CAPÍTULO II

10 1 0
                                    

Para Carl:
3 de diciembre
Se que desde hace tiempo no he escrito, tengo cosas que hacer y a veces me preocupo en otros temas que no sea en ti. Es difícil no hacerlo, pero si paso un rato escuchando música y durmiendo, al despertar esos cinco segundos que tengo antes de recordar todo lo malo que ocurre en mi vida los disfruto al máximo, no se como describir esa sensación, olvido por unos pequeños segundos tu cara, tu amor y las tristezas que pasamos, muchos dirán que soy dramática, tal vez exagero las cosas, pero si lo hago, lo haré por una buena razón.

No respondiste mi primera carta de varias que estaré escribiendo, quiero recordar por ultima vez esas memorias que tengo tuyas dentro de mi, solo una vez mas, así ya no sentiré remordimiento y podré pasar a lo que sigue de mi "gran vida". Espero que esta carta la respondas, en serio, necesito saber de ti, necesito saber una ultima noticia de ti antes de acabar esta relación, tengo que superarte, me quede mucho tiempo estancada contigo cuando varios chicos que si me querían y no me lastimarían estaban detrás de mi y yo no les hizo caso porque tenía esperanzas, si, tenía esperanzas contigo, dicen que la esperanza es lo ultimo que muere en una amistad o relacion, creo que es completamente cierto, al separarnos todavía seguía soñando que volvías una ultima vez a verme, solo a mi, no te importaba el resto del mundo, decías que yo era especial y te lo creía, claro, ¿como no iba a hacerlo? Siempre fuiste y serás mi primer amor, aunque me case y tenga hijos siempre serás recordado por ser el primero en ganar mi corazón, pero no lograste conservarlo,quiero que te quede perfectamente claro, no quiero que creas que te voy a olvidar al 100%, por supuesto que no, a los primeros amores nunca se les olvida, solo que con el tiempo encuentras al que verdaderamente pasaras el resto de tu vida, así que no me desanimo, se que encontrare alguien que no sea como tu, que no me lastime y que este conmigo cuando mas lo necesite.

Bueno, en la carta anterior te escribí los meses que ocurrieron antes de tu llegada, creo que es hora de pasar al momento en que nos conocimos. Fue un día de vacaciones de verano, me parece, o Semana Santa, la verdad a nunca le tome mucha importancia, y sabes muy bien que a mi no se me dan las fechas. Bueno, un día de vacaciones, unos vecinos de la cuadra decidieron que el vecindario en conjunto deberíamos ir a la playa a divertirnos y a conocernos mejor, ya que varios de estos eran nuevos y no conocían a prácticamente nadie, recuerdo que todas las familias estuvieron de acuerdo y decidimos que al siguiente día nos dividiríamos en varios grupos para llevar a la mayor cantidad de gente posible en los coches. Tu no habías salido de tu casa y no te había visto hasta la mañana siguiente que todos estaban fuera en la calle esperando a todo el vecindario para ver que grupo y carro nos tocaría, yo por supuesto me uní con mis amigas y una chica que se llamaba Alejandra, era de mi misma edad y al instante nos llevamos muy bien, tu estabas dentro de tu casa esperando a que todos nosotros nos pusiéramos de acuerdo para que solo llegaras, te subieras al auto y listo. Cuando nosotras estábamos platicando una vecina adulta me dijo que fuera con ella para que nos presentarán, ¿te acuerdas? Me llevo de la mano y tu estabas de espaldas, cuando nos quisieron presentar te quedaste por un momento inmóvil y luego nos saludamos de mano, no creas que fue amor a primera vista, en ese momento yo solo te veía como un vecino mas sin importancia, y la verdad es que casi no estaba prestando atención, solo quería volver con mis amigas para poder seguir platicando sin ser interrumpidas, mi madre me hizo una señal de que quería que te presentara a las demás chicas, y pues te lleve con ellas:
—¿Quién eres?—dijo Denisse
—Mi nombre es Carl
—¿Carl? Muy lindo nombre, ¿vas a ir a la playa?— dijo en tono brusco Lily
—Si...—dijiste arrastrando las palabras— la verdad preferiría quedarme en casa durmiendo
—Creo que es tiempo de ir a los autos— me apresure a decir, ya que nos estaban esperando— ¿Vienes Carl?— agregué, asentiste y nos subimos al auto, que era prácticamente para los niños, ósea nosotros seis.
Entramos al auto, tu te fuiste al frente junto con Denisse, que era la mas pequeña de todas y Paulina sosteniéndola, yo me senté al lado de la ventana, Vero y Lily a mi lado, la que conducía, Mimi, nos dijo que habláramos para que no nos sintiéramos incómodos o algo por el estilo. Como nadie le hizo caso empezó a hacernos preguntas estupidas, de nuestra familia y así. Recuerdo perfectamente que cada 5 minutos volteabas atrás a verme, tu mirada se quedaba fijamente en mi, claro que yo no te decía nada para no ponerte en ridícula, pero fué muy embarazoso. Todo el trayecto me la pase viendo el paisaje que había en la ventana, escuchando las conversaciones de las demás niñas con Mimi y sintiendo tu mirada cada vez que volteabas, quería saber lo que ocurría y pasaba por tu mente, tenía ganas de preguntártelo, pero cada vez que abría la boca para hablar, algo me lo impedía, no se si era por que todos estaban hablando o porque simplemente lo sabia, te gustaba, me dí cuenta, pero quiero aclararte, ya que nunca lo dije en todos estos años, nunca me gustaste ese momento, eras guapo y sentía una pequeña atracción pero fuera de eso, nada.

Llegamos a nuestro destino, bajamos del auto, y si mal no recuerdo, me abriste la puerta, dijiste que solo lo hacías por cortesía, pero sabia que no solo fue por eso, porque en cuanto baje la cerraste en la cara de Vero y caminaste a mi lado, yo me reí tanto en ese momento por la pobre Vero y su nariz roja, pero luego te disculpaste y seguimos el camino hacia la diversión de un día de playa. Caminamos todo el vecindario juntos hasta encontrar un lugar cerca de las rocas del muelle. Pusimos las sombrillas y nos pusimos protector solar, después de hacerlo lo único que hizo fue quedarme sentada en la arena y que las olas acariciaran mis pies, siempre sentí una sensación reconfortante al hacer eso, siento que todos mis problemas se los lleva el mar, te contare algo, yo tenía la teoría de que cuando tenía problemas y los pensaba cuando las olas me acariciaban los pies se llevaban mis problemas y que por eso era tan grande el océano, por eso la gente se ponía en las orillas. Bueno, pero no nos vayamos a otro tema, me senté en la orilla y luego llegó Alejandra y se sentó a mi lado, nos quedamos quietas mirando el horizonte:
—¿Siempre eres así de callada?— dijo ella moviendo mi hombro
—Puedo aparentar serlo, pero no— contesté
Llegaste tu y te sentaste junto a mi, volteaste a ver a Ale por un instante y luego tu mirada se posó en mi:
—¿Quieren nadar?— preguntaste señalando el mar
—No lo se, iré en un momento— te contesté haciendo una mueca
—Tu te lo pierdes— dijiste y luego te encaminaste al mar junto con Ale.
Yo seguía mirando como eran felices y como salpicaban el agua hacia sus caras, me dio tanta alegría que decidí unirme a ustedes para salpicar agua, entré al mar y sentí el agua fría, tan fría como un hielo en congelador, pero eso no me importo, prácticamente me daba hipotermia pero seguí jugando, me agarraste un instante la mano y sentí un cosquilleo, de esos que sientes cuando se te pone la piel de gallina, pero eso no significa nada. No significa que te amo.
Salimos del mar y nos sentamos en la arena para descansar, comimos unas papitas, tomamos unos jugos y nos quedamos viendo las olas, como subían y bajaban, yo me quede viendo como el agua chocaba con las rocas del muelle, hacían un sonido estruendoso y maravilloso, chocaban y las olas seguían su camino otra vez hacia la costa, luego volvían y chocaban una y otra vez.

Era de noche, ya era hora de regresar a casa, me preguntaste si iríamos en el mismo auto, yo dije que podría ser, ¿recuerdas lo que hiciste?, los grupos ya estaban armados y tu hiciste que mi hermana se fuera en el auto que tu irías para que pudieras estar conmigo, no me di cuenta hasta que entraste al carro, no se como hiciste para que te intercambiara su lugar, nunca le ha gustado separarse de nosotros. Todo el camino quise agarrar tu mano, y volver a sentir ese cosquilleo, en ese entonces era muy curiosa, lo sigo siendo, pero fuera de eso nunca entendí por qué ocurrió esa sensación de cosquilleo aparentemente por nada que produciera escalofríos. Llegamos a nuestra calle e iba a dirigirme a bañar en mi casa, justo cuando iba a bajar me dijiste:
—¿Nos veremos mañana?
—Si, solo ven a buscarme— dije antes de entrar a darme un baño. Mientras quitaba esas pegajosa arena de mi cuerpo me acorde de esos escalofríos cuando me tocaste, se sintieron bonito, no fueron los últimos y ojalá hubieran durado hasta el día de hoy.

Termine de bañarme y recuerdo solo haberme acostado en la cama pensando en la marea, en las olas cuando mis problemas y preocupaciones se los lleva el océano. Cerré los ojos poco a poco hasta caer completamente dormida esperando el mañana para volver a verte y jugar como los niños que éramos, esa es la historia de esta carta.
Espero y contestes a lo que te escribo, espero volver a saber de ti, te extraño, pero no tanto como regresar y volver a lo mismo, solo quiero saber de ti, ni siquiera se si vives donde mismo o si ves estas cartas, espero que si, espero que me recuerdes.

Te quiere, Clary.

No me duele.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora