¿Enamorado de mi cazador?

Capítulo 17 (Lemon)

(Narra Dipper)
Llevé mis manos hasta mis ojos para frotarlos suavemente, era todavía no había amanecido, había logrado dormir un poco a pesar de ese ligero dolor por toda mi parte baja. Soñoliento abrí mis ojos teniendo y como primera vista tenía el pecho desnudo de Bill, estaba dormido volteado hacia mi y con su mano abrazando mi torso, me sonroje observándolo con detenimiento trague algo apretado llevando mis manos temblorosas hasta sus labios dando unas suaves caricias en los mismos; él sólo los movió un poco pero seguía bien dormido. Mm... Se ve tan dócil así, dije para mis adentros acercando mi rostro hasta el de este llevando mis labios hasta los suyos, me fui acercando, sintiendo como se daban un ligero roce le di un pequeño beso y me separé con cuidado, seguía profundamente dormido, solté un leve suspiro, que bueno que tiene el sueño pesado.

Movió su mano por mis caderas dando una ligera caricia, haciendo que me estremeciera, fijé la mirada  a su rostro pero estaba con sus ojos cerrados y parecía estar todavía en los brazos de Morfeo, bajé la mirada, no quería despertarlo aunque ahora mi cuerpo estaba algo raro. Bueno es mejor que intente dormir otra vez, al decir eso fijé la mirada en el pecho de Bill podía detallarlo perfectamente y se ve muchísimo mejor de cerca, nunca tengo tiempo de deleitar mis ojos con esto  ya que prácticamente nunca podía hacerlo  por que sólo lo veo sin camisa cuando tenemos sexo pero siempre lo tengo por detrás cuando me lo hace así que no puedo verlo bien, me estaba asustando un poco con esas cosas que pensaba, que me está pasando ahora mi cuerpo estaba extraño... No, no puedo querer en este momento más de la atención de Bill, ya habíamos tenido sexo, no podía querer hacerlo otra vez. Suspiré concentrándome nuevamente en su pecho, llevé mis manos hasta el mismo acariciándolo, las llamas de mis dedos exploraban con lujuria el cuerpo de Bill, me detuve en seco al ve que este se movía y se recostaba de mi pecho haciendo que una de sus manos quedara en mi muslo y la otra la tenía para sostener su propia cabeza, parecía estar acurrucado en mí.

Ahora lo tenía mucho más cerca, su mano en mis muslos y como las movía ligeramente me hacía soltar varios suspiros, comencé a jadear levemente, ¿de verdad tengo ganas de eso ahora? Me dije a mi mismo, intentando calmarme pero sin observar algún logro, en la posición en la que estábamos podía alcanzar la mano de Bill coloqué la mía sobre la de este y la fui moviendo para darme unas ligeras caricias sobre mi muslo. Aahh~ sus manos son tan suaves y están cálidas, murmuré bajo. Sin darme cuenta estaba dejando que mi mente hiciera lo que quisiera o lo que mi cuerpo estaba pidiendo, le seguía sosteniendo la mano dándome ligeras caricias las llevé, inconscientemente, cerca de mi entrada haciendo que soltara un ligero gemido, tapé mi boca enseguida soltando la mano contraria le miré y por mucha suerte no se despertó. Creo que es mejor que me duerma y deje de hacer estas cosas, si se despierta se va a molestar porque todavía no es hora de levantarse, pensé mientras quitaba las manos de mi boca, ya decido a dormir mi mente se desvió al sentir nuevamente un ligero roce de las manos de Bill sobre mi muslo... ¡Nonononono! No es posible lo que estoy pensando hacer, ¿¡Qué le pasa a mi cuerpo en este momento!?, mordí mis labios colocando nuevamente una de mis manos sobre mi boca y la otra sostenía la mano se Bill, agarré dos de sus dedos respiré profundamente y los metí por mi enterada haciéndome soltar un buen gemido que de no ser por que me mordía los labios y me tapaba la boca se hubiese escuchado hasta en la sala, comencé a mover la mano la mano de Bill con cierta suavidad. Se sentía tan bien, mi cuerpo estaba tan inquieto y excitado. Aahh... Y...yo...Mm de verdad estoy haciendo esto... -musité suave entre gemidos, con mi rostro levemente enrojecido por la excitación que llevaba arriba. Saqué un fuerte quejido cuando sentí como se adentraba más profundo y con mayor fuerza. ¡Ese no había sido yo!, quité mi mano rápidamente pero las de este seguían adentro de mi.

-Haciendo cosas sucias a estas horas Pino.  -dijo el rubio divertido, subiendo su cabeza para observar el rostro lleno de lujuria que traía el otro. -Esto si que es una gran sorpresa.