Contra la violencia

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Mi casa sumida en la oscuridad, un silencio ensordecedor la cubría como las nubes cubren el cielo cada día, solo sonaron por un momento, pero no me hizo falta más de un segundo para saber que aquellos ahogados gritos llenos de desesperación y una tristeza tan intensa como la luz del sol provenían de ella otra vez,

no soportaba verla con aquellas heridas, algunas tan oscuras como un agujero negro y otras tan profundas como el traidor océano, también sabia quien era el autor de esa obra tan nefasta y terrorífica, pero me mantenía en un mortal silencio por miedo alas represalias



Lágrimas de cristal brotaban de sus ojos recorriendo su magullado cuerpo hasta caer al suelo formando un charco de desesperación y tristeza, fue hay cuando supe que tenia que hacer algo, tenia que ayudarla de alguna manera.


Pensamientos de un soñadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora