Capítulo 1.-

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Hoy era el día que tanto he esperado, el día que desplegaría mis alas si se le podía llamar así, se podría decir que abandonaba el nido...
Mi pelo castaño con rizos indomables estaban en mi cara de forma impertinente, inaguantable, mire hacia arriba mientras seguía acostada en mi cama. Se me vino a la cabeza la lista de objetos que me tendría que llevar, me quedé pensativa un buen rato... Oí la puerta abrirse, seguido de un llanto ese sonido me saco mi modo pensativa y traté de centrarme en ese llanto, el de mi hermano de 6 años.

-Bárbara, no te vayas por favor- dijo mientras sus lágrimas caían de forma abrumadora, -Bárbara, no por favor

-Joan, no llores por favor- le despeiné mientras sonreía -Vendré a visitarte cada vez que pueda ¿vale?

- P-pero Bárbara... -le corté en ese momento, -Joan, mira hacemos un trato ¿vale? Todos los verano te vienes dos semanas a Madrid- dije mientras le sacaba mi sonrisita de niña buena -Vale...- dijo mientras se restregó los ojos con la intención de quitarse las lagrimas

Joan salió de mi cuarto algo triste, iba cabizbajo y sus pies se arrastraban... Me sentí culpable por unos instantes.

Me levanté de la cama, y cogí el móvil para revisar las redes sociales, principalmente Whatsapp, Instagram y Facebook eran las mas importantes se podría decir. En Instagram y Facebook habían comentarios y likes no había nada nuevo, al menos para mí. En Whatsapp habían como 600 mensajes, mayoría de grupos y de despedida... Dejé el móvil al pie de la cama y me vestí con la ropa que saque en el día anterior, unos pitillos negro, una camisa de cuadros y unas botas camperas. Cuando me di cuenta ya eran las 8:30 a.m se me hacía tarde, el avión salía a las 11:30 a.m pero había quedado con mi mejor amiga Miriam, mi compañera de viaje y de piso en mi futuro hogar. Me hice una coleta lo más rápido posible y bajé corriendo las escaleras.

Mi padre me esperaba abajo, junto a mi madre, me miraban un tanto tristes pero a la vez con ira... Nose como explicar la sensación que tuve en ese momento era algo raro, era como nervios o angustia nose...

- Bárbara

- Papá...

- ¿Estas segura que quieres irte con los 18 años recién cumplidos?

- Si papá...

- Bárbara... No te vayas cariño- dijo mi madre mientras en su ojo ví como la tristeza inundó sus ojos, como se volvían acuosos, sus ojos azules claro se volvieron azul oscuros como las profundidades del mar- Mamá... No llores por favor no empieces como el enano... - me acercaba a ella para abrazarla y rompió a llorar- Mamá...

- Bárbara, María vamos- cogio las llaves del coche y se dirigió al automóvil y nosotras le seguimos.

Mi padre parecía triste, en sus ojos guardaba miles de lágrimas se le notaban, pero a la vez parecía enfurecido por como conducía, las manos se le tensaban cada momento.

El camino hacia el aeropuerto se estaba haciendo largo, solo hubo silencio hasta que alguien habló

- Bárbara, ¿llevas los aerosoles?

- Si mamá

Y después de esas dos frases todo volvió a estar en silencio hasta que llegamos al aeropuerto.

Al llegar al estacionamiento ví a Miriam con sus maletas en la puerta esperándome, con su sonrisa radiante. Salí del automóvil y corrí hacia mi amiga y la abracé.

- Miriam

- ¿Que?

- ¿No habrá venido nadie no?

- Yo no he visto a nadie

- Mejor mejor

Miré hacia atras y ví alli a mis padres, con la peor cara que podían tener, me acerqué a ellos y los abrace tan fuerte como el cariño que les tenia

- Barbara ten cuidado

- Si papá- le abrace con toda mis ganas y brotaron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas terminando en mi camisa, le mire a los ojos y le sequé las lagrimas- Papá estaré bien

-Bárbara, si te pasa algo vuelve imediatamente por favor

- Si mamá -sus lagrimas volvieron a salir de sus ojos acuosos- Mamá no por favor -le seque las lágrimas y les sonreí- Papá, Mamá os quiero no lo olvidéis... -les di un beso en la mejilla y me encaminé hacia donde estaba mi amiga y mis lágrimas no pudieron resistir y salieron, miré hacia atrás y no estaban ya...

Llegue adonde estaba mi amiga, esta no dijo nada solo me rodeó con su brazo y nos dirijimos hacia dentro del aeropuerto.

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