Edelweiss
La noche es oscura. Un fino arco de luna brilla de forma intermitente entre las nubes. Los enormes abetos dificultan la visibilidad y la espesa capa de nieve nos hace avanzar a un ritmo muy lento. Sin duda es una de esas noches en las que no se debe salir a cazar. No obstante, a menudo los cazadores anteponemos nuestro deber a nuestra seguridad. La aldea necesita comida y nosotros somos los encargados de proporcionársela. Eso no significa que carezcamos de sentido común. En las noches oscuras como la de hoy tenemos prohibido separarnos del grupo y nos limitamos a revisar las trampas que colocamos durante el día para los animales de menor tamaño. Los animales pequeños salen durante el día, los grandes, durante la noche.
Para ser cazador es necesario tener un buen sentido de la orientación. A pesar de que la nevada ha borrado totalmente nuestro habitual sendero, Jeff, nuestro jefe y quien siempre va a la cabeza del grupo, avanza sin titubear. La intención de Jeff era no ascender demasiado para no alejarnos de la aldea, pero hace al menos una hora que parece haber cambiado de opinión y todos sabemos el por qué.
- Jeff. – Lo llama Lucas desde el centro del grupo.
Lucas es uno de los veteranos. Tiene algunos años más que Jeff, y mientras a éste la edad le ha vuelto el pelo canoso, a Lucas se lo está quitando. Eso lo hace parecer mucho mayor de lo que es. En general acepta de buen agrado estar bajo las órdenes de Jeff, pero de vez en cuando se atreve a contradecirlo. De hecho, él y yo somos los únicos que osamos desafiarlo. He de decir en nuestra defensa que siempre tenemos buenas razones, aunque en la mayoría de los casos eso no es suficiente para que Jeff ceda.
- Jeff. – Lo llama de nuevo, pero esta vez más alto para poder hacerse oír a través del viento.
Jeff detiene la marcha y todos lo imitamos. Mira hacia abajo y localiza a Lucas con la mirada. Éste deberá medir bien las palabras si quiere convencerlo para que descendamos, o al menos, dejemos de ascender.
- Todas las trampas que hemos revisado están vacías. ¿Qué te hace pensar que las superiores no?
- Los animales de las capas superiores no se asustan por las tormentas de nieve. – Contesta Jeff.
Esa respuesta no contenta a nadie. Todos tenemos algo en mente, pero nadie quiere decirlo en voz alta para no parecer cobarde. Fijo la vista en Lucas: él ha comenzado el desafío, él debe terminarlo. Los demás deben pensar lo mismo porque todos adoptamos la misma actitud. Durante un par de segundos, nadie dice nada. El viento resopla ahora con más fuerza y será aún peor si seguimos escalando.
- ¿Y si no es la tormenta la que los ha asustado? – Dice al fin Lucas.
Es la pregunta que todos nos hacemos. Cada cierto tiempo, una manada de lobos gigantes ataca la aldea, matan a decenas de personas y desparecen en el bosque. Alguna vez cazando nos hemos encontrado con algún lobo, pero siempre en solitario. El hecho de que no nos hayamos encontrado con ningún animal es extraño. ¿Y si la manada de lobos ha vuelto a reunirse? Lucas está actuando con sensatez. Esta noche no es apropiada para adentrarnos en las montañas con la posibilidad, aunque sea remota, de encontrarnos con una manada de lobos gigantes. Además, sólo somos seis personas, no tendríamos ninguna posibilidad contra ellos. La curiosidad del explorador es la que mueve a Jeff. Quiere encontrar evidencias del paso de lobos o de alguna otra bestia. Creo que ya ha renunciado a toda posibilidad de regresar con comida a la aldea. Ahora todas las miradas están clavadas en Jeff. Él se percata de ello y nos mira uno a uno. Está claro que no puede distinguir bien nuestras expresiones debido a la oscuridad, sólo intenta ganar tiempo para encontrar una respuesta convincente.
- Entonces nos enfrentaremos a ello. – Dice finalmente.
Jeff se da la vuelta y sigue subiendo. Los demás nos miramos en un momento de incertidumbre. La respuesta de Jeff no ha sido muy alentadora, pero nadie va ni a desafiarlo ni a dejarlo solo, así que simplemente seguimos caminando detrás de él, yo en último lugar, como de costumbre. Por mucho que avanzamos, las trampas siguen vacías. Ahora el terreno es más rocoso y la vegetación menos densa. Una sombra se desliza velozmente a nuestra izquierda. Miro hacia ese lado alarmada y agarro con fuerza mi lanza, que sirve también de bastón para caminar. No hay nada, sólo oscuridad y silencio. Miro hacia arriba sin dejar de caminar, nadie se ha percatado de nada. La sombra pasa de nuevo. Esta vez la siento más cerca. Hay algo ahí y quiero averiguar qué. Agarro el brazo de Lesley, quien se gira algo sobresaltada. Observa mi mano agarrando su brazo y frunce el ceño. Aunque somos las únicas chicas del grupo y somos de edades similares, sólo conseguimos mantener la paz entre nosotras evitándonos. A mí no me gustan los subordinados demasiado obedientes y ella no soporta que yo sea la preferida de Jeff a pesar de que le llevo la contraria más de lo que debería. Por tanto, el contacto entre nosotras se ve incómodo.
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Cuento de invierno
General FictionEn un futuro distópico, en una pequeña aldea, vive Edelweiss. Su vida consiste en salir de caza para abastecer a la Aldea. Desconoce aquello que va más allá de las fronteras de su pueblo. Sin embargo, por un hecho inexplicable, es obligada a ir más...