Capítulo 4

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Lucy: Así que Natsu Dragneel

Pronunciar su nombre me trajo una gran felicidad. Como esas cosquillas en el estómago cuando recuerdas cosas bonitas, como si hubiera colocado la última pieza faltante del rompecabezas. El chico me extendió la mano y yo la tomé. Con nuestras manos aún unidas, levantamos los brazos mirando al público. Sabía perder. Luego de los aplausos y gritos me costó soltarle la mano; reímos nervisos y nos fuimos por caminos distintos. 

Sting: ¡Ah, estuviste maravillosa! -la abraza-

Rogue: No podíamos esperar menos de Lucy -asiente orgulloso-

Lucy: Ya basta chicos, harán que me sonroje -sonríe-

Ellos dos eran mi felicidad actual, me guiaban hacia la luz de un mundo donde no tenía recuerdos. Los juegos mágicos siguieron su curso normal; participamos en algunos duelos más, donde Sabertooh siempre salía ganador. El gremio del chico pelirosa salió segundo.

Me acosté satisfecha de mi misma. Tenía la sensación de haber descubierto un nuevo mundo, mi corazón estaba lleno de alegría, sin razón alguna. Esa noche volví a tener un sueño con el chico pelirosa, esta vez tenía un rostro definido, tal y como lo vi en los grandes juegos mágicos. Seguía llamándome con desesperación y sin dudarlo corrí hacia él. Me gané a su lado, sonriendo.

-¿Qué pasa Lucy, acaso no recuerdas la promesa que hicimos?

Esa pregunta hizo que el sueño tuviera menos sentido de lo común, ¿cuál promesa? Iba a preguntárselo pero justo en ese momento desperté. Durante todo el día las palabras del pelirosa sonaban en mi mente.

Sting: ¿Estás bien, Lucy?

Iba a responderle que sí, pero el sonido de la puerta me interrumpió. Fui a abrir y me encontré a Natsu con el gato de color azul que antes había visto con la chica peliroja. Mi corazón se aceleró y me sentí un poco avergonzada de que él me viese en ropa de dormir, ya que estando en casa no me preocupaba.

Lucy: Natsu-san...

Natsu: H-Hola... Verás, esto es raro pero, un a-amigo... Me mandó a pedirte un autógrafo y piensa que estuviste genial ayer...

Por más que miré alrededor solo veía la playa y nada más. Le di el autógrafo algo confundida, viendo como lo agarraba fuertemente y lo alzó con felicidad. Pero algo raro pasaba, ya que el gato acompañante estaba riéndose con todo lo que podía

Happy: Vamos, Natsu -ríe- Dile la verdad de por qué estamos aquí, dile que la querías invitar a salir

Me sorprendí bastante y me sonrojé. Natsu me miró y bajó la mirada, apretando los puños con nerviosismo

Natsu: ¡Bueno, ya! ¿¡Lucy quieres ir a almorzar conmigo!?

Lucy: ¿Era eso? -sonríe- Claro, pero deberás esperarme

Mi respuesta lo dejó algo anonadado, pero es que su forma de ser me pareció muy tierna. Entré a la casa rápidamente para arreglarme, me bañé y me vestí con mis mejores prendas. Estaba muy emocionada con la idea de salir con él. Volví a abrir la puerta y estaba sentado en la arena esperando

Happy: ¡Whoa, se arregló mucho Natsu! Y tu estás vestido de vagabundo igual que siempre

Natsu: ¡Es que tú me dijiste que ella no querría salir conmigo!

Sus conversaciones durante el camino me hicieron reír un montón. Parecían ser muy amigos, pero sus disputas eran cómicas. Llegamos a un local de comida donde nos sentamos alrededor de una pequeña mesita que el camarero nos presentó; y en realidad me sorprendió lo mucho que un chico como él podía comer. 

Durante el almuerzo le pedí que me pasase la sal que se encontraba al otro lado de la mesa, y cuando me la entregó me quedó observando.

Natsu: Qué pequeñas y delicadas manos tienes...

Lucy: No es cierto, no exageres -ríe-

Natsu: ¡Es verdad!

El colocó su mano abierta y yo junté la mía con la del. En cuanto nuestras palmas se encontraron unas voces e imágenes se vinieron a mi mente.

Nosotros entrelazábamos nuestros dedos mientras un fuerte viento corría, mientras él me decía:

-¿Nunca me dejarás, cierto Lucy?

Lo que prometimos |Fairy Tail|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora