta es mi primera historia aquí así que espero les guste se trata del origen de los guardianes obvio no me pertenece ningún personaje solo la protagonista....Sin más espero les guste :3