Capitulo 7

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Chicos.

-miren a quienes tenemos aquí -dije feliz de ver después de tanto a mis dos pequeños hermanos, aunque ellos realmente eran los hermanos de Dylan y Cody los sentía como mios, ambos salieron de debajo de los asientos donde se estaban escondiendo y corrieron a abrazarme-

-¡te extrañe como loco! -exclamó Nicholas quien siempre fue más emotivo que Víctor, aunque este no dejaba de abrazarme y dejarme acariciar su cabello-

-y yo a ustedes, ¿como los trataron en Irlanda? -pregunte con interés, hace meses que no los veía, había que mantenerlos a salvo-

-exelente, la comida es muy rica -dijo Víctor cuando se acostó en el asiento y recostó su cabeza en mi regazo para que siguiera con los mimos, por otro lado Nicholas miró a Dominic para que le dejara un espacio para sentarse a mi lado, el ojos bicolor le cedió un espacio recostando su cabeza en mi pecho-

-se parecen a sus hermanos -comente con gracia- esperó que no sean iguales de idiotas que ellos-

-¡Iug Jamas! -gritaron ambos-

El resto del viaje me la pase haciéndole mimos a los dos, era bueno saber que ya habían regresado, eso indicaba que las cosas volvieron a la aparente calma... Claro, toda la calma que puede haber cuando vives en un mundo de cosas ilegales, tanto Dylan como Cody se la habían arreglado como para mantener a los dos niños lo más inocentes posibles, pero seamos honesto, ellos eran dos diablillos-

¿Saben como es la única manera de ver mi lado amable? Con los niños, había algo en ellos que me hacia querer abrazarlos y mimarlos, tal vez tenía algo que ver con... Con algo oscuro de mi vida.

Al bajar de la limusina tanto Víctor como Nicholas tomaron mis manos, Dominic y Sean desaparecieron y yo no necesitaba escolta, puede que Dylan cambiará de escondite cada poco pero me había estudiado todos los planos de todas sus bases secretas y vienes a su nombre, así que no tenía problema en manejarme sola por una de estas.

Esta vez estábamos en un lugar que parecía un garaje para aviones con separaciones de paredes de mimbre, el lugar era oscuro y estaba abarrotado de gente con música sonando estridente haciando vibrar el suelo, a ninguno de los tres nos atemorizó todo esto, estábamos más que acostumbrados, pero a mi parecer ¡es malditamente loco! Ver a toda Esta gente bailando tan cerca, algunos besándose en las esquina, bebiendo y riendo con ganas, pobres ilusos, se sentían afortunados de tener cierto contacto con Dylan y Cody cuando para ellos eran sólo simples peones y... ¿A quien engaño? Para mi también lo eran.

-Señorita -murmuró con impresión uno de los atractivos guardias de la sala VIP donde estarían algunas de las piezas principales de mis dos amigos, yo asentí y el abrió las puertas dejándome entrar sin mirarme a los ojos... Tanto respeto, me agradaba ser tratada como una reina-

-¡miren quien esta aquí! -exclamó Dylan mientras se levantaba de lo que semejaba un trono, el estaba rodeado de las mejores prostitutas a quienes apartó rudamente para ir a abrazarnos a los tres- mis tres personas favoritas del mundo-

-hola a ti también -me burle de el y le saque la lengua- oye, ¿que sucede? Sabes que ahora estoy atada de pies y manos por los del FBI, es peligroso que venga acá-

Dylan puso los ojos en blanco y yo sonrei con diversión, ambos sabíamos que era imposible que me hallan seguido o rastreado, primero porque teníamos a los mejores hackers para cortar cualquier señal sospechosa que me estuviera siguiendo y porque Dylan era sinónimo de Francotiradores, ellos siempre vigilaban el área, nada asomaba sus narices sin que nosotros lo supiéramos. Pero luego mi hermano rubio se puso serio.

-sabes que podemos sacarte de esta, nadie sospechara y podrás elegir el país que quieras para esconderte por un tiempo -lo mire con una pequeña sonrisa y negué con la cabeza- bueno... Ven conmigo, Nicholas y Víctor, ustedes vallan a hacer lo que quieran, sus guardias serán Liam y Pietro. Thuiscint?-

- Tuigtear, deartháir mór -contestaron ambos chicos, al parecer habían aprendido irlandés en estos meses-

-bueno Cass, ya sabes lo que digo, nada de hablar sin buen vino, ¿blanco o tinto?-

-tinto -conteste mientras me sentaba en el asiento que se veía más cómodo-

-ya la escuchaste Tatiana, dos copas de vino tinto -ordenó Dylan a una de las prostitutas que sin quejarse fue y nos trajo lo que pedido, era lo mejor para ella-

-entonces, dispara -lo insite a hablar mientras le daba un sorbo a la dulce bebida-

-ya debes saber que me metí en un pequeño aprieto con algunos tontos que dejaron con vida a unos infiltrados -asenti, no conocía toda la historia pero si lo principal- pues esos infiltrados estaban con la policía de la ciudad, ya me encargue de ellos pero, necesitó un favor-

-claro que si hermano, dime -yo era la reina del tablero, los mejores trabajos eran los míos, era la en encargada de las mejores jugadas porque no tenía restricción alguna-

-¿puedes conseguir la información de Tadeo Willians? Era un oficial de policía pero temo que era de la vieja escuela y... Bueno, tu eres la mejor agente doble -el puso ojos de cachorro como si de verdad le fuera a decir que no-

-claro que si -di mi último trago a mi copa y antes de seguir hablando una llamada llegó a mi teléfono, una sonrisa juguetona recorrió mi rostro al darme cuenta de que era de Gideon- de echo, creó que te la enviaré más pronto de lo que crees -me levante de mi asiento y grite- ¡callen la maldita música, bestias! -y como era obvio, se formó el más grande silencio, mire a Dylan al contestas y el sonreía al igual que yo- ¿si?-

-Cass soy Gideon, te necesitó en la unidad-

-estaré ahí en un momento, esperenme-

-¿estas bien Cass? -el parecía de verdad preocupado-

-mejor que nunca Gideon -y colgué la llamada- bien Dylan, el deber me llama, debo ir a jugar a policías y ladrones-

-creó que luego debemos hablar de ese noviesito tuyo del FBI -de vuelo mi hermano y yo puse los ojos en blanco-

Bese su mejilla y me prepare a partir, si señores, Duplex había regresado.

Duplex!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora