¿Enamorado de mi cazador?

Capítulo 3 - Segunda Parte (Lemon)

(Yellow! Cuánto tiempo sin visitar Wattpad :"v No me avienten a los lobos (?) Disfruten el capítulo.)

(Narra Bill)
Dejé escapar un profundo suspiro al contemplar como el chico se retorcía de miedo mientras soltaba leves sollozos. La situación no estaría fácil de arreglar porque conozco muy bien a Ford y sé que el coloca todo complicado para mi; si no logro solucionar esto para la noche puede que me vuelva loco y mate a ese Seis Dedos. Me acomodé en el sillón y cerré mis ojos para pensar en alguna manera de arreglar todo sin tener que salir de la cabaña y buscar algunas respuestas con ese maldito, en unos pocos segundos los abrí de golpe al escuchar como los alaridos de dolor del chico iban aumentando, suspiré bajando la mirada y al observar algo de sangre sobre la alfombra recordé que le había herido sin querer con esa bala perdida... Se me había olvidado tratarlo con tantas cosas en mi cabeza.

Me levanté del sillón y fui hasta mi habitación para buscar algunas cosas para atender esa lesión, debía sacar esa bala de su pata y curar la zona antes de que se pusiera peor. Al regresar Pino seguía acurrucado en el suelo llorando suavemente, imaginé que sería por el dolor pero también por las cosas horribles que le dijo su tío sobre mi; me arrodillé a su lado y agarré su pata trasera con cuidado sosteniendo con mi otra mano unas pinzas que había traído. —Tengo que sacar esa bala, así que colabora y no te muevas para que pueda hacer mi trabajo.

El menor se sobresaltó al escucharlo llegar, tensó después todo su cuerpo al sentir como el otro sostenía su pata, la cercanía del mayor hizo que su corazón latiera tan rápido que pensaba que se le saldría en cualquier momento, todas estas acciones sólo lograban empeorar el dolor y con el los quejidos.

—Si te tensas así Pino la bala puede dañar más los tejidos o adentrarse más y además así no será fácil de sacar. —Dije con seriedad. Mis palabras parecían no llegarle porque estaba cada vez estaba más tenso. —¡Maldición!, ¿No me estas escuchando?. —Dije frustrado, soltando un ligero suspiro al ver como el chico se encogía de miedo e intentaba sin éxito alejarse de mi.

Respiré profundo para calmarme un poco y luego tomé el mentón de Pino dándole un profundo beso, él inicialmente forcejeó con la poca fuerza que tenía pero al introducir mi lengua en su boca y jugar con la de este se tranquilizó, me fue prosiguiendo el beso con total suavidad. «De verdad necesitaba sentirlo así de cerca en la noche anterior y por lo menos sus besos, cuando esta calmado, siguen siendo iguales... Dulces y embriagantes». Pensé mientras seguía disfrutando del tacto suave de los labios del chico; cuando ya nuestros pulmones se quedaron sin aire nos separamos y mientras Pino recuperaba el aliento me apresuré a remover esa bala incrustada en su pata; con las pinzas la extraje rápidamente, al sacarla se escuchó un gran quejido por parte del otro y ya con esta afuera limpié la herida para luego cubrir la misma con algo de gasa.

(Narra su autor)
Después de que el mayor culminó su trabajo el castaño suspiró aliviado al sentir como el dolor disminuyó notablemente.

El rubio colocó su mano en la cabeza contraria y la acarició con apacibilidad. —Ya me imagino que te dijo tu tío sobre mi y aunque yo sea un frío cazador yo nunca te dañaría. —Dijo suave mientras le desataba las manos, «De todas formas necesita mucha fuerza para sacarse esa correa en su cuello». Pensó mientras se levantaba para poder ir hasta la cocina y servir algo de comer para ambos.

Antes de retirarse el menor le sujetó de la muñeca. —Pero si no me vas a matar por favor déjame ir... —Susurró temeroso mientras soltaba con miedo la muñeca contraria.

El rubio dio un ligero suspiro y se giró para observar al chico, agarró sus mejillas alzando su rostro y se quedó observando fijamente los llorosos ojos del castaño mientras este observaba los profundos ojos color miel del mayor. —No puedo hacer algo así chico, no hasta que recuperes algún recuerdo sobre mi.