Capítulo 10

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(Narra Mabel)
Estaba en el lago de la cabaña frustrada por como haría para inventarle algo a mi tío. Podría decirle que se esta quedando con Wendy unos días porque le esta ayudando con algo... Quizás le suene un poco raro pero puede que se lo crea, suspiré y pues ahora tenía que esperar a que mi tío saliera a preguntar por Dipper.

(Narra Dipper)
Estaba levemente relajado en la cama, mi cuerpo dolía como nunca, a pesar de que él estaba débil lo hizo como toda la bestia que es, tierno cuando le conviene. Me iba a dormir unos minutos más, mientras lo esperaba, luego recordé que tenía que vendar y tratar otra vez esas heridas.

Me levanté y fui hasta la entrada del baño. Me asomé leve por el marco, él se veía muy relajado en esa gran bañera en la que estaba solo podía ver una buena parte de su pecho, me quedé embobado viéndole y sin darme cuenta giró su cabeza observándome con una gran sonrisa.

-Te deleita lo que ves Pino, puedes hacerme compañía y así te doy más placer, todavía mi cuerpo puede ofrecerte mucha diversión. -dijo en un tono seductor dejando en su rostro esa gran sonrisa.

Un escalofrío subió por mi espalda hasta mi nuca, mi rostro se prendió en un rojo vivo. -N...¡Noo!, me duele hasta el alma, ya tuvimos mucha diversión y sólo empezando la mañana, además estas débil y no puedes esforzarte... -Dije lo último para salvar un poco mi pellejo, pero si debo ser sincero esas palabras lograron encenderme, logra hacerlo tan fácil.

Se carcajeó. -¡Que divertido y que exquisito tu rostro!. Y ya ven Pino no voy hacer nada indebido, yo no muerdo. -movió su mano invitando al chico a entrar y colocarse cerca de él.

-Bien... ¡Pero no intentes nada! -dije algo nervioso, entrando en el baño y sentándome frente a la bañera, viéndolo de reojo. -¡Oh! Y... Tengo que vendar otra vez la herida Bill, así podrás sanar más... -Me interrumpió la caricia que él dirigía cerca de mi oreja e iba llegando hasta mi nuca, suspiré leve sonrojado y logrando que me estremeciera. -¡Aah~ B...Bill, tu dijiste que no harías nada.

-Dije que no haría nada in-de-bi-do. -canturreó. - Además es un deleite, me enciende y me encanta ver tu rostro así. -agarró suave la nuca del chico acercándolo a sus labios plantando en estos un corto pero exquisito beso, se alejó del rostro contrario con lentitud observando directo a sus ojos mientras se relamía suave. -Y eso todavía yo no llamo a esto inapropiado -musitó riendo.

Mi rostro se enrojeció por completo. -¡Y no quiero saber hasta que punto tu llamarías a algo inapropiado! -dije apenado, en un murmuro leve. -V..voy a buscar las vendas. -me levanté con la cara roja y fui hasta la sala buscando todo, tomando toda la calma del mundo.
Al regresar observé a Bill que ya estaba sentado en la cama con sus pantalones ya puestos y sin su camisa, me acerqué hasta este colocándome entre sus piernas para comenzar a vendar su torso.

-Lástima que no llegaste antes hubiésemos aprovechado un poco el tiempo. -sonrió lujurioso.

-Estas excesivamente caliente... ¿No lo crees?... Te despertaste con muchísima energía. -dije suave mientras terminaba de vendarle el torso.

Agarró el mentón del chico mirándolo directamente. -Pino si estuviera excesivamente caliente ya te lo hubiese hecho otra vez y sin piedad alguna.

No puedo discutir eso, tiene razón. Con la bestia que lleva dentro seguro y le queda energía, dije para mis adentros finalizando el vendaje.

Viendo que el chico no respondía fue hasta su cuello y plantó un fuerte mordisco. Lo cual hizo que el pequeño soltara un leve quejido.

-¡Aahh! ¿¡No dijiste que tu no mordías!? -dijo mientras se sobaba el cuello.

-Yo no recuerdo haber dicho eso... -sonrió viéndole algo satisfecho.

Claro que él lo recordaba, con esa sonrisa no me engañaba, sólo se hace el que no sabe nada. Suspiré con la cabeza baja mientras seguía sobando mi cuello.

-Bueno Pino, creo que ya que estamos más tranquilos puedo comentarte lo que sé sobre ese Diario, como te lo prometí...

Mi atención se centró completa y exclusivamente en él, elevé mi cabeza mirándolo con atención y esperando impaciente por lo que tenía que decirme, quedándome sentado frente a este entre sus piernas.

-Vaya... Si así de atento te colocaras cuando vamos hacerlo sería algo estupendo de ver. -susurró para luego aclarar su garganta. -Mmm, Bien para dar inicio el autor de ese Diario no es humano, es una criatura como tu hermana o como tu, es muy listo y se muere por el deseo del conocimiento y el de obtener todos los secretos del infinito universo. Además de eso yo estuve trabajando con él hace muchísimo tiempo, se podría decir que le ayudaba con todas sus investigaciones. -hizo una leve pausa para ver si el chico tenía alguna pregunta.

Estaba completamente sorprendido, ¡No me lo podía creer! Bill trabajó mano a mano con él, el debe saber todo lo que esta en este libro y mucho más. -Y...y ¿Qué ocurrió con él?...¿Cuál era su nombre?... -dije algo impaciente. -Según el Diario dice de un gran peligro en el bosque y que...-Me interrumpió.

- Se habla de un temible y peligroso cazador humano que habita en las profundidades de este bosque... -El pequeño quedó sorprendido pues eso era exactamente lo que decía. -El me declaró una amenaza, por otros asuntos y advirtió esas cosas, luego desapareció... Y en cuanto al nombre no puedo recordar cual era, pero si se me viene a la mente te lo diré. -dijo con un semblante ya serio, para luego levantarse. -Te haré algo para desayunar y luego saldremos, puedes descansar mientras lo preparo.

Es... ¡Esta bien! Gracias Bill. -dije rápido mientras le veía marcharse hasta la cocina dejándome sólo en la habitación.

Al parecer no le gusta hablar de ese tema, pero estoy más tranquilo con lo que me dijo, ya se una buena parte y sólo falta esperar que recuerde el nombre, no veo porque ese Diario dice que Bill es sumamente peligroso, he tenido mis momentos aterradores con él pero si ves la otra cara de la moneda es muy tierno a su manera. Sólo quedará esperar un poco más y ahora cambiando de tema es muy extraño que quiera salir después de lo que pasó con ese horrible oso, además todavía esta herido, suspiré quedándome sentado en el suelo esperando que me llamara, él si que es bien terco.

(Narra Bill)
Ya en la cocina comencé a prepararle el desayuno, ciertamente no me apasionaba tocar ese tema después de lo que ocurrió en ese tiempo. La razón por la que me describe de esa manera, además de que es obvio que si recuerdo su nombre, pero Pino no debe enterarse más allá de lo que le comenté, quizás no todavía...

(Continuará...)

¿Enamorado de mi cazador?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora