Capitulo 14

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  Me puse de pie a duras penas he ingrese al baño para tomar una cálida ducha.
Luego de quince minutos me encontraba lista para bajar a desayunar.
—Ma, ¿has visto mi...
No terminé la oración al ver que se encontraba conversando animadamente con una de las personas, la cual jamás imagine volver a ver.
—_______ veo que estas como nueva—susurró amablemente.
Asentí, mi estado era en shock, no podía creerlo.
—Hija, Grace ha venido a visitarnos—dijo mi madre y se puso de pie junto a la mujer. Un extraño escalofrió recorrió mi cuerpo recordando aquel día.
Grace, la madre de Louis se encontraba en mi casa.
— ¿Cómo te ha ido con la recuperación?—preguntó la mujer mientras se acercaba para abrazarme.
—Bi...bien—dije asustada mientras me envolvía en sus brazos.
—_______ ¿te encuentras bien?—consultó mi madre algo intranquila.
Negué con la cabeza. Y entonces el timbre de la casa sonó.
— ¡Yo voy!—grité y salí corriendo hacia la entrada.
Abrí la puerta rápidamente y allí estaba de pie Liam. Por suerte, aun podía sentir cuando le llamaba. Quizás no podía leer mi aura pero aun podía recibir mis llamados.
Me lancé a sus brazos y traté de tranquilizarme en estos.
—Tranquila ya se irá—dijo refiriéndose a la madre de Louis—Pero ella no es como su hijo.
— ¿Cómo lo sabes?—pregunté.
—Solo lo sé—me anunció.
Entró a la casa tomado de mi mano y mi madre sonrió.
—Liam, ¿Cómo has estado?—preguntó.
—De maravilla.
—Hola—dijo Grace saludando a mi chico.
—Hola—murmuró Liam.
—Mamá, saldré con Liam—le anuncié.
— ¿Adónde van los tortolitos?—preguntó divertida.
—Por allí—dije y comencé a empujar a Liam para salir lo más rápido de la casa.

Ya afuera comencé a caminar pero Liam de un leve jalón me detuvo.
—Ni creas que caminaré hasta la casa de Matt—susurró y comenzó a reír.
— ¿A no?—pregunté.
Negó con la cabeza y me condujo hasta un auto, una camioneta aparcada a la salida de mi casa. El color azul eléctrico era tan llamativo que no pude creer lo despistada que estaba al no verlo antes.
—Él auto es hermoso—susurré embobada.
—No se compara contigo—dijo haciéndome sonrojar. Le codeé el pecho y quise abrir la puerta para entrar, pero el con amabilidad y rapidez la abrió antes que yo.
—Aún tenemos algo de tiempo antes de ir a la casa de mi familia—dijo sonriendo ya dentro del auto.
—Si—susurré.
— ¿Te parece si vamos a dar una vuelta?—consultó algo nervioso.
— ¿Una vuelta?—pregunté sin entender.
—Ya sabes, ¿no?
Negué con la cabeza y luego me eche a reír. Me acomodé a su lado y bese su mejilla.
—Sabes que puedes llevarme a donde quieras—murmuré y besé sus labios lentamente.
Liam sonrió y comenzó a conducir sin dejar de mirar la carretera. Sin distraerse con mis caricias, ni con mis pequeños besos en su cuello.

El auto se detuvo y yo di un pequeño salto. Al parecer me había quedado dormida. Subí mi rostro, el cual se encontraba cómodamente descansando sobre el hombro de mi ángel, y le observé por un segundo, para que luego mis labios fueran devorados por los de él.
Un beso tierno y cariñoso, lleno de sentimientos de mi parte y de su parte también. El aroma del ambiente era completamente dulzoso.
Abrí mis ojos y observé los de él ya abiertos.
—Hola dormilona—dijo riendo.
Acarició mi mejilla y abrió la puerta para bajarse. Rodeó el carro y abrió mi puerta... nuevamente de aquella forma tan caballerosa.
— ¿En dónde estamos?—consulté al ver las olas chocar contra las rocas, al ver palmeras por doquier, uno que otro pajarito jugando divertido, y una hermosa puesta de sol de fondo. ¿Cuánto nos tomó el pequeño viaje?
—Por lo que veo diría que es una playa—se burló.
—Lo sé—reclamé—pero... ¿Qué hora es ya?
—Las 7:34 de la tarde—dijo sonriendo y se acercó a mí para abrazarme.
— ¿7:34? Liam, ¿Qué ocurrió con ir a ver a tu familia?—consulté.
—Ya llamé a Matt, dijo que no había problema si íbamos mañana—me explicó—Además no arruines este momento.
Lo miré llena de intriga y carcajee.
—Supongo que haré lo que me pidas—dije sonriendo.
Liam entrelazó su mano con la mía y comenzamos a caminar por la orilla de la playa.
Las olas chocaban contra las rocas de manera increíble y el crepúsculo estaba haciendo su aparición. Sonreí, aquello era maravilloso.
—Tu querías saber el porqué de esto ¿verdad?—susurró deteniendo su caminar en la mitad de la playa.
Le miré, habían tantas cosas que quería saber, que no sabía que se refería claramente.
—Son muchos los "porque" que quiero saber, explícate—le pedí poniéndome frente a él.
El sol contra el rostro de Liam lo hacía lucir aún más perfecto de lo que ya es.
—En esta playa fue—murmuró mientras jugaba con un mechón de mi cabello y con la mano libre acariciaba la mía, la cual estaba enrollada a la de él.
— ¿Qué paso acá?—volví a consultar.
—Aquí fue donde yo morí.

Mi estómago se contrajo y un horrible dolor dentro de mi pecho me hizo sollozar. ¿Cuándo mi corazón dejaría de sufrir?
Le miré incrédula y negué con la cabeza.
—No me gusta este lugar—susurré entre dientes.
—Vamos, ¿Crees que para mí es muy lindo?—preguntó tratando de sonar pasivo.
—Entonces ¿Qué mierda hacemos acá?—grité dando media vuelta pero no hallé nada, y ni siquiera sé porque busqué algo.
—Es porque tengo la necesidad de contarte lo que ocurrió conmigo—me explicó de manera lenta y calmada.
—Liam—me opuse—No quiero saber.
—Pero debes saberlo—me retó.
Suspiré y asentí mientras tomaba asiento sobre la arena, sobre la cálida y pura arena.
Él se sentó a mi lado y entrelazó su mano con la mía.
—Era un día sábado—comenzó a contar—Era un viaje en familia, de esos que hacíamos cada fin de semana sin importar el clima. Mi madre andaba más feliz de lo normal. Cody no dejaba de decir que tenía que contarnos algo a todos. y Matt hablaba por teléfono con su novia, creo que su nombre era Colbie. Kev, kev al igual que yo iba en su mundo.
— ¿Colbie?—le interrumpí recordando el nombre de mi amiga, de mi menuda y rubia amiga.
—Si, Colbie—suspiró—Bajamos todos de la camioneta, yo tomé mi guitarra y me senté en aquella roca—dijo apuntando hacia mi derecha en donde habían unas rocas inmensas. Y las olas de manera fantásticas chocaban contra ellas—Era la primera vez que me sentía tan mal. No podía respirar bien, y cuando medí mi nivel de glucosa no era el mejor, pero no quise decirle a mi madre.
— ¿Por qué?—protesté.
Liam me miró y sonrió mientras acariciaba lentamente mi mano.  


Mi angel guardian liam payne y tu (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora