Te quiero Ella, solo trato de cuidarte

28 0 0
                                    

Era el 28 de noviembre de 2013, y estaba en la cena de acción de gracias en la casa de campo de mi abuela.

Aunque era la única hija de mis padres, mi familia era enorme. Este año mis abuelos querían reunir las familias de sus seis hijos. Así que la casa de mi abuela estaba llena de niños corriendo, mis tíos y mis padres riendo con copas de vino llenas. Mis primas, mas o menos de mi edad contaban sobre sus novios o los últimos bochinches de sus amigas, las esposas de mis tíos hablaban de los dolores del embarazo y de los antojos mas raros que les daban. Mientras que mi abuela organizaba la mesa junto a mi abuelo. No pude evitar quedarme mirándolos a los dos, a mi abuelo con su silencio haciendo caso a mi abuela, cuando esta le decía que hacer.

Era una escena muy bonita, tenerlo a todos o casi todos aquí y mas cuando el frio de noviembre y de campo te da un sentimiento de protección o de diferencia. Esa luna enorme y ese cielo tan oscuro hace que te sientas diferente es como si el día te hiciera sentir culpable mientras que la noche te da la seguridad para que hagas o sientas lo que quieras. Pero no lo se, solo estoy aquí desaprovechando el tiempo con mi familia por tener en mi mente la estúpida playa donde esta Gabriel ahora.

Cuando mi prima Alexandra contaba su ultima historia de su tercer ex mi abuela nos llamo para que nos sentáramos en la mesa. No me malinterpreten quería a todos mis primos pero no estaba de humor para escuchar las historias de nadie. Por eso espere que mi abuelo se sentara para sentarme a su lado y poder compartir el silencio con él. Permanecí callada toda la cena y solo intercambie dos o tres sonrisas con mi abuelo y un apretón de manos que lo decía todo. Aun así toda la cena estuvo llena de risas y de platicas mis abuelos se veían muy felices y mis padres un poco tomados lo que quiere decir que estaban muy contentos.

Ya a mitad de la cena llego mi tía Bea con su única forma de entrar y que todos se den cuenta y se pongan felices incluyéndome. Bea era algo especial empezando con que nació cuando mi padre ya estaba en la universidad, es la mas pequeña de mis tíos aun no entra a los treinta y parece que no le interesa entrar. Le gusta describirse como alguien libre y en realidad si lo es. Tiene la imagen de una hippie moderna cool, con su pelo oscuro cortísimo y dos dreads que le tocan la espalda. Su poca ropa muestra los veinte tatuajes y pantallas que se ha hecho y sus botas de cuero marrones hacia que todos supieran donde estaba y donde estaba repartiendo su encanto. Bea es mi persona favorita en toda la familia y me encanta que me trate como si fuera mas especial que todos los presentes.

- ¡Beatriz! – mi abuela y abuelo se levantaron y fueron a recibirla. - ¿no te ibas a quedar en Colombia?

- Ay mami decidí venir a ultima hora, con el grupo que estaba se iban a Estados Unidos a unas competencias de quien comía mas pavo. Prefería mil veces venir a quedarme sola en Colombia o ir a esa competencia. – decía mientras entraba al comedor y saludaba a cada uno. Me vio me guillo el ojo y me dejo para lo ultimo.

- ¿quién te compro esa horrible camisa? – me dijo al oído riendo.

- Creo que mis padres. – dije señalando a mis papás.

- ¿Estaban igual de borracho cuando la compraron? – pregunto riéndose de ellos.

- No lo se pero esperemos que si. – dije y me vire para seguir comiendo.

- Cuando todos terminen de comer subes a mi cuarto. – me dijo guillándome de nuevo el ojo.

Después de media hora algunos comenzaron a levantarse de la mesa y se fueron para distintas áreas de la casa. Los niños ya estaban corriendo y en ese momento Bea abrió muchos los ojos y se fue a su cuarto. Luego de unos minutos la seguí.

Siempre con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora